Cien espa?oles y un reto: escuchar opiniones pseudocient¨ªficas y morderse la lengua
Un proyecto lanzado en cinco pa¨ªses europeos estudia en consultas ciudadanas multitudinarias de d¨®nde surgen los recelos hacia la ciencia
¡°La poblaci¨®n no puede saber todo de todo. Yo no s¨¦ c¨®mo funciona un avi¨®n, pero conf¨ªo en que est¨¢n bien pensados y me monto¡±. Un anciano ilustraba as¨ª su relaci¨®n con las vacunas y su confianza en el sistema de salud que las suministra. Pero mucha gente recela de las autoridades sanitarias, de los mensajes de los gobiernos sobre medicamentos, de los expertos sobre los transg¨¦nicos o de los cient¨ªficos sobre cambio clim¨¢tico. Ante esta crisis de confianza, los especialistas se preguntan c¨®mo se forman las opiniones de la ciudadan¨ªa, d¨®nde se informan y a qui¨¦n creen en temas cient¨ªficos tan decisivos. Para resolver este dilema, estos d¨ªas se est¨¢ desarrollando en Europa una consulta ciudadana en cinco pa¨ªses (Polonia, Italia, Eslovaquia, Espa?a, Portugal) que se sustenta un pilar fundamental: escuchar a la ciudadan¨ªa. Escuchar lo que opinan, pero sobre todo por qu¨¦ lo opinan, sin rega?ar, dar lecciones o tratar de cambiar esa visi¨®n.
La pen¨²ltima consulta se realiz¨® este fin de semana en el Jard¨ªn Bot¨¢nico de la Universitat de Val¨¨ncia, instituci¨®n que capitanea este proyecto europeo que lleva m¨¢s de un a?o de preparaci¨®n desde que la Uni¨®n Europea le diera luz verde. Como en los otros cuatro pa¨ªses, cien personas representativas de toda la sociedad espa?ola se desplazaron hasta all¨ª para una jornada maratoniana de debates sobre cuatro asuntos que suelene generar controversia en el ¨¢mbito de la ciencia: cambio clim¨¢tico, vacunas, organismos modificados gen¨¦ticamente y las llamadas terapias alternativas. Catorce mesas con siete u ocho participantes, dos grabadoras y un moderador que conduc¨ªa la conversaci¨®n. ¡°?D¨®nde lo escuch¨®? ?Hubo un profesor de Biolog¨ªa en el colegio que dej¨® huella? ?Es por una experiencia personal?¡±, se pregunta Carolina Moreno, catedr¨¢tica de la Universitat de Val¨¨ncia y responsable de esta iniciativa, denominada Concise, que trata de conocer ¡°la trazabilidad de la creencia sobre ciencia¡±, seg¨²n sus propias palabras.?
Una mujer cont¨® que usa un remedio de cebolla contra la tos y una anciana le respondi¨® socarrona: ¡°Olv¨ªdate de la cebolla y deja de fumar¡±
Frente a las encuestas, este formato cualitativo permite profundizar enormemente en las mareas de fondo que est¨¢n influyendo. La organizaci¨®n invit¨® a EL PA?S a asistir como observador en el evento, que tuvo lugar el s¨¢bado, lo que permit¨ªa escuchar discretamente las conversaciones de los grupos para formarse una idea muy preliminar, pero muy interesante, de c¨®mo los espa?oles forman su criterio en estas cuestiones. Los observadores y moderadores deb¨ªan morderse la lengua para no condicionar a los participantes, que deb¨ªan expresarse en libertad. Incluso en las redes sociales se critic¨® a Concise por esta neutralidad cient¨ªfica: "Si te posicionas, no dicen lo que piensan de verdad, que es para lo que estamos aqu¨ª hoy. No hemos venido a aleccionarlos", resum¨ªa Moreno.
Durante los debates sobre la crisis clim¨¢tica, los participantes centraron muchas de sus opiniones en el papel de los medios de comunicaci¨®n, para criticarlos duramente en la mayor¨ªa de las ocasiones. Una joven aplaud¨ªa a los medios que se apoyan en el dinero de los lectores, lo que los aleja de ¡°los intereses de las empresas¡±, un septuagenario se?alaba que ya no compra peri¨®dicos y se informa por canales de YouTube ¡°que aciertan m¨¢s que los peri¨®dicos¡± y otra joven propon¨ªa que las noticias sobre el calentamiento fueran escritas directamente ¡°por cient¨ªficos y no por becarios para rellenar un hueco en una p¨¢gina¡±. Se hablaba de "amarillismo" y "falta de rigor", pero tambi¨¦n de falta de referentes concretos de los que fiarse.
Surgieron muchas m¨¢s controversias en el segundo tema, las vacunas. Un hombre mayor reconoc¨ªa que empieza a dudar al escuchar en casa las preguntas recelosas de unos sobrinos y una mujer aseguraba que a mucha gente le sientan mal. Una joven defend¨ªa que ¡°no se puede negar lo positivo, es mejor vacunar, por mucho que haya un ni?o o dos que se vuelvan autistas¡±. La moderadora pregunt¨® de donde se hab¨ªa sacado este dato, un bulo sin fundamento, y ella indic¨® que lo hab¨ªa visto en un reportaje de La Sexta en el que precisamente trataban de desmentir esta falsedad. Pero ella lo hab¨ªa incorporado a su informaci¨®n sobre las vacunas. La intenci¨®n de este proyecto, precisamente, es entender c¨®mo moldean su opini¨®n los ciudadanos con la informaci¨®n que reciben por distintos cauces.
"Si te posicionas, no dicen lo que piensan de verdad, que es para lo que estamos aqu¨ª hoy. No hemos venido a aleccionarlos", resum¨ªa Moreno
En algunas de las mesas la conversaci¨®n flu¨ªa sin pol¨¦micas, pero en otras el debate se encend¨ªa cuando se encontraban sujetos con opiniones muy controvertidas y que no renunciaban a defenderlas a pesar de la oposici¨®n de los dem¨¢s. Por ejemplo, un joven de 33 a?os que hab¨ªa realizado su mister en el Reino Unido aseguraba que ¡°todo el mundo sabe que los cient¨ªficos no tienen ¨¦tica¡±, que ¡°la informaci¨®n que te da el m¨¦dico sobre las vacunas no es la verdad, es su conclusi¨®n¡± o que ¡°si se descubre que tienen un componente malo para la salud, no te enterar¨ªas por los m¨¦dicos¡±. ¡°Quiero que me digan la verdad sobre las vacunas¡±, zanj¨®, ¡°que pongan toda la letra peque?a en la etiqueta, igual que lo ponen en la etiqueta de un donut¡±, dando a entender que las vacunas vienen sin prospecto informativo.
Los recelos de este joven se vieron respaldados por otros participantes, en su mesa y otras, cuando lleg¨® el debate sobre las llamadas terapias alternativas, y se evidenci¨® una vez m¨¢s la enorme confusi¨®n que existe en este campo entre los espa?oles, mezclando dietas, infusiones, h¨¢bitos y vitaminas con homeopat¨ªa, acupuntura y reiki. En varios grupos se escuch¨® que las enfermedades son producto del estado mental de las personas: ¡°Todo lo que no resuelves en tu mente tu cuerpo lo convertir¨¢ en una enfermedad¡±, dijo un se?or de unos 60 a?os cuya pareja, que no estaba presente, se dedica a las pseudoterapias. Y a?ad¨ªa: ¡°La homeopat¨ªa es un timo, eso est¨¢ claro, pero quieren meter en el mismo saco muchas cosas que no lo son para prohibirlas¡±, en referencia a la estrategia contra las pseudoterapias que ha lanzado el actual Gobierno en funciones.
Con la misma mentalidad, un joven apuntaba que si a alguien no le funcionan los remedios pseudocient¨ªficos ser¨¢ porque ¡°esa persona quiz¨¢ no estaba preparada emocionalmente para que le funcione¡±. Varias mujeres de distintas edades defend¨ªan la utilidad de la acupuntura, incluso para cuestiones psicol¨®gicas, porque es ¡°algo f¨ªsico, te est¨¢ tocando¡±. En muchos casos, la opini¨®n en este asunto ven¨ªa marcada por la experiencia personal y familiar, como indican la mayor¨ªa de los estudios sobre el uso de pseudoterapias. Una mujer cont¨® que usa un remedio de cebolla contra la tos y una anciana le respondi¨® socarrona: ¡°Olv¨ªdate de la cebolla y deja de fumar¡±.
Un anciano se?ala que ya no compra peri¨®dicos y se informa por canales de YouTube ¡°que aciertan m¨¢s que los peri¨®dicos¡±
En l¨ªneas generales, la mesa de debate en la que menos respaldo a las pseudoterapias se escuch¨® fue la que contaba con los ciudadanos con menos formaci¨®n acad¨¦mica: se re¨ªan de las ¡°tonter¨ªas¡± que hacen los curanderos y aseguraban confiar en la medicina y los profesionales sanitarios. A falta del an¨¢lisis pormenorizado de lo que se dijo, es algo que tambi¨¦n coincidir¨ªa con el perfil habitual de los usuarios de falsos remedios, que suelen ser personas con alto nivel educativo y sin problemas econ¨®micos. Ese es uno de los motivos por los que se lanz¨® este proyecto. ¡°Nos dimos cuenta en peque?os estudios de que se estaban rompiendo los esquemas de los investigadores¡±, indica Moreno, ¡°no era un problema de educaci¨®n; las personas con baja formaci¨®n conf¨ªan m¨¢s en las fuentes institucionales¡±.
¡°El recelo del dinero¡± fue el argumento m¨¢s usado en los debates sobre el ¨²ltimo de los temas, el de los organismos modificados gen¨¦ticamente. Tambi¨¦n se demostr¨® un gran desconocimiento, ya que pr¨¢cticamente todos los presentes estaban convencidos de que comen habitualmente transg¨¦nicos, usando ejemplos como sand¨ªas o uvas sin pepitas, frutas que no han sido modificadas gen¨¦ticamente. No obstante, casi todos los presentes mostraron muchas dudas sobre esta tecnolog¨ªa aplicada a la alimentaci¨®n porque ¡°no piensan en la salud de los dem¨¢s, sino en la producci¨®n y el beneficio¡±. ¡°No sabemos lo que comemos, yo quiero saber lo que le han hecho a este pimiento¡±, dijo un hombre que pertenece a un grupo de aficionados a la astronom¨ªa. ¡°Al final todo se mueve por intereses¡±, ¡°sobre transg¨¦nicos solo s¨¦ lo que le¨ª en Google¡±, ¡°me produce inquietud porque no sabemos si se usa bien o se usa mal¡± son otras frases que se oyeron en los debates y que representan mucho de lo que se dijo.
Al acabar la jornada, con un aplauso entusiasmado y una copa de cava, algo brillaba por encima de las controversias: las miradas satisfechas y orgullosas de cien personas que hab¨ªan podido explicarse con sinceridad y en profundidad. Y lo que dec¨ªan contaba: eran los protagonistas y se notaba. Todav¨ªa queda mucho para que Moreno y su equipo puedan estudiar a fondo las mil p¨¢ginas de transcripciones que surgir¨¢n de este d¨ªa, que adem¨¢s ser¨¢n traducidas al ingl¨¦s para poder comparar los resultados con los otros cuatro pa¨ªses europeos. Pero est¨¢n un poco m¨¢s cerca de entender a la ciudadan¨ªa: ya la han escuchado.
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