Tamara Rojo: ¡°Soy espa?ola, mujer y dirijo una compa?¨ªa importante. Algo malo hay que decir de m¨ª¡±
Es la directora art¨ªstica del English National Ballet y es Comandante de la Orden del Imperio Brit¨¢nico y Premio Pr¨ªncipe de Asturias. Pero todav¨ªa hay gente que no se ha enterado
La espa?ola m¨¢s importante del?ballet cl¨¢sico a nivel mundial naci¨® en Canad¨¢ porque a su padre no se le ocurri¨® un lugar m¨¢s alejado de la Espa?a de Franco para vivir. Pero se cri¨® en Madrid y en el colegio se enganch¨® a las clases de ballet. ¡°Era el ¨²nico sitio donde no hab¨ªa ruido. El patio era una batalla campal y las clases de ballet, un oasis. Aunque yo tampoco era ninguna mosquita muerta¡±, recuerda. Desde entonces, Tamara Rojo (Montreal, 1974) ha logrado el sue?o de ser la primera bailarina de grandes compa?¨ªas como el Royal Ballet de Londres o el English National Ballet.
En 2012, cuando estaba en lo m¨¢s alto, dio un giro a su carrera para ponerse tambi¨¦n al frente de la direcci¨®n art¨ªstica del English National Ballet. ¡°He tomado decisiones arriesgadas sin saberlo porque ten¨ªa claro lo que quer¨ªa hacer. Las que m¨¢s temor me han dado han sido las que no me afectaban solo a m¨ª. Como hacer la versi¨®n reinventada de Giselle que hicimos en el Teatro Real de Madrid del 10 al 12 de octubre. Sab¨ªa que en el mundillo iba a verse con recelo que yo hurgara en la tradici¨®n¡±, dice. Pero es m¨¢s fuerte su prop¨®sito de acercar el ballet a un p¨²blico que piensa que eso no es para ¨¦l. ¡°En el cl¨¢sico se hacen pocos cambios porque se tiene mucho miedo a perder la tradici¨®n¡±.
Ella vive a un ritmo fren¨¦tico y duerme menos de seis horas porque bailar y dirigir la compa?¨ªa le ocupan el resto del tiempo. ¡°Para bailar bien has de cuidar tu cuerpo como si fuera un Ferrari, descansar, comer, darte masajes y muchas horas de ensayo. Para dirigir, necesitas todo ese tiempo para reunirte con artistas, el alcalde, los ministros y, adem¨¢s, echar horas en el estudio¡±. Lleva 22 a?os viviendo en Londres, su hogar. ¡°Pero tambi¨¦n Madrid es hogar, ah¨ª est¨¢ la casa de mis padres. Cada vez que vuelvo a ella es como si tuviera 15 a?os. ?Hay hora de cenar!¡±, r¨ªe.
¡°Me duele por innecesario. Si lo que hago en el escenario no te gusta, est¨¢ bien. Pero si no te gusta lo que soy, tiene poco arreglo¡±
Acostumbrada a las buenas cr¨ªticas y a los premios (es Comandante de la Orden del Imperio Brit¨¢nico y Premio Pr¨ªncipe de Asturias) le molesta que la ataquen personalmente. ¡°Me duele por innecesario. Si lo que hago en el escenario no te gusta, est¨¢ bien. Pero si no te gusta lo que soy, tiene poco arreglo¡±. Se refiere al revuelo que se arm¨® cuando comenz¨® a salir con un bailar¨ªn de su compa?¨ªa, Isaac Hern¨¢ndez. ¡°Soy espa?ola, mujer y dirijo una compa?¨ªa importante. Algo malo hay que decir de m¨ª¡±.
El dolor f¨ªsico acompa?a a los bailarines a lo largo de su carrera, pero Tamara confiesa que merece la pena. ¡°El ballet me da una sensaci¨®n de libertad que no he encontrado en otro lugar. Hay momentos en los que el cuerpo duele, pero no es una agon¨ªa constante, no soy masoquista. Al terminar una funci¨®n acabo como el que ha corrido un marat¨®n¡±. Su tesis doctoral de 2016, Perfil psicol¨®gico de un bailar¨ªn de alto nivel, habla de eso. ¡°Aunque la mentalidad de un bailar¨ªn y un deportista de ¨¦lite tengan las mismas caracter¨ªsticas de perfeccionismo e inteligencia emocional, en el ballet no hay medallas. Nuestro fin es el arte¡±. Por eso, Tamara cree que todos los ni?os deber¨ªan estudiar ballet. ¡°Da autoestima, disciplina, ense?a a concentrarse en una sola cosa hasta su punto m¨¢s ¨¢lgido y aprendes el significado del sacrificio. Hay demasiada incidencia en las cosas a corto plazo que se ganan casi por accidente¡±.
Ante la pregunta de si ser¨ªa posible desarrollar en Espa?a el trabajo que desempe?a en Londres es contundente. ¡°No. En Espa?a no hay un sistema de gesti¨®n transparente de las instituciones culturales. No se puede planear a largo plazo. Tampoco hay leyes de mecenazgo adecuadas. Hace falta una visi¨®n diferente. Ojal¨¢ se logre porque hay mucho talento, dedicaci¨®n y un p¨²blico hambriento que merece m¨¢s y mejor¡±. El que pag¨® hasta 200 euros por verla bailar en Madrid.
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