Brexit: gana Europa
El acuerdo alcanzado ayer entre el Reino Unido y la Uni¨®n Europea (UE) para la retirada ordenada de aqu¨¦l del club de los 28 puede ser una muy buena noticia
El acuerdo alcanzado ayer entre el Reino Unido y la Uni¨®n Europea (UE) para la retirada ordenada de aqu¨¦l del club de los 28 puede ser una muy buena noticia. Si el Parlamento de Westminster lo ratifica ma?ana, supondr¨¢ un Brexit con un caos minimizado: significar¨ªa la triste p¨¦rdida de un socio relevante, pero con cierta calma, evitando la agravaci¨®n del proceso desacelerador de la econom¨ªa, as¨ª como graves da?os a los intereses de los ciudadanos europeos instalados en la isla.
Si Westminster lo rechaza, dif¨ªcilmente su eurohostil impulsor, Boris Johnson, sobrevivir¨¢ pol¨ªticamente a su aventura populista, lo que tampoco ser¨ªa una desgracia desde la perspectiva continental.
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El pacto valida casi todo lo esencial del Acuerdo de Retirada tejido por Theresa May y Bruselas. A saber, una compensaci¨®n econ¨®mica de Londres superior a los 40.000 millones de euros; el mantenimiento de los derechos c¨ªvicos, laborales y sociales de los ciudadanos europeos residenciados en el Reino Unido (y a la inversa); un largo per¨ªodo transitorio en los que el desenganche se podr¨¢ digerir sin traumas; y un cuerpo institucional de comit¨¦s conjuntos y mecanismos de resoluci¨®n de discrepancias, entre los que destaca un papel preponderante para el Tribunal de Justicia de la Uni¨®n.
Londres obtiene la reformulaci¨®n de la salvaguarda irlandesa (el backstop por el que todo el reino se mantendr¨ªa dentro de la uni¨®n aduanera europea sin fecha l¨ªmite), destinada a evitar fronteras muy visibles que partieran en dos el territorio irland¨¦s. Pero los deber¨¢ instalar, contra su deseo, en la frontera mar¨ªtima (portuaria y aeroportuaria) entre el Ulster y la Gran Breta?a y bajo inspecci¨®n de la UE: una alternativa que los europeos aceptaban hace mucho tiempo, contra la que combati¨® Johnson, y de la que por su culpa tuvo que prescindir May. No es ning¨²n ¨¦xito diplom¨¢tico para ¨¦l. Y adem¨¢s, compromete al Ulster a mantener buena parte de la disciplina del mercado interior europeo ¡ªIVA incluido¡ª, y al entero Reino Unido a obedecer las reglas que prohiben atentar contra la competerncia mediante ayudas p¨²blicas excesivas que discriminar¨ªan a las empresas continentales. Obtiene a cambio la libertad de negociar con terceros pa¨ªses acuerdos comerciales en solitario, veremos si tan beneficiosos como aquellos de los que ahora disfruta como miembro de la Uni¨®n, dado el ¨ªnfimo tama?o comparativo de su econom¨ªa y poblaci¨®n.
Gana pues la UE ¡ªa expensas de lo que suceda en Westminster¡ª, aunque deba lamentar la p¨¦rdida de un socio con grandes capacidades (militar, diplom¨¢tica, de innovaci¨®n), solo empeque?ecidas por su obstruccionismo (a la Europa social, a la pol¨ªtica migratoria, a entrar en el euro). Y dentro de ella ganan m¨¢s los pa¨ªses que m¨¢s intensas relaciones mantienen con ¨¦l. Como Espa?a.
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