800 asesinatos, 800 razones
Los colombianos en la di¨¢spora reclaman por toda Espa?a justicia para los l¨ªderes sociales y defensores de derechos humanos matados tras la firma del Acuerdo de Paz en su pa¨ªs. La siguiente cita, el 21 de noviembre
Los colombianos en la di¨¢spora claman por la dignidad y la vida, para que las balas no impidan a nadie defender los derechos humanos en su pa¨ªs. Luego de la firma del Acuerdo de Paz en 2016 y reci¨¦n celebradas unas elecciones locales que han elegido a m¨¢s de 1.100 alcaldes, 32 gobernadores y cientos de concejales y diputados departamentales, la violencia persiste con especial crudeza. Por ello, al igual que ya lo hicieron en el pasado mes de julio, el colectivo se concentrar¨¢ en las principales capitales del mundo en apoyo a la gran movilizaci¨®n que paralizar¨¢ al pa¨ªs el pr¨®ximo 21 de noviembre. En Madrid ser¨¢ a las 19:00 en la entrada principal del Parque de El Retiro.
Al igual que otros pa¨ªses del Cono Sur, en Colombia tambi¨¦n se esperan multitudinarias protestas. Los sindicatos, los estudiantes, los gremios, las comunidades ind¨ªgenas, los l¨ªderes sociales, la sociedad civil, los defensores de derechos humanos, los estudiantes y los dirigentes de la oposici¨®n, entre otros, saldr¨¢n a la calle para protestar en contra del err¨¢tico e inoperante Gobierno de Iv¨¢n Duque, su eventual y peligrosa reforma laboral y de pensiones y su ineficaz acci¨®n ante el regreso de la llamada ¡°guerra sucia¡± del paramilitarismo que est¨¢ ti?endo de sangre y muerte todo el territorio colombiano.
El fin ¨²ltimo de la movilizaci¨®n ser¨¢ pedir la renuncia del presidente que, junto con un equipo de Gobierno mediocre y corrupto, desconoce, miente y tergiversa el grave problema humanitario por el que atraviesan los colombianos, especialmente las comunidades ind¨ªgenas que, totalmente inermes, son v¨ªctimas de las balas del ej¨¦rcito, los narcotraficantes, los paramilitares y los grupos disidentes.
El n¨²mero oficial de asesinatos de l¨ªderes sociales y defensores de derechos humanos, ind¨ªgenas, campesinos reclamantes de tierras, mujeres lideresas que reconstruyen sus comunidades despu¨¦s de la guerra, o sindicalistas, asesinados luego de la firma del Acuerdo de Paz, sobrepasaba la escalofriante cifra de 800 personas, seg¨²n el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz. Gente inocente ca¨ªda por las balas de paramilitares, de agentes del Estado o de sicarios a nombre del Estado, sin que se judicialice a los culpables pues la alt¨ªsima impunidad, hoy en d¨ªa, tan solo ofrece 22 condenas efectivas. La cifra no incluye los a 220 excombatientes reinsertados asesinados desde la dejaci¨®n de armas, quienes llegaron a sumarse al amplio abanico de poblaci¨®n amenazada.
En la crisis humanitaria que vive Colombia actualmente, la responsabilidad del Estado es incuestionable
De las ejecuciones selectivas se ha regresado a las masacres. Una de las m¨¢s recientes ocurri¨® en los ¨²ltimos d¨ªas de octubre, cuando cinco guardias ind¨ªgenas fueron asesinados en el Departamento del Cauca durante un ataque que se?ala difusamente a varios posibles culpables, entre los que se encuentran un grupo de insurgentes contrarios a los Acuerdos de Paz, los carteles de la droga (ahora en alianza con los carteles mexicanos) y, algunos expertos no descartan, como en otras comprobadas ocasiones, la posible participaci¨®n de miembros del ej¨¦rcito. Ante tal tragedia, la respuesta del Gobierno Duque ha sido enviar 2.500 soldados a la zona, lo que, en declaraciones de los l¨ªderes ind¨ªgenas, es una medida err¨¢tica pues su presencia los dejar¨¢, a¨²n m¨¢s, en situaci¨®n de vulnerabilidad.
Las cifras son alarmantes: en Colombia se est¨¢ asesinando a un ind¨ªgena cada tres d¨ªas, por ello esta comunidad, que incansablemente viene solicitando a los actores armados que los dejen fuera del conflicto, ha pedido con car¨¢cter urgente una relator¨ªa especial de Naciones Unidas y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, por lo que consideran un plan sistem¨¢tico de exterminio. Por estas razones, los colombianos saldr¨¢n a la calle de manera simult¨¢nea en m¨¢s de cien ciudades del mundo, pues tanto la nefasta y d¨¦bil gesti¨®n del Gobierno Duque ante esta crisis humanitaria, como las medidas laborales totalmente antidemocr¨¢ticas propuestas en los ¨²ltimos d¨ªas (pagar solo el 75% del salario m¨ªnimo a los menores de 25 a?os, reforma de las pensiones, liquidaci¨®n de Colpensiones, etc.), merecen una acci¨®n inmediata y efectiva.
Al respecto, el defensor de derechos humanos en el exilio, Iv¨¢n Forero, sostiene que estas manifestaciones buscan, no solamente denunciar ante la comunidad internacional lo que est¨¢ sucediendo ensu pa¨ªs, sino exigir al Gobierno colombiano que cumpla con lo firmado en el Acuerdo de Paz y que ofrezca garant¨ªas que paren el exterminio de inocentes. De la misma forma, reclama el desmonte definitivo del paramilitarismo y que se pueda reactivar la mesa de negociaci¨®n con la guerrilla del ELN (Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional), para que cese la violencia y la muerte.
¡°Exigimos al Gobierno colombiano que cumpla el compromiso de establecer un proceso de paz en el pa¨ªs y en ello vemos que tambi¨¦n hay una corresponsabilidad de la comunidad internacional", afirma el defensor. "Sin ir tan lejos, en Madrid somos conscientes de la responsabilidad que tienen las empresas del IBEX 35 y del papel que cumplen muchos medios de comunicaci¨®n financiados por estas empresas, que est¨¢n impidiendo que se sepa todo el horror por el que est¨¢ atravesando Colombia".
¡°Tambi¨¦n aqu¨ª somos v¨ªctimas porque todos los que hemos salido del pa¨ªs, bien por amenazas, bien buscando una alternativa de vida que el pa¨ªs nos niega, hace que nos unamos en la di¨¢spora y busquemos una Colombia distinta. Tenemos que decirle al presidente Iv¨¢n Duque que pare ya los asesinatos y al se?or ?lvaro Uribe que asuma las responsabilidades en materia de cr¨ªmenes de lesa humanidad que tiene a su espalda y que deje ya de bloquear los instrumentos del Acuerdo de Paz como la JEP (Jurisdicci¨®n Especial para la Paz), la Comisi¨®n de la Verdad y la Unidad de B¨²squeda de Desaparecidos que, por cierto, supera la escalofriante cifra de las 210.000 personas¡±.
En Espa?a, organizaciones como el Movimiento de V¨ªctimas de Cr¨ªmenes de Estado (Movice), la Plataforma de Colombianos en el Exterior, la Colombia Humana, la Comisi¨®n de V¨ªctimas en el Exilio, el Foro Internacional de V¨ªctimas, Aesco (Am¨¦rica, Espa?a Solidaridad y Cooperaci¨®n), la Coordinaci¨®n Colombia Europa Estados Unidos, los medios de comunicaci¨®n latinos como Diversa Radio y Todo Noticias Latinas, junto con las asociaciones espa?olas solidarias con la causa colombiana convocan a la sociedad civil para que con su presencia apoyen la convocatoria del d¨ªa 21 de noviembre en las distintas ciudades y exijan el respeto a la vida de sus connacionales.
Crisis humanitaria
Para que la impunidad no siga siendo el ¨²nico resultado en la resoluci¨®n de los cr¨ªmenes y para que la indiferencia del Estado Colombiano reconozca de una vez la sistematicidad en la violencia, los asesinatos, las amenazas, las torturas, los desplazamientos y las desapariciones forzadas de todo aquel que ejerce o acompa?a la defensa de la vida en todas sus manifestaciones, los colombianos residentes en Espa?a apoyan a sus l¨ªderes reivindicando el respeto por su integridad en un pa¨ªs que, parad¨®jicamente, ocupa un lugar destacado en la valoraci¨®n de los pa¨ªses m¨¢s felices del mundo.
En la crisis humanitaria que vive Colombia actualmente, la responsabilidad del Estado es incuestionable. En cualquier democracia debe ser este quien garantice la vida de la totalidad de los ciudadanos, pero en el caso colombiano, dicha funci¨®n es bastante anacr¨®nica y durante los ¨²ltimos a?os viene estando en entredicho. En sus reiteradas y costosas giras internacionales, el presidente Iv¨¢n Duque M¨¢rquez habla y recoge fondos para la implementaci¨®n de la paz, mientras que en su pa¨ªs hace lo posible por sabotear el proceso firmado por el Gobierno anterior y mira para otro lugar cuando en alg¨²n art¨ªculo de la prensa internacional se cuestionan las?pr¨¢cticas criminales de la fuerza p¨²blica (algunos de la c¨²pula militar) quienes propician, participan, patrocinan y azuzan el silenciamiento de personas inocentes e inermes, mediante la siniestra pr¨¢ctica de los mal llamados ¡°falsos positivos¡±.
Las voces que se vienen escuchando en las concentraciones convocadas por los colombianos en varias plazas p¨²blicas de Espa?a, se suman a las de organizaciones como Naciones Unidas, Human Rights Watch o Global Witness, que denuncian hechos como que Colombia es el tercer pa¨ªs de mayor riesgo para los defensores de derechos humanos y las organizaciones y personas que defienden la tierra y sus recursos naturales, que adolecen de garant¨ªas para su labor y, seg¨²n declaraciones del presiente Iv¨¢n Duque, es ¡°dif¨ªcil¡± proteger a m¨¢s de siete millones de l¨ªderes sociales amenazados.
Los colombianos residentes en Espa?a apoyan a sus l¨ªderes reivindicando el respeto por su integridad en un pa¨ªs que, parad¨®jicamente, ocupa un lugar destacado en la valoraci¨®n de los m¨¢s felices del mundo
Las razones
Por documentar y denunciar los desmanes, agresiones y abuso de autoridad por parte del ESMAD (Escuadr¨®n M¨®vil Antidisturbios) durante el paro nacional estudiantil que el a?o anterior moviliz¨® a millones de estudiantes en todo el territorio colombiano, el joven Carlos Parra (nombre ficticio por razones de seguridad) recibi¨® sus primeras amenazas de muerte. M¨¢s adelante, en abril de 2019 y con el objetivo de detener el cambio en la delimitaci¨®n que el Ministerio del Medio Ambiente realiza, con el ¨²nico fin de permitir una explotaci¨®n minera en el P¨¢ramo de Santurb¨¢n, al noreste colombiano, Carlos realiz¨® algunas expediciones cient¨ªficas y, a partir de ese momento, las amenazas en contra de su vida y la de sus familiares pasaron a convertirse en hostigamientos, detenciones y golpes por parte del Ej¨¦rcito Nacional oblig¨¢ndolo a abandonar el pa¨ªs para salvar su vida. Hace cinco meses el joven estudiante se enfrenta al doloroso exilio en Madrid, habiendo dejado atr¨¢s, a escasos seis meses de su graduaci¨®n, una prometedora carrera como ingeniero.
¡°Cuando se lucha por una causa social justa es muy dif¨ªcil quedarse callado y parar en las reivindicaciones. Al igual que yo, mis compa?eros en la documentaci¨®n y denuncia de estos hechos, se encuentran intentando sobrevivir fuera del pa¨ªs. Yo estaba becado, era un buen estudiante y ten¨ªa una carrera con un futuro brillante, pero he tenido que dejar todo lo que ten¨ªa porque no me quiero convertir en un m¨¢rtir. Amo a mi pa¨ªs y sin duda voy a seguir luchando por ¨¦l, aunque de momento lo hago con m¨¢s discreci¨®n, porque tengo miedo y el miedo es humano¡±.
Por su parte, la abogada y defensora de derechos humanos exiliada hace seis a?os, Yubeli Mu?oz,asegura que se une a las concentracionespara reclamar al Gobierno Colombiano el cumplimiento del Acuerdo de Paz. Ella considera triste que, despu¨¦s de la firma en el a?o 2016, contin¨²en los desplazamientos forzados y asesinatos selectivos, no solo a l¨ªderes y lideresas sociales, sino a exguerrilleros desmovilizados e integrantes del partido pol¨ªtico FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria del Com¨²n) en los que se han visto involucrados altos mandos del ej¨¦rcito que mediante directivas y audios a la tropa, dan ¨®rdenes de ejecuciones extrajudiciales que deben ser cumplidas por sus subalternos.
¡°Los colombianos en el exterior estamos cansados de la guerra y queremos regresar a nuestro pa¨ªs con garant¨ªas de vida, de libertad real y porque queremos que cese la sangre que todos los d¨ªas se derrama en nuestro territorio. Es injusto que se asesinen a nuestros l¨ªderes por reclamar garant¨ªas para sus libertades y necesidades, cuando en el Acuerdo de Paz el centro eran las v¨ªctimas y, precisamente, ellas son las grandes agredidas y olvidadas en este proceso", asegura la abogada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.