Madres, hijas y viceversa
La prensa insaciable har¨¢ lo imposible por ridiculizar a los duques de Sussex
Entramos en el oto?o, que se lleva las primeras hojas y tambi¨¦n a Pasapalabra, un programa en el que, como dec¨ªan en Paquita Salas, te invitaban a concursar y ganabas un poquito de presencia televisiva. Particip¨¦ en muchas ocasiones, me encantaba observar c¨®mo Christian G¨¢lvez no salivaba mientras detallaba las pruebas de El Rosco. Un fen¨®meno de la naturaleza. Y tambi¨¦n me divert¨ªa comprobar que nunca fui bueno con la gram¨¢tica r¨¢pida ni en el o¨ªdo musical. Christian a veces se llevaba las manos a la cabeza cada vez que yo fallaba una terminaci¨®n. Extra?ar¨¦ todo eso aunque se me ocurre que la hora extra de S¨¢lvame que sustituir¨¢ al concurso deber¨ªa dedicarse de una vez por todas en exclusiva a Isabel Pantoja.
Ella, que est¨¢ en todas partes, no acudi¨® al bautizo musical de su hija, Isa Pi, que podr¨ªa convertirse en la reina del reguet¨®n light con sus gotitas de pop coreano. A Pantoja no le molesta la m¨²sica de su hija sino que le disgusta la agitada vida sentimental de Isa Pi, con novios que terminan siempre en alg¨²n reality. Yo pienso que Pantoja tiene que respirar hondo y convencerse que Isa Pi necesita esa agitaci¨®n sentimental para trasladarla a sus canciones. Aunque de momento solo tiene una, veremos en sus siguientes creaciones esas indirectas a golpe de perreo y tac¨®n a sus exnovios. No es taaaan distinto de lo que la propia Pantoja lleva d¨¦cadas haciendo con sus canciones y sus conciertos. ?Qu¨¦ ser¨ªa de una reina, de la copla o del reguet¨®n, sin tomar prestado los vaivenes de su propia vida para cualquiera que sea su arte! Pantoja ahora est¨¢ irritada, quiere que Isa Pi deje de hablar de ella en Telecinco pero es probable que madre e hija generen unas sinergias dirigidas a ocupar el sitio de Pasapalabra con un nuevo programa que podr¨ªa llamarse Madres, hijas y viceversa.
No puedo seguir tanto como quisiera Gran Hermano VIP porque he regresado, con ¨¦xito, a MasterChef Celebrity y sinceramente no puedo someter a mi marido a vivir tanto talent y tanto reality. Pero he conseguido observar que Roc¨ªo Flores, la hija de Roc¨ªo Carrasco y Antonio David Flores, se est¨¢ convirtiendo en la aut¨¦ntica revelaci¨®n del reality sin concursar, porque esta all¨ª para defender a su padre. Roc¨ªo Flores es un poco como nuestra Carlota Casiraghi, niet¨ªsimas las dos, las hemos visto crecer y, quiz¨¢s por eso, tienen esa naturalidad ante las c¨¢maras. Y ante la vida. En ese mundo de Roc¨ªos que es su dinast¨ªa, Roc¨ªo Flores ha insinuado que podr¨ªa reunirse con su madre, de la que lleva distanciada desde 2012. Si sucediera ese reencuentro, podr¨ªa coincidir con el ¨²nico debate electoral de la campa?a low cost que se nos viene encima. ?Ser¨ªa la bomba! Si madre e hija deciden darse el abrazo, nadie ver¨¢ el debate refrito de unos candidatos que no se cansan de decirse lo mismo e incapaces de cualquier reconciliaci¨®n.
Otro enfrentamiento es el de los Sussex con la prensa. Enrique ha salido a la defensa de su esposa Meghan y juntos han iniciado una demanda contra The Mail On Sunday, el eterno tabloide brit¨¢nico. Los Sussex explican que Meghan ha sido sometida a un bullying sistem¨¢tico por su raza, porque gasta mucho y porque tiene un padre impresentable que mantiene una relaci¨®n peligrosa con los medios sensacionalistas. Otro conflicto de padres e hijos delante de medios y c¨¢maras. Para nuestro deleite, aunque este se manifieste en forma de debate serio, pienso que los duques tienen cierta raz¨®n y eso, junto a su poder, podr¨ªa hacerles ganar la demanda. Lo que har¨¢ esa prensa insaciable, que para m¨ª tuvo responsabilidad en la muerte de la madre de Enrique, Diana de Gales, tambi¨¦n terminar¨¢ por deleitarnos. Har¨¢n lo imposible por ridiculizarlos, reducirlos a pijos que posan como ambientalistas.
El ambiente entre Borja Thyssen y Francesca Thyssen, que son hermanastros, no puede ser mejor. ?Estar¨¢n enviando un mensaje a Tita? Francesca y Borja, que no hablan el mismo idioma materno, son famosos desde que nacieron, igual que Kiko Rivera y sus hermanos Fran y Cayetano, arrastrando muchos a?os enfrentados a Pantoja, la madre de todos los conflictos. Los hermanastros Thyssen tienen algo que los distingue: pueden sentarse, a sus anchas, en la junta del museo Thyssen. Sospechamos que esos encuentros tan risue?os persiguen alcanzar nuevas e inesperadas sinergias en esa junta. Esperemos que evitando dejar a mam¨¢ Tita sin programa.
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