Condenar la violencia solo de boquilla
Para reivindicarse como pac¨ªfico, Torra debe desconvocar y deslegitimar todo acto que bajo la excusa de la "desobediencia civil" genere altercados
Quim Torra es el responsable pol¨ªtico que debe asfixiar los in¨¦ditos y duros episodios de violencia callejera en Catalu?a. Porque la Generalitat que preside (formalmente) ostenta la competencia de orden p¨²blico. Pero tambi¨¦n es el culpable pol¨ªtico (otra cosa es lo jur¨ªdico) por alentar el clima de tensi¨®n, agitaci¨®n y crispaci¨®n y por llamar al enfrentamiento (bajo el seud¨®nimo de ¡°confrontaci¨®n¡±) contra el Estado, lo que cuece el caldo de cultivo espec¨ªfico, no de la mayoritaria protesta pac¨ªfica, sino de la minoritaria brutalidad de las barricadas.
Lo ha hecho todos los d¨ªas durante cinco meses, desde que acab¨® la vista oral del juicio del proc¨¦s el 12 de junio, bajo el lema de ¡°dar una respuesta¡± a la sentencia.
Y no ha sabido, ni intentado ni querido dar cauce pol¨ªtico a esa ¡°respuesta¡±: convocatoria de elecciones anticipadas, remodelaci¨®n del Govern, restablecimiento del di¨¢logo interno entre catalanes, respetuosa petici¨®n de medidas de gracia¡ As¨ª que, puesto que el vac¨ªo de poder llama a que alguien intente llenarlo, casi lo ha tomado la calle: solo los Mossos (flanqueados por los dem¨¢s cuerpos policiales) y su consejero Miquel Buch han salvado ¡ªadem¨¢s del Gobierno de Espa?a¡ª la institucionalidad catalana.
Lo ins¨®lito es que Torra y su c¨ªrculo ¨ªntimo (su familia, Laura Borr¨¤s¡) han roto el cord¨®n sanitario que la inmensidad de los catalanes decretaron hace tiempo contra la violencia. Al invitar y jalear a Carles Sastre, el condenado por el asesinato de Jos¨¦ Mar¨ªa Bult¨® por cuenta del conglomerado de Terra Lliure, hoy investido de sindicalista oficial nacionalista; al minimizar la presunta gravedad de la presunta actuaci¨®n de los acusados de terrorismo en la Operaci¨®n Judas; al criminalizar a las fuerzas de seguridad espa?olas por los des¨®rdenes causados por los CDR, tsunamis y dem¨¢s protegidos, el piquete de Waterloo abre zonas de contacto y ¨®smosis entre todas las violencias y el pacifismo. Y mancha, perjudica y arruina a los ciudadanos pac¨ªficos.
No basta con condenar la violencia de boquilla (torcida). Para reivindicarse como pac¨ªfico, Torra debe ser inequ¨ªvocamente activo contra los que la ejercen. ?C¨®mo? Desconvocando y deslegitimando todo acto que bajo la excusa de la ¡°desobediencia civil¡± genere altercados, desacato a la autoridad y ataques a los servidores del orden. Retirando el lema de la ¡°confrontaci¨®n¡± contra ¡°el Estado¡±. Personando como acusaci¨®n a la Generalitat en los procedimientos incoados contra los detenidos por actos violentos. Al menos.
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