Conspiraci¨®n y milongas

Escuchamos hablar de l¨ªneas rojas por todas partes. Se las ponen los partidos entre s¨ª. Se las ponen los independentistas catalanes entre ellos y al Gobierno de Espa?a. Y el Gobierno de Espa?a se las pone a la enloquecida dirigencia catalana. Parecen todos atrapados en un dif¨ªcil jerogl¨ªfico al que nada ni nadie les obliga. Todas las encuestas, todas, coinciden en la demanda ciudadana de acuerdo y salida del bloqueo, de todos los bloqueos. No se percibe por ninguna parte una pulsi¨®n rupturista ni con el sistema, ni mayoritariamente en Catalu?a con Espa?a, como han acreditado, una vez tras otra, las urnas.

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Editorial | Detr¨¢s del exceso

Solo un tema: Catalu?a. Solo un debate: el 155

Pero por m¨¢s que los periodistas nos empe?emos en desentra?ar ese jerogl¨ªfico imposible buscando explicaciones al desconcierto general, en realidad las l¨ªneas rojas han saltado por los aires hace mucho tiempo. No hablo de las legales, esas las determinar¨¢ la justicia. Pero las l¨ªneas rojas de la pol¨ªtica son ya irreconocibles.

Como si no tuvi¨¦ramos memoria en Espa?a, como si hubieran nacido ayer, los dirigentes del independentismo catal¨¢n llevan una semana escapando de una operaci¨®n policial y judicial que obliga a tomar posici¨®n ante la l¨ªnea roja por excelencia: la violencia no es la v¨ªa para conseguir objetivos pol¨ªticos en las democracias y solo cabe el rechazo, aunque sea preventivo. Tan sencillo y tan imposible que est¨¢ resultando porque dicen que hay que esperar a conocer el sumario completo. Y, sin embargo, ante lo que se va sabiendo de la instrucci¨®n del juez Garc¨ªa Castell¨®n, ya han tomado posici¨®n: si hay que dudar, se duda del juez y no de los detenidos con material para fabricar explosivos, que es el hecho del que disponemos.

Ni siquiera Roberto Berm¨²dez de Castro, el enviado por Rajoy a Catalu?a a ejecutar el 155, pens¨® que el independentismo pod¨ªa tener una derivada violenta. Lo contaba esta semana en la cadena SER con estupor, ante lo que iba trascendiendo de la instrucci¨®n judicial.

Veremos en qu¨¦ concluye esa investigaci¨®n. Pero ni anteriores investigaciones fallidas, ni la presunci¨®n de inocencia a la que tienen derecho los detenidos, exime a los dirigentes pol¨ªticos catalanes de trazar una clara l¨ªnea roja. Ni la campa?a electoral, ni el juego de la gallina entre Puigdemont y Junqueras, ni las variadas teor¨ªas de la conspiraci¨®n con las que se disfrazan tantas impotencias. De un lado o del otro. @PepaBueno