El primer ministro de Irlanda y el concierto de Cher: una historia que no deber¨ªa sorprendernos
Leo Varadkar es l¨ªder de un partido conservador, fan de la cantante y abiertamente homosexual. Y en un mundo mejor, este art¨ªculo no tendr¨ªa por qu¨¦ existir
El proceso del Brexit se ha convertido en algo tan complejo y atascado que comprender sus procesos y sus tiempos parece reservado para el polit¨®logo experto o para el lector voraz de prensa internacional. Uno de los elementos m¨¢s controvertidos del documento que Boris Johnson negocia con la Uni¨®n Europea es la frontera irlandesa y las implicaciones de aduanas e impuestos que supondr¨ªa. Y aqu¨ª entra nuestro protagonista, Leo Varadkar (Dubl¨ªn, 1979).
Seg¨²n ha publicado el 'Irish Mirror', ¡°el primer ministro ha revelado a sus colegas que quiere que el acuerdo del Brexit se cierre antes del 31 de octubre¡± porque ¡°tiene entradas para ir a ver la leyenda del pop en el 3Arena de Dubl¨ªn y quiere disfrutarlo en condiciones¡±
Leo Varadkar es el primer ministro de Irlanda desde junio de 2017. Su victoria dej¨® para la posteridad varios hitos: es el primer ministro m¨¢s joven de su historia (gan¨® con 38 a?os), el primero perteneciente a una minor¨ªa ¨¦tnica (es hijo de un inmigrante indio) y el primero abiertamente gay. Y gobierna como cabeza de Fine Gael, un partido conservador, democristiano y de derechas. Y le encanta Cher. Tanto, que su amor por la artista se ha metido de lleno en su agenda pol¨ªtica.
Seg¨²n ha publicado el Irish Mirror, ¡°el primer ministro ha revelado a sus colegas que quiere que el acuerdo del Brexit se cierre antes del 31 de octubre¡± porque ¡°tiene entradas para ir a ver la leyenda del pop en el 3Arena de Dubl¨ªn y quiere disfrutarlo en condiciones¡±. ¡°Aparentemente Leo Varadkar est¨¢ dispuesto a llegar a un acuerdo para le Brexit antes del 31 de octubre porque tiene entradas para un concierto de Cher el 1 de noviembre¡±, tuite¨® el escritor Michael Hutchinson esta semana. ¡°Honestamente, es un argumento mejor que cualquier cosa que hayamos escuchado en el Parlamento del Reino Unido¡±.
Que un primer ministro intente apurar un acuerdo para acudir a un concierto de Cher puede sonar extra?o, pero tambi¨¦n nos enfrenta a nuestros propios prejuicios. Extra?ar¨ªa menos ¨Cy probablemente no estar¨ªamos escribiendo esta noticia¨C si en vez de un concierto de Cher se tratase de un partido de f¨²tbol. Pocos criticaron que Mariano Rajoy se fuese al f¨²tbol en 2012 justo tras comparecer en la Moncloa para anunciar el rescate a la banca espa?ola.?
El tuit del escritor Michael Hutchinson, que alaba a Varadkar por querer apurar el acuerdo del Brexit gracias a Cher.
S¨ª se levantaron cejas, por ejemplo, cuando en la boda de Javier Maroto (que tiene en com¨²n con Varadkar ser un pol¨ªtico abiertamente homosexual en un partido conservador) las mesas se nombraron en honor de artistas que han actuado en Eurovisi¨®n (mesa Az¨²car Moreno, mesa C¨¦line Dion, mesa ABBA, mesa Johnny Logan...). ?Una an¨¦cdota divertida para la prensa? Desde luego, pero fue tambi¨¦n recibido con cierta sorna que no hubiera existido si, por ejemplo, las mesas se nombrasen en honor de equipos de f¨²tbol o deportistas relevantes.
La admiraci¨®n a artistas pop, esos que fabrican canciones disfrutables, coloristas y ligeras, todav¨ªa se ve como algo bajo, poco propio de alguien que ocupa un puesto p¨²blico de importancia
Varadkar es tambi¨¦n un enorme admirador de Kylie Minogue y le envi¨® una carta antes de un concierto en Dubl¨ªn invit¨¢ndola personalmente a pasar unos d¨ªas en el pa¨ªs. De nuevo, esto fue noticia. La admiraci¨®n a artistas pop, esos que fabrican canciones disfrutables, coloristas y ligeras, todav¨ªa se ve como algo bajo, poco propio de alguien que ocupa un puesto p¨²blico de importancia.
En este sentido, es necesario recordar lo llamativo y poderoso que fue el discurso del viudo de Xavier Jugele, el polic¨ªa asesinado en Par¨ªs en abril de 2017 tras un tiroteo reivindicado por el Daesh y que dos a?os antes ya se hab¨ªa presentado en el teatro Bataclan durante la masacre que dej¨® ochenta muertos. Su viudo, Etienenne Cardiles, cont¨® a todas las personalidades pol¨ªticas y autoridades reunidas alrededor de su f¨¦retro, durante un emotivo discurso, lo siguiente: que aquel h¨¦roe que hab¨ªa muerto en acto de servicio era un enorme admirador de Madonna y Britney Spears e ¡°iba a sus conciertos una y otra vez, a veces siguiendo a una artista durante toda su gira¡±.
Al polic¨ªa que se enfrentaba a terroristas le gustaba Britney, a Javier Maroto le gusta C¨¦line Dion y al primer ministro irland¨¦s le preocupa no llegar al concierto de Cher. Alguno pensar¨¢ que esto perpet¨²a un t¨®pico sobre los gais, pero desde luego lo rompe sobre la pol¨ªtica, habitualmente tan gris¨¢cea. E incluso aunque fuese un t¨®pico, los t¨®picos tambi¨¦n merecen normalizarse.
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