Menos prisas, Boris
La inconveniencia de tratar con l¨ªderes populistas temperamentales es que improvisan, pierden la br¨²jula y son as¨ª poco cre¨ªbles: generan incertidumbre
La inconveniencia de tratar con l¨ªderes populistas temperamentales es que improvisan, pierden la br¨²jula y son as¨ª poco cre¨ªbles: generan incertidumbre. Es lo que le ocurre a la oposici¨®n brit¨¢nica, y a los socios europeos del Reino Unido con Boris Johnson. El primer ministro ha convertido en cuesti¨®n ontol¨®gica atenerse milim¨¦tricamente al calendario del Brexit pactado con la Uni¨®n Europea, es decir, el pr¨®ximo jueves, 31 de octubre, sin pr¨®rroga. Pero no porque se derrita por cumplir compromisos, acatar leyes o ser cort¨¦s, sino para visualizar su presunta firmeza, su estilo en apariencia irreductible, tras tres a?os largos de meandros dom¨¦sticos y externos en el proceso de retirada del reino, y afirmarse as¨ª como dominador de un partido conservador lleno de frondas y de un legislativo esquivo e inc¨®modo.
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El destacado logro de que los diputados brit¨¢nicos dieran el martes un aprobado de principio a su formato de retirada al primer ministro, inicialmente bendecido por la Uni¨®n Europea, no le bast¨®. Al contrario, se le atragant¨® porque fue acompa?ado de la exigencia de Westminster de que la tramitaci¨®n legal de su Brexit fuera pausada y prolongada, y no, contra lo que pretend¨ªa Johnson, de tres d¨ªas en los Comunes y una semana en total, contando el tr¨¢mite de los Lores. ?Por qu¨¦ tanta precipitaci¨®n? Para irse antes del d¨ªa 31 y exhibir m¨²sculo. Pero los muchos detalles discutibles en el centenar de p¨¢ginas de la ley ¡ªtrascendental desde la perspectiva hist¨®rica¡ª aconsejaron a una mayor¨ªa no despacharla en el tiempo en que se formaliza un clic digital.
Y adem¨¢s, varios pretenden mejorar el texto con enmiendas que son poco atractivas para Johnson: retocar la nueva cl¨¢usula irlandesa, reincorporando a todo el reino a la uni¨®n aduanera europea; o fijar un segundo refer¨¦ndum, no ya sobre el Brexit, sino sobre si es mejor la salida propuesta que la permanencia en la UE, algo nada carente de l¨®gica, pues la primera consulta fue demediada, al no detallar la modalidad de la retirada.
Ahora, el primer ministro pretende oscurecer su derrota t¨¢ctica de no llegar al d¨ªa 31, reduciendo en la pr¨¢ctica el calendario pausado de Westminster a dos o tres semanas y a cambio de un acuerdo para convocar elecciones anticipadas en diciembre. Como para esa operaci¨®n se necesitan dos tercios de los esca?os, en realidad tira la pelota al tejado de los desnortados laboristas.
Su juego maquiav¨¦lico, lleno de trampas, incluye los desprecios a la C¨¢mara, su humillaci¨®n a la reina, su reluctancia a los tribunales y el env¨ªo de mensajes contradictorios y contrapuestos (por carta y por tel¨¦fono) a los 27. Ojal¨¢ que estos s¨ªndromes no impidan al menos que cumpla el compromiso firmado con los 27 de un Brexit ordenado. En bien de los europeos, pero, sobre todo, de los amigos brit¨¢nicos.
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