Retaguardias
El odio ya no est¨¢ en los cimientos de la sociedad. Espa?a ya no odia a Espa?a
La Guerra Civil espa?ola a¨²n tiene muchos rincones que alumbrar, observar y limpiar. Desde luego, no es el ¨²nico el de los muertos mal enterrados, como tantos republicanos, o sobreenterrados, como es el caso de Francisco Franco, el canalla que lo empez¨® todo.
Poco a poco, pero con tes¨®n digno de los empe?os que valen la pena, algunos historiadores van sacando de la triste realidad espa?ola de los a?os treinta del siglo pasado conclusiones e informaciones que tienen gran utilidad para el presente.
Acaba de publicarse Retaguardia roja (Galaxia), de Fernando del Rey, un libro que dedica sus p¨¢ginas a lo que sucedi¨® en algunos pueblos de Ciudad Real despu¨¦s de que los militares franquistas y sus seguidores dieran la se?al para que empezara la gran matanza. Lo que sucedi¨® all¨ª, contado con una precisi¨®n estremecedora, fue que se produjo una matanza sistem¨¢tica, met¨®dica y cruel de personas consideradas ¡°de derechas¡±. El libro de Del Rey es la continuaci¨®n de otro tambi¨¦n suyo, Paisanos en lucha (Biblioteca Nueva, 2008). Y entre los dos se llega a una conclusi¨®n feroz: cuando comenz¨® la guerra en Espa?a, en los pueblos todo el mundo sab¨ªa a qui¨¦n quer¨ªa matar cuando se diera la posibilidad.
La Guerra Civil espa?ola provoc¨® m¨¢s muertos en la retaguardia que en el frente. Muri¨® m¨¢s gente en las cunetas que en las trincheras. No fue muy heroica. Fue m¨¢s parecida a una guerra carlista, en las que hab¨ªa m¨¢s fusilados despu¨¦s que muertos en las batallas, que a las guerras europeas del primer tercio del siglo XX, en que se contaban por decenas de miles los soldados ca¨ªdos en cada batalla.
M¨¢s all¨¢ del n¨²mero de muertos, que ya se va conociendo, interesa mucho a los historiadores y, por tanto, a todos los ciudadanos, saber la ¡°calidad¡± de esas v¨ªctimas. Y resulta, gracias a trabajos como este, que casi todos los muertos lo fueron por el odio. M¨¢s a¨²n, que la Guerra Civil fue producto del odio. La gran responsabilidad de Franco y sus adl¨¢teres fue darle a eso una salida homicida.
Uno de los grandes efectos que pueden tener estudios tan sistem¨¢ticos como el de Del Rey es justamente ese: Espa?a no corre m¨¢s riesgos de una nueva guerra civil porque la gente no se odia, pese a que algunos pol¨ªticos xen¨®fobos lo busquen.
Es preciso evitar el odio. Porque ya no est¨¢ en los cimientos de la sociedad. Espa?a ya no odia a Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.