Las sirenas de Tit¨¢n
En Tit¨¢n hay mares, r¨ªos y lagos similares a los de la Tierra; solo que, en vez de agua, son de metano l¨ªquido
Saturno acaba de ser declarado oficialmente el planeta con m¨¢s sat¨¦lites conocidos: nada menos que 82. De momento, a J¨²piter ¡°solo¡± se le conocen 79, y como est¨¢ mucho m¨¢s cerca y es m¨¢s f¨¢cil detectar sus sat¨¦lites que los de Saturno, no es probable que desbanque al ¡°se?or de los anillos¡± celestial.
Junto con Enc¨¦lado, del que habl¨¢bamos hace un par de semanas, el sat¨¦lite de Saturno m¨¢s notable es Tit¨¢n, y por m¨¢s de una raz¨®n. Con m¨¢s de 5.000 kil¨®metros de di¨¢metro, es el segundo mayor sat¨¦lite del Sistema Solar (solo superado, y por muy poco, por Ganimedes) y el ¨²nico que tienen una atm¨®sfera densa, compuesta principalmente por nitr¨®geno, como la terrestre, pero con metano y otros hidrocarburos en lugar de ox¨ªgeno.
Tambi¨¦n es el ¨²nico cuerpo del Sistema Solar, adem¨¢s de la Tierra, que tiene masas l¨ªquidas estables sobre su superficie; solo que los mares, r¨ªos y lagos de Tit¨¢n no son de agua, sino de metano l¨ªquido. Al poseer una gravedad considerable (solo un poco inferior a la de la Luna) y una atm¨®sfera densa, el metano presenta en Tit¨¢n un ciclo similar al del agua en la Tierra, aunque en un rango de temperaturas muy inferior (alrededor de los -180? C), con sus nubes, sus lluvias y sus fen¨®menos de erosi¨®n.
El metano es descompuesto por la radiaci¨®n ultravioleta en hidr¨®geno y acetileno, y sin embargo su nivel en Tit¨¢n permanece constante, lo que sugiere que ¡°algo¡± produce metano al mismo ritmo que se descompone, lo que podr¨ªa indicar la presencia de alguna forma de vida.
Un sat¨¦lite novelesco
Al igual que Europa, Tit¨¢n ha sido ¡°visitado¡± a menudo por los autores de ciencia ficci¨®n. El propio Arthur C. Clarke, que, como vimos la semana pasada, convirti¨® Europa en escenario de una nueva evoluci¨®n hacia la vida inteligente en 2010: odisea dos, public¨® en 1975 la novela Regreso a Tit¨¢n, en la que un titaniano descendiente de colonos humanos visita la Tierra.
En la novela Tit¨¢n, de John Varley, una expedici¨®n terrestre a Saturno descubre un enorme toro de Stanford de m¨¢s de mil kil¨®metros de di¨¢metro en ¨®rbita alrededor del planeta, y en cuyo interior viven extra?as criaturas, como los tit¨¢nidos, una especie de belicosos centauros.
Tambi¨¦n Robert Heinlein, el maestro de Varley, visit¨® literariamente el sat¨¦lite saturniano en su novela Tit¨¢n invade la Tierra (tambi¨¦n conocida como Amos de t¨ªteres), uno de los primeros exponentes del nutrido subg¨¦nero de las invasiones sutiles.
Pero la m¨¢s singular aproximaci¨®n literaria al sat¨¦lite gigante sigue siendo Las sirenas de Tit¨¢n (1959), de Kurt Vonnegut, donde aparecen por primera vez los avanzad¨ªsimos habitantes del planeta Trafalmadore, que reaparecer¨¢n en Matadero cinco, la novela m¨¢s famosa del autor estadounidense. Las sirenas que dan t¨ªtulo al libro son unas mujeres tan hermosas que su visi¨®n resulta casi insoportable. Pero teniendo en cuenta que, de existir, los hipot¨¦ticos habitantes de Tit¨¢n respirar¨ªan metano, soportar¨ªan temperaturas de -180? C y estar¨ªan sujetas a una gravedad siete veces inferior a la terrestre, ?c¨®mo ser¨ªan esas sirenas de los g¨¦lidos mares de hidrocarburos? No es probable que fueran muy atractivas a los ojos de los humanos. Invito a mis sagaces lectoras/es a describir su posible aspecto y su fisiolog¨ªa.
Carlo Frabetti es escritor y matem¨¢tico, miembro de la Academia de Ciencias de Nueva York. Ha publicado m¨¢s de 50 obras de divulgaci¨®n cient¨ªfica para adultos, ni?os y j¨®venes, entre ellos Maldita f¨ªsica, Malditas matem¨¢ticas o El gran juego. Fue guionista de La bola de cristal.
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