Reajustes a la turca
En el trasfondo de la ofensiva de Erdogan en Siria se percibe una compleja negociaci¨®n entre Ankara y Bruselas sobre refugiados, gas, reunificaci¨®n de Chipre y acuerdos estructurales con la Uni¨®n Europea
La pausada pero persistente intervenci¨®n turca en el norte kurdo de Siria podr¨ªa recordar a la Operaci¨®n Sol que lanz¨® Ankara contra el PKK a trav¨¦s de la frontera con Irak, de eso hace casi 11 a?os. La diferencia fundamental es que la zona de ataque de las dos brigadas mecanizadas turcas participantes en la actual Operaci¨®n Manantial de Paz, como el resto de Siria, sigue en carne viva desde que comenzara la guerra civil, hace ya m¨¢s de ocho a?os. Y que por el camino alumbr¨® la contienda contra el denominado Estado Isl¨¢mico, compartida con Irak. Todo ello atrajo una persistente intervenci¨®n de grandes potencias y actores regionales y ahora mismo existe el temor de que la presi¨®n militar turca pueda llevar a punto de ebullici¨®n a toda la zona. La convergencia de las milicias kurdas con refuerzos enviados por el r¨¦gimen de El Asad podr¨ªa complicar a¨²n m¨¢s las cosas.
Est¨¢ claro que el objetivo inmediato es partirle el espinazo a la denominada Federaci¨®n Democr¨¢tica del Norte de Siria, conocida popularmente como Rojava, que es el Kurdist¨¢n sirio occidental, y que ha ido expandi¨¦ndose hasta ocupar unos 50.000 kil¨®metros cuadrados ¡ªcasi un tercio del territorio de Siria¡ª en el cual habitan m¨¢s de dos millones de personas. Aunque formalmente es una Administraci¨®n aut¨®noma, posee fuerzas armadas propias, as¨ª como una Constituci¨®n que modela un Estado definido a menudo como socialista-libertario, con igualdad entre g¨¦neros, justicia retributiva, libertad de cultos, protecci¨®n de minor¨ªas ¨¦tnicas y todo un conjunto de rasgos que incluso han sido definidos como de una aut¨¦ntica revoluci¨®n social.
En un mundo de nuevos l¨ªderes autoritarios, farrucos nacionalistas radicales y populistas de usar y tirar, la imagen de una rep¨²blica en pleno Oriente Pr¨®ximo defendida en buena medida por mujeres armadas es una imagen que le ha granjeado muchas simpat¨ªas a los kurdos entre unas izquierdas progresistas occidentales que ponen sus esperanzas en nuevas propuestas como el cibercomunismo, el econanarquismo, el municipalismo libertario o lo que se ha venido en denominar de manera gen¨¦rica, el Socialismo del siglo XXI.
L¨®gicamente, esa imagen no es plato de gusto del presidente Trump que ha recurrido a un argumento tan esperp¨¦ntico como c¨ªnico para dejar de respaldar militarmente a los kurdos con las fuerzas especiales que les hab¨ªan ayudado a combatir al Estado Isl¨¢mico: los kurdos no habr¨ªan ayudado a los americanos en la Segunda Guerra Mundial ni en Normand¨ªa (sic), citando, al parecer, argumentos del portal conservador Townhall.
Una rep¨²blica en Oriente Pr¨®ximo defendida en buena medida por mujeres armadas despierta simpat¨ªa
El desmarque americano preocupa en Israel, que viene apoyando a los kurdos en Irak y Siria desde hace a?os en el primer caso y desde 2011 en el segundo. Trump no consult¨® ni con el Congreso, ni con el Senado ni inform¨® a Netanyahu con antelaci¨®n de su nueva pol¨ªtica ante los kurdos. Para Jerusal¨¦n, el Kurdist¨¢n en su conjunto tiene un especial inter¨¦s estrat¨¦gico: de ah¨ª sale parte del petr¨®leo que consume. Por ende, si se formara un Estado kurdo para Israel ser¨ªa un excelente aliado situado entre Siria, Irak, Ir¨¢n y Turqu¨ªa.
Hay quien opina que en realidad Ankara intenta rescatar un antiguo plan del presidente sirio, Hafez el Asad, para ¡°arabizar¡± el norte de Siria y disolver la presencia kurda. Aquel plan de los a?os setenta del siglo pasado, denominado cintur¨®n ¨¢rabe, quiz¨¢ podr¨ªa realizarse actualmente con los millones de refugiados que tiene Turqu¨ªa en sus campamentos y bajo el auspicio de sus aliados sirios de la oposici¨®n, el conocido como Gobierno interino sirio.
Sin embargo, y como es l¨®gico, esta falla es reflejo de movimientos tect¨®nicos de fondo en toda la geograf¨ªa de la regi¨®n. Es cierto que existe un trasfondo de la actual acci¨®n militar turca relacionado con la intenci¨®n de Erdogan de organizar la celebraci¨®n del centenario de la Rep¨²blica turca, en 2023, como sucesor de Atat¨¹rk. Pero esto no lo hace ¨²nico: estamos en la era de los caudillos nacionalistas duros, desde Bolsonaro hasta Duterte, pasando por Modi; y Erdogan no es sino uno de ellos.
Pero este no es m¨¢s que un factor en un Oriente Pr¨®ximo que est¨¢ patas arriba: antiguas potencias centrales como Siria e Irak despiezadas; un Qatar que juega a ser el ¡°Israel ¨¢rabe¡± ¡ªen t¨¦rminos estrat¨¦gicos¡ª y que en una serie de aspectos se permite ir por libre. Una Arabia Saud¨ª que no puede erigirse en cabeza de la regi¨®n aunque lo intenta desde hace d¨¦cadas. Un Ir¨¢n que lleva a?os estando en la encrucijada. Ankara, de una manera u otra, est¨¢ implicada en todos esos avisperos.
Trump no consult¨® al Congreso ni al Senado ni adelant¨® a Netanyahu su nueva pol¨ªtica ante los kurdos
Turqu¨ªa tambi¨¦n es miembro de la OTAN, y se da la circunstancia de que frente a su eje de avance en Siria, se encuentran unidades especiales de la Alianza Atl¨¢ntica; no solo estadounidenses, ya en retirada, sino tambi¨¦n de otros pa¨ªses miembros. Es bien conocida la situaci¨®n de tirantez entre Ankara y Bruselas desde el golpe de 2016, que se manifiesta de continuo en las reuniones de altos mandos de la Alianza, y que podr¨ªa terminar en la salida turca de la OTAN. Aunque cuesta creer que la sangre llegue al r¨ªo, debido al enorme golpe moral y de prestigio que le supondr¨ªa a la Alianza Atl¨¢ntica perder a un socio de este calibre, con una posici¨®n estrat¨¦gica que incluye el control de los Estrechos o la base a¨¦rea de Incirlik, entre otros activos.
Y por si faltara algo, los nuevos yacimientos de gas en las costas del Mediterr¨¢neo oriental, en aguas territoriales de Chipre (Afrodita), L¨ªbano (Tamar), Israel (Leviat¨¢n) y Egipto (Zhor), son otro mar de fondo en esos reajustes. Aunque va a ser caro y complicado organizar el suministro a Europa desde esos yacimientos, la necesidad de recortar la dependencia de Rusia est¨¢ haciendo avanzar las prospecciones y ha disparado ilusiones y ambiciones.
En todo ello, la conflictiva situaci¨®n del Chipre dividido complica el papel de Turqu¨ªa como parte del negocio de explotaci¨®n y distribuci¨®n, y la vez encona las discusiones sobre la divisi¨®n de la isla. Ankara manifest¨® su enfado este mismo verano iniciando prospecciones en aguas chipriotas, diciendo hacerlo en nombre de los derechos de la Rep¨²blica Turca del norte de Chipre. Ante ello la UE sali¨® en defensa de Nicosia y amenaz¨® a Turqu¨ªa con sanciones. Lo que provoc¨® un nuevo choque Ankara-Bruselas.
As¨ª que, posiblemente, el trasfondo de la aparatosa ofensiva turca en Siria resida en una compleja negociaci¨®n a cara de perro entre Ankara y Bruselas en la cual las piezas de intercambio sean refugiados, cuotas del negocio del gas en el Mediterr¨¢neo oriental, desbloqueo de las negociaciones sobre la reunificaci¨®n de Chipre, nueva posici¨®n de Atenas ante Bruselas ¡ªtras las elecciones del pasado mes de julio¡ª y nuevos acuerdos estructurales con la Uni¨®n Europea. Todo lo cual, por cierto, explicar¨ªa el descarado desinter¨¦s interesado de Trump, para el cual todo lo que sea desgaste del proceso de integraci¨®n europeo es bienvenido. Y m¨¢s, en plena crisis del Brexit.
Francisco Veiga es profesor de Historia Actual en la Universidad Aut¨®noma de Barcelona y autor de El turco (2? edici¨®n, 2019) y Ciudad para ser herida (novela, 2018).
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