Charlene de M¨®naco, la princesa desaparecida
La esposa del pr¨ªncipe Alberto no ha participado desde hace meses en ning¨²n acto oficial del Principado y la ¨²ltima imagen de ella es de hace dos meses, cuando acompa?¨® a sus hijos al colegio
Charlene de M¨®naco ni est¨¢ ni se la espera, o al menos eso parece a tenor de lo poco que se prodiga en los actos de un pa¨ªs que confiaba en ella para recuperar el glamur que lo acompa?¨® cuando la princesa Gracia ejerci¨® de consorte y lo hizo visible al mundo. La altura del list¨®n que dej¨® la actriz de Hollywood y despu¨¦s?esposa?del pr¨ªncipe Rainiero era pr¨¢cticamente imposible de alcanzar, pero los monegascos creyeron que las t¨ªmidas sonrisas de la nadadora sudafricana, a la que pudieron ver por primera vez junto al pr¨ªncipe Alberto en 2006, ten¨ªan posibilidades. Trece a?os despu¨¦s nada es lo que se esperaba en esta pareja, menos a¨²n si se la compara con sus antecesoras.
Se cas¨® vestida por Giorgio Armani el 2 de julio de 2011 y ya entonces su boda, celebrada en el palacio de M¨®naco, estuvo bajo sospecha. Aunque ella lo desminti¨® pocos meses despu¨¦s en una entrevista emitida por la cadena estadounidense NBC, nunca ha logrado que el mundo creyera que no estuvo a punto de convertirse en novia a la fuga solo unos d¨ªas antes del enlace. A esta imagen de matrimonio de conveniencia tambi¨¦n ha contribuido que no ejerce como una princesa al uso que se prodigue en actos oficiales dentro y fuera del peque?o Principado. Es cierto que el pa¨ªs no cuenta con una agenda muy abultada, pero tambi¨¦n lo es que sigue siendo el mismo que ocupaba portadas unos a?os antes y que es m¨¢s frecuente que sea el pr¨ªncipe Alberto y su hermana Carolina los que? acudan como sus representantes del Principado a que lo haga Charlene, ya sea en solitario o acompa?ando a su esposo.
La ¨²ltima imagen conocida de la princesa Charlene se remonta al d¨ªa 11 de septiembre, cuando acompa?¨® a sus hijos, los mellizos Jaime y Gabriela, de cuatro a?os, a su primer d¨ªa en su nuevo colegio, un centro p¨²blico pr¨®ximo a palacio. La pareja decidi¨® que la cita era lo suficientemente importante como para que ambos hicieran acto de presencia junto a los peque?os, que se mostraron t¨ªmidos y algo temerosos en un v¨ªdeo que difundi¨® el palacio monegasco. Justo cinco d¨ªas antes hab¨ªan aparecido todos juntos en un p¨ªcnic que ya se ha convertido en tradici¨®n anual, y como suele ser costumbre en este tipo de apariciones, Charlene de M¨®naco se mantuvo seria y distante. Durante el mes de agosto no se les capt¨® juntos en ninguna imagen y en julio solo hicieron acto de presencia como pareja en la gala de la Cruz Roja. En junio participaron en dos actos, por un festival de televisi¨®n. En mayo, otros dos, por la F¨®rmula Uno. Otro en marzo. Uno, dos actos m¨¢ximo al mes.?
Desde ese inicio del curso escolar nada se ha vuelto a saber de la princesa Charlene de forma oficial. Las familias de la realeza europea se reunieron en Jap¨®n para asistir a la entronizaci¨®n de Naruhito y Masako y all¨ª estuvo Alberto de M¨®naco sin Charlene. Lo que sorprende m¨¢s es que la exnadadora s¨ª ha acudido una semana despu¨¦s a Jap¨®n para apoyar al equipo de rugby sudafricano, su pa¨ªs de origen, en el partido que lo enfrent¨® a la selecci¨®n de Gales. Lo demuestra una imagen que ella misma public¨® en su cuenta de Instagram en la que el pr¨ªncipe Alberto aparece junto a sus dos hijos?viendo el partido desde un palco y donde cada uno de los ni?os agita una bandera de Sud¨¢frica. La imagen est¨¢ acompa?ada de un texto en el que Charlene de M¨®naco escribe: "Hoy es un gran d¨ªa!!! Deseando a ambos equipos la mejor de las suertes".??
La importancia de la cita de entronizaci¨®n de los emperadores de Jap¨®n inevitablemente ha dado paso a los comentarios sobre los motivos de su ausencia y una vez m¨¢s el hermetismo ¡ªel mismo que se ha impuesto desde que se cas¨® con el pr¨ªncipe Alberto¡ª ha sido la respuesta. Cada vez m¨¢s seria, cada vez m¨¢s cambiada f¨ªsicamente, con un rostro esculpido alejado del que mostraba cuando empez¨® a ser conocida, la princesa Charlene es tambi¨¦n cada vez m¨¢s una princesa desaparecida. La relaci¨®n entre ella y sus cu?adas, las princesas Carolina y Estefan¨ªa, parece tensa, las muestras de cari?o con su marido son pr¨¢cticamente inexistentes y las noticias sobre ella se refieren m¨¢s a las veces que no aparece en actos en los que se la espera que a las ocasiones en las que se muestra como representante de M¨®naco.?
Mientras su esposo mantiene su ritmo de trabajo, pasea su vertiente ecol¨®gica por el mundo, publicita sus proyectos de futuro para ganarle terreno al mar con un nuevo barrio sostenible e impulsa nuevas inversiones y negocios en el pa¨ªs, Charlene se blinda de cara al p¨²blico y, aparentemente, tambi¨¦n ante su familia pol¨ªtica.?
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