Burla y urnas

Dentro de pocas semanas habr¨¢ que acercarse a votar. Incluso quienes se hayan jurado no hacerlo, lo har¨¢n. Es dif¨ªcil abstenerse del ¨²nico vicio nacional a¨²n permitido. Nunca se sabe lo que durar¨¢. La pol¨ªtica en Espa?a es burda, de brochazo, de u?ero. Hace unos d¨ªas o¨ª dos noticias. En una, Rivera (ya era hora) dec¨ªa que si era preciso pactar¨ªa con S¨¢nchez. En otra, dec¨ªa S¨¢nchez que nunca pactar¨ªa con un tipo que hab¨ªa pactado con la ultraderecha. Eran varias groser¨ªas. Es notorio que S¨¢nchez prefiere pactar con los herederos del terrorismo vasco o con los nacionalitarios catalanes. Negar a los liberales democr¨¢ticos es una groser¨ªa, pero tambi¨¦n lo es que ahora Rivera acepte lo que ha estado negando obstinadamente durante un a?o. Pol¨ªticos toscos.

La pol¨ªtica espa?ola no es un espect¨¢culo, es una farsa. Uso la palabra en el sentido que le da Jos¨¦ Luis Pardo en otro de sus ineludibles art¨ªculos, el titulado Tragedia y farsa del socialismo cient¨ªfico en la revista Letras Libres, una de las pocas que a¨²n tratan con seriedad a la cultura seria. Es un art¨ªculo que deber¨ªa divulgarse, estudiarse, discutirse en la universidad porque expresa con limpia claridad el paso de la izquierda cl¨¢sica (la tragedia de la lucha de clases) a la izquierda reaccionaria (la farsa de las identidades). Los agravios nacionales, de g¨¦nero, de especie, de gen¨¦tica, de cultura, de lengua o de tribu, sirven para crear m¨²ltiples empleos, decenas de departamentos universitarios y servicios burocr¨¢ticos. Cl¨¦rigos y agraviados.

Esta mutaci¨®n convierte en una farsa la diferencia entre derechas e izquierdas. Se trata, tan solo, de t¨¢cticas mercantiles para la toma del poder, es decir, del capital, vendiendo identidades.