La marihuana florece en Madrid
Varias empresas madrile?as facturan millones de euros con el c¨¢?amo y sus productos relacionados. A pesar de que la planta es ilegal y de la persecuci¨®n policial al sector, pronostican un boom alentado por la inversi¨®n extranjera
¡°La marihuana a¨²n no ha tocado techo¡±. ?lvaro Zamora, de 37 a?os lo tiene claro. Y no se refiere al tama?o de las plantas sino al negocio de la marihuana, que vive un efervescente momento. Zamora lleva m¨¢s de media vida siendo un apasionado de la planta del c¨¢?amo. Hace 15 a?os comenz¨® a trabajar tras el mostrador de una peque?a tienda del centro de Madrid dedicada a productos derivados del cannabis. Ahora habla desde una nave de 1.200 metros cuadrados en Rivas, la sede de Leaf Life, empresa dedicada a la distribuci¨®n de productos para autocultivo de cannabis, donde Zamora ejerce de jefe de ventas internacionales. La firma cerr¨® 2016 con un volumen de negocio de 12,7 millones de euros, tres veces m¨¢s que lo que factur¨® en 2012 (4,1 millones), seg¨²n datos del registro mercantil.?Alentados por el clima global de legalizaci¨®n, florecen los negocios relacionados con el cannabis. En Espa?a, a pesar de que se mantiene la prohibici¨®n de la planta, la industria cann¨¢bica vive su mejor momento en dos d¨¦cadas; Madrid es sede de muchas de estas empresas.
¡°El perfil de los empresarios est¨¢ cambiando mucho. Al principio ¨¦ramos todos unos hippies y cada vez veo m¨¢s hombres de traje y corbata¡±, a?ade Zamora, que este a?o ha visitado diez congresos, en Italia, M¨¦xico o Estados Unidos para reunirse con grandes inversores internacionales. Leaf Life, con 46 trabajadores, no es la ¨²nica empresa con sede en Madrid dedicada a este boyante negocio. A pesar de que exportan, generan trabajo directo y facturan millones de euros de manera legal, toda la industria asociada con el cannabis sigue viviendo con cierta inquietud: a diferencia de otros pa¨ªses, en Espa?a el mero hecho de cultivar la planta es ilegal. Adem¨¢s ¡ªy a diferencia de otras comunidades aut¨®nomas¡ª en Madrid algunos actores del sector se sienten ¡°hostigados¡±.
El mercado del c¨¢?amo tiene varias facetas y tipos de negocios: asociaciones o clubes de fumadores, growshops (tiendas para cultivadores), bancos de semillas, c¨¢?amo industrial, distribuidores, fabricantes, revistas y abogados. Los usuarios utilizan las plantas con fines recreativos o terap¨¦uticos y plantan en su casa o se asocian en un club. Ambas actividades se enmarcan en los m¨¢rgenes de la ley. Si bien las semillas de c¨¢?amo son legales, criar una planta no. A la vez, acudir a un club para consumir est¨¢ permitido, pero est¨¢ prohibido transportar por la calle la m¨ªnima cantidad de marihuana o de hach¨ªs. Aunque los usuarios son la parte m¨¢s evidente del mundo del cannabis ¡ªtres de cada diez espa?oles lo ha consumido alguna vez, seg¨²n datos del Plan Nacional de Drogas¡ª, la faceta que m¨¢s dinero mueve y la que m¨¢s ha crecido es la industrial: las empresas que crean semillas, las que distribuyen materiales al por mayor para criar la planta o las tiendas que venden a los cultivadores.
El primer growshop de Espa?a abri¨® en Madrid: Houseplant inaugur¨® en 1997 en un peque?o local de la calle Palma. Como muchos negocios de la ¨¦poca, no se atrev¨ªan a poner la m¨ªnima referencia a la marihuana en sus logos o anuncios. Actualmente, sigue funcionando en Malasa?a, pero en un enorme local de dos plantas en San Vicente Ferrer. El a?o pasado factur¨® m¨¢s de un mill¨®n de euros, diez veces m¨¢s que en 2014. Por su parte, Cannabiogen, creada en 2002 como el primer banco de semillas espa?ol, multiplic¨® por cuatro sus ingresos entre 2012 y 2016, hasta 1.2 millones en ventas anuales.
¡°Mis colegas californianos se sorprenden del tama?o que ha adquirido nuestra industria a pesar de la ilegalidad [de la planta]¡±, dice Enrique D¨ªez, alias Kaiki, fundador de Cannabiogen, con sede en Alcobendas. Como otros empresarios pioneros del cannabis, durante a?os us¨® pseud¨®nimo por temor a represalias: ¡°Nadie quer¨ªa meterse en problemas con la DEA [Agencia antidrogas de EE UU]¡±. Ahora, esos peque?os emprendedores madrile?os, que hace dos d¨¦cadas abrieron negocios del sector, viven un momento brillante, gracias a una progresiva normalizaci¨®n del cannabis y al impulso de mercados extranjeros donde se ha legalizado el consumo medicinal o recreativo. A¨²n est¨¢n lejos de las cifras multimillonarias de algunos empresarios de Canad¨¢ o de varios Estados de Estados Unidos que han legalizado el negocio, pero pronostican un futuro pr¨®spero para el sector en Espa?a.
¡°Lo tenemos todo pero hay a¨²n incertidumbre jur¨ªdica¡±, dice Xos¨¦ Barg¨¦, portavoz de Spannabis, una de las ferias m¨¢s importantes del sector ¡ª¡°la principal exposici¨®n de cannabis de Europa¡±¡ª, y que lleva quince ediciones celebr¨¢ndose en Espa?a. Madrid ha acogido el evento en anteriores ediciones (en La Cubierta de Legan¨¦s, la Casa de Campo o en Rivas) y lo iba a volver a hacer en 2019. Pero el pasado mes de octubre los organizadores cambiaron Madrid por Barcelona, concretamente por Cornell¨¢ de Llobregat. La raz¨®n: el a?o anterior sus visitantes se sintieron acosados por la polic¨ªa a la entrada o a la salida del evento, que mult¨® a varios de ellos. ¡°Algo que no ocurre en Catalu?a¡±, dicen desde la organizaci¨®n. Coincide que en 2019, Spannabis celebra el mayor evento de su historia: 282 expositores, con una lista de espera de un centenar, (y con m¨¢s del doble de exhibidores que hace diez a?os). Una entrada al congreso de marzo, con invitaci¨®n a la afterparty en el hotel de cinco estrellas W Barcelona, roza los 500 d¨®lares (499, unos 440 euros).
Aunque fue pionera en la industria del cannabis, Madrid se ha quedado atr¨¢s con respecto a Barcelona. En Espa?a, en 2028, la industria del cannabis medicinal y recreativo tiene el potencial de alcanzar los 6.100 millones de euros, seg¨²n un estudio de la consultora londinense Prohibition Partners, siempre asumiendo que se legalice. Adem¨¢s, la actividad podr¨ªa generar m¨¢s de 3.000 millones de euros en impuestos y cotizaciones a la seguridad social, seg¨²n un estudio de la Unidad de Pol¨ªtica de Drogas de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona publicado el mes pasado. Los m¨¢s optimistas predicen que Espa?a podr¨ªa ser una potencia mundial del sector por su clima propicio para el cultivo y por ser el segundo mayor mercado tur¨ªstico del mundo.
Madrid es sede de dos de las seis empresas a las que la Agencia del Medicamento dio licencia en 2016 para cultivo con fines terap¨¦uticos o de investigaci¨®n: Alcaliber, vendida recientemente por el multimillonario espa?ol Juan Abell¨® al fondo brit¨¢nico GHO, y DJT Plants, controlada por el brit¨¢nico William Piccaver Stuart. Esas plantaciones, autorizadas por el Gobierno, son vistas como la antesala de la esperada relajaci¨®n legislativa. Por su parte, a Barcelona y al resto del Mediterr¨¢neo les ha beneficiado su clima, id¨®neo para el cultivo al aire libre. Ah¨ª se encuentran algunas de las mayores semilleras, como la catalana Alchimia (7.5 millones de facturaci¨®n y 39 empleados); la valenciana Sweet Seeds (6.3 millones y 43 trabajadores). La mayor de todas es la vasca Dinafem Seeds con (17.8 millones y 72 empleados). Pa¨ªs Vasco fue pionero en la creaci¨®n de clubes de fumadores.
¡°En Espa?a, la planta est¨¢ demonizada. En Madrid, toda la actividad, muy perseguida¡±, incide el abogado Bernardo Soriano, que tambi¨¦n es portavoz de Regulaci¨®n Responsable. Activistas y empresarios se quejan tambi¨¦n de que la fiscal¨ªa ha endurecido recientemente su postura con respecto a los clubes de fumadores. Se?alan que la polic¨ªa aguarda a las puertas de estos locales para multar a los socios por llevar cannabis en el bolsillo. La tenencia de droga en v¨ªa p¨²blica, aun cuando sea una cantidad para consumo personal, est¨¢ sancionada con multas de entre 601 y 30.000 euros.
Cintia, de 30 a?os, es la gerente de uno de estos clubes. No quiere dar su nombre real y pide que no se identifique la localizaci¨®n de su establecimiento, junto a un discreto portal en un barrio de Madrid. El espacio, di¨¢fano y luminoso, tiene dos plantas: en una hay un par de teles; en la otra, solo libros, sillones e incluso una sala sin humos. Entre ambas, una peque?a habitaci¨®n funciona como dispensario de diversas variedades de hach¨ªs y marihuana. ¡°Todos los d¨ªas, cuando vengo a trabajar, pienso que puedo acabar en comisar¨ªa¡±, reconoce. Abri¨® el club hace dos a?os y medio. Cuenta que arrancaron con 20 socios, ahora tienen 600: ¡°300 activos [que acuden al menos una vez al mes] y unos 50, terap¨¦uticos¡±. ¡°Pensamos en crecer y abrir en otro barrio¡±, cuenta la empresaria, ¡°pero estamos esperando a ver qu¨¦ pasa con el tema legal¡±. Sus colegas del sector en otras ciudades de Espa?a le dicen que la polic¨ªa no les para tanto como en la capital. ¡°En Espa?a, 320.000 personas son sancionadas al a?o por tener cannabis en el bolsillo¡±, dice Bernardo Soriano, que representa a muchos de los 110 clubes que funcionan actualmente en la capital, seg¨²n datos de la FAC (Federaci¨®n de Asociaciones Cann¨¢bicas).
A pesar de todo, en Madrid la industria sigue floreciendo. Los empresarios creen que el mayor potencial de la capital, en el escenario de legalizaci¨®n, reside en la venta del producto final en dispensarios y en clubes de fumadores, que podr¨ªan abrir sus puertas a turistas. El abogado Bernardo Soriano cree que en la actual legislatura es ¡°improbable¡± que se autorice la venta de marihuana, pero pronostica que se producir¨¢ pronto: ¡°Como muy tarde en cinco a?os¡±. Cree que la legalizaci¨®n el mes pasado en Canad¨¢, ¡°impulsada por un gobierno liberal¡±, contribuir¨¢ a desmontar muchas objeciones de la derecha espa?ola y de los sectores m¨¢s moralistas y paternalistas: ¡°Nunca hemos estado tan cerca¡±.
Movimientos pol¨ªticos hacia la regulaci¨®n
Las experiencias con el cannabis en los nueve Estados de EE UU donde se permite su uso ¡ªcomo en Colorado, donde el uso terap¨¦utico es legal desde el a?o 2000 y el recreativo, desde 2012¡ª; en Uruguay o, desde el pasado octubre, en Canad¨¢ no solo est¨¢n espoleando el mercado global sino tambi¨¦n, el debate pol¨ªtico.
"Solo queda la v¨ªa pol¨ªtica", dice el abogado Bernardo Soriano. Hace referencia a que las leyes planteadas y las sentencias judiciales falladas en Espa?a van cerrando cada vez m¨¢s la puerta a opciones como el denominado "consumo colectivo", precepto legal en el que se fundamentan los clubes de fumadores para poder funcionar.
¡°Nosotros hemos hecho todo lo posible¡±, incide el abogado que tambi¨¦n es portavoz de la iniciativa Regulaci¨®n Responsable, en defensa de sacar de la ilegalidad la planta y sus derivados. Han lanzado ideas como la realizaci¨®n de una ley auton¨®mica en Madrid (registraron una Proposici¨®n No de Ley para su consecuci¨®n) as¨ª como varias Iniciativas Legislativas Populares (ILP) en otros parlamentos regionales: en 14 de ellos se ha realizado alg¨²n tipo de acci¨®n.
Catalu?a aprob¨® una ley para regular los clubes, pero el Constitucional la anul¨® poco despu¨¦s por considerar que invad¨ªa las competencias del Estado y pod¨ªa amparar actividades ilegales. En Madrid, por su parte, la ley regional no prosper¨®. Adem¨¢s, se controla la entrada y salida de los socios de los clubes y varios han sido clausurados ¡ªel ¨²ltimo, hace una semana¡ª. Muchos, dentro del mundillo del cannabis, asocian esa mano dura con la llegada a la Fiscal¨ªa Provincial de Madrid de Mar¨ªa Jes¨²s Armesto.
Desde Regulaci¨®n Responsable convocaron el a?o pasado, a finales de mayo, una concentraci¨®n en Madrid, en la Puerta del Sol: acudieron 25.000 personas. ¡°Aparte de que puede ser un sector estrat¨¦gico, en la sociedad espa?ola hay una normalizaci¨®n de facto¡±, a?ade el abogado. Aporta otra cifra para reforzar esa idea: ¡°Hace 12 a?os no hab¨ªan ning¨²n club de fumadores en Espa?a, ahora hay 1.500¡±.
Tras el anuncio de la legalizaci¨®n en Canad¨¢, Podemos llev¨® al Congreso el debate sobre el cannabis. Su objetivo final es modificar la ley actual sobre estupefacientes, que tipifica como ilegal la venta y el cultivo de marihuana y restringe el consumo y posesi¨®n a espacios privados.
El partido prev¨¦ presentar a principios de 2019 una propuesta para legalizar el cannabis. Una regulaci¨®n con la que el partido busca tambi¨¦n evitar la concentraci¨®n del mercado en unas pocas manos. ¡°Queremos que el modelo espa?ol sea profundamente democr¨¢tico en todos los sentidos, y especialmente en lo econ¨®mico para evitar as¨ª monopolios y/o oligopolios¡±, afirma el diputado de Podemos Miguel Vila. ¡°Esta es, de hecho, la batalla fundamental. La cuesti¨®n ya no es si legalizar o no el cannabis, sino de c¨®mo y cu¨¢ndo lo haremos. En el c¨®mo es donde est¨¢ la clave y por tanto donde va a haber mayor disputa pol¨ªtica¡±, a?ade el pol¨ªtico.
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