Por una regulaci¨®n moderna, integral y responsable del cannabis
La legalizaci¨®n est¨¢ pensada para proteger mejor la salud y la seguridad de los usuarios, alejar esta sustancia de los menores y mantener los beneficios fuera del mercado negro
El cannabis es la droga ilegal m¨¢s consumida en nuestro pa¨ªs. Con datos de 2017 y acorde a lo que indica la encuesta EDADES elaborada por el Ministerio de Sanidad, m¨¢s del 35% de los espa?oles que tienen entre 15 y 64 a?os ha probado alguna vez en su vida el cannabis o, lo que es lo mismo, alrededor de 16 millones de personas lo han probado. En 1995 ese porcentaje no alcanzaba al 15% de la poblaci¨®n y, a pesar de que entre medias la ley Corcuera y la ley mordaza han incrementado el importe de las multas con sanciones, que hoy van desde los 600 hasta los 10.000 euros por tenencia o consumo en v¨ªa p¨²blica, este no ha dejado de aumentar. Podemos afirmar que la prohibici¨®n y el encarecimiento de las infracciones no han conseguido reducir su consumo, tampoco entre los menores; sin embargo, lo que s¨ª parece haber logrado es criminalizar a las personas usuarias y engordar los beneficios del mercado negro. Este es uno de los motivos que nos inclinan a optar por una regulaci¨®n integral y responsable del cannabis: la ineficacia de la legislaci¨®n actual.
En segundo lugar, el cannabis debe regularse por motivos de salud p¨²blica y en defensa de las libertades. Resulta chocante observar c¨®mo formaciones pol¨ªticas que se autodenominan liberales mantengan una posici¨®n tan conservadora con respecto a la libertad que pueda tener un individuo adulto para decidir consumir cannabis dentro de un marco regulador, postura que por otra parte se repite cuando se trata del derecho a una muerte digna o el derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo. No ocurre as¨ª en la sociedad espa?ola, donde el CIS nos indica que ya hay m¨¢s gente (47%) que est¨¢ a favor de una regulaci¨®n integral del cannabis ¡ªrecreativo y medicinal¡ª, en comparaci¨®n con quienes rechazan esa posibilidad (41%). La mayor¨ªa de la poblaci¨®n, m¨¢s de un 60% seg¨²n EDADES, considera que resulta f¨¢cil o muy f¨¢cil conseguir cannabis, lo cual puede ayudar a entender por qu¨¦ regular el cannabis no supondr¨ªa ning¨²n cambio brusco en la convivencia ciudadana ni animar¨ªa a incrementar su consumo. Sin embargo, mientras que su regulaci¨®n no provoca ninguna dislocaci¨®n, a d¨ªa de hoy millones de personas todos los meses acuden al mercado negro exponi¨¦ndose a multas, estigmatizaci¨®n y a poder adquirir un producto que no cuenta con los est¨¢ndares de calidad y la certificaci¨®n sanitaria que garantiza una venta regulada por la ley.
En los ¨²ltimos a?os varios pa¨ªses como Canad¨¢ o algunos Estados dentro de Estados Unidos han regulado, de distintas maneras, el uso recreativo del cannabis. En EE UU, seg¨²n el National Institute of Drug Abuse (NIH) el consumo ha descendido entre los m¨¢s j¨®venes, y en Colorado el porcentaje de adolescentes arrestados por delitos relacionados con el cannabis ha descendido en torno a un 20%. En un reciente estudio publicado en la revista pedi¨¢trica JAMA, se afirma que la regulaci¨®n medicinal del cannabis no tuvo ning¨²n efecto en la poblaci¨®n adolescente, pero s¨ª que existe una posible evidencia en la reducci¨®n del consumo adolescente cuando la regulaci¨®n incluye tambi¨¦n al cannabis recreativo, debido a la dificultad que encuentran para conseguirlo cuando el mercado negro es sustituido por un dispensario autorizado que requiere prueba de edad.
El cannabis representa tambi¨¦n una oportunidad econ¨®mica para generar empleo; en EE UU ya genera cientos de miles de empleos que se ubican por encima de la media salarial nacional. El impacto econ¨®mico va m¨¢s all¨¢ de la venta directa, su efecto puede abarcar desde la creaci¨®n de grados universitarios, investigaci¨®n, formaci¨®n profesional, cosm¨¦tica, turismo rural, o una posible futura exportaci¨®n. Si queremos que el beneficio de la regulaci¨®n econ¨®mica del cannabis revierta en nuestro pa¨ªs y en las comunidades m¨¢s afectadas, es necesario hacerla bajo unos criterios guiados por la sensibilidad territorial, clim¨¢tica, laboral y de g¨¦nero. Las instituciones deben incentivar y favorecer el acceso a las licencias y al proceso de producci¨®n, distribuci¨®n y comercializaci¨®n, al peque?o agricultor, a las cooperativas, las pymes y los aut¨®nomos, para evitar la concentraci¨®n y la elusi¨®n fiscal propia de los grandes conglomerados.
Desde su regulaci¨®n en 2014, Colorado ha ingresado v¨ªa impuestos directos e indirectos, m¨¢s de 1 bill¨®n de d¨®lares. Un dinero que deja de estar circulando en el mercado negro y pasa a dotar de recursos la prevenci¨®n de menores y a financiar los servicios p¨²blicos. Cuanto m¨¢s suben los ingresos p¨²blicos, m¨¢s baja el mercado negro. En Espa?a, haciendo las estimaciones comparadas estar¨ªamos hablando de la creaci¨®n de 90.000 empleos para el a?o 2030 y de unos ingresos v¨ªa impuestos que oscilan entre los 1.500 y los 3.000 millones de euros al a?o, a lo que habr¨ªa que sumar el ahorro en el coste policial y judicial. Si queremos que sea eficaz y justa la regulaci¨®n ha de ser integral, pues si regulamos solo una v¨ªa de acceso, por ejemplo, el autocultivo, los usuarios que no puedan acceder por esa v¨ªa tendr¨¢n que seguir accediendo por el mercado negro, mientras que si les dotamos de un acceso integral con autocultivo, clubes sociales, puntos de acceso con licencia y farmacias para el cannabis medicinal, el 100% de los usuarios se podr¨ªan ver integrados en la misma, no dando opciones o reduciendo dr¨¢sticamente al mercado negro.
Recientemente, la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, en base a criterios cient¨ªficos, recomend¨® sacar al cannabis de la lista que aglutina a las drogas que se consideran m¨¢s peligrosas. Eso no nos puede conducir a equ¨ªvocos: el cannabis resulta perjudicial para la salud, especialmente entre los menores, y un 1,6% de la poblaci¨®n espa?ola tiene un consumo problem¨¢tico, pero no m¨¢s que otras drogas legales, y no por ello pensamos que resultar¨ªa mejor ilegalizarlas, sino que buscamos la forma de reducir su consumo por medio de la prevenci¨®n, la regulaci¨®n y la educaci¨®n. El criterio que prevalece en la decisi¨®n es pol¨ªtico: el objeto de la regulaci¨®n es resolver una situaci¨®n existente ofreciendo respuestas ante el fracaso cultural, social y econ¨®mico de la pol¨ªtica prohibicionista que es anacr¨®nica. La regulaci¨®n est¨¢ pensada para proteger mejor la salud y la seguridad de los usuarios, alejar el cannabis de los menores y mantener los beneficios fuera del mercado negro. La regulaci¨®n integral del cannabis es m¨¢s justa, m¨¢s eficaz y supone una oportunidad econ¨®mica. Con la voluntad necesaria, Espa?a podr¨ªa liderar el cannabis europeo; con el clima privilegiado y el know how ya contamos.
??igo Errej¨®n es diputado regional de M¨¢s Madrid y l¨ªder de M¨¢s Pa¨ªs. Jorge Moruno es diputado regional de M¨¢s Madrid.
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