Un mapa pol¨ªtico muy diferente

El domingo se celebraron elecciones locales y regionales en Colombia. Hubo resultados incre¨ªbles, en otros casos ganaron los mismos de siempre, pero queda claro que el mapa pol¨ªtico que sale de estos comicios es muy diferente al que se dio en las elecciones nacionales del 2018. Ser¨¢ un mapa que marcar¨¢ las presidenciales del 2022 y que deja un balance complejo.

Tal vez la primera conclusi¨®n es que pierden estruendosamente los dos ganadores del 2018. Por un lado, el partido de Gobierno, el Centro Democr¨¢tico, sufri¨® una debacle impresionante. Lo perdi¨® casi todo. Por ejemplo, perdieron la ciudad de Medell¨ªn y el departamento de Antioquia, la casa del uribismo. Igualmente, perdieron la gobernaci¨®n de Caldas y la ciudad de Manizales, as¨ª como el derechista territorio del Huila y el departamento del Meta. De las gobernaciones importantes solo conservan Casanare. Todo lo dem¨¢s lo perdieron. Apenas logran m¨¢s de 100 alcald¨ªas de las m¨¢s de 1.100 que tiene el pa¨ªs. La meta del senador Uribe era la de ganar en 500 alcald¨ªas. El otro gran perdedor es Gustavo Petro. No logr¨® nada y en su basti¨®n, Bogot¨¢, su candidato qued¨® tercero con poco m¨¢s de 400.000 votos.

Los ganadores tienen una doble cara. Por un lado, las fuerzas progresistas (Centro izquierda y Centro) lograron triunfos incre¨ªbles. Una mujer por primera vez fue elegida alcaldesa en la capital del pa¨ªs; adem¨¢s lograron Manizales la capital de Caldas; Florencia, la capital del sure?o departamento del Caquet¨¢. Tambi¨¦n, consiguieron arrebatarle al cuestionado clan pol¨ªtico de los Cotes la gobernaci¨®n del Magdalena. Tambi¨¦n est¨¢n los triunfos de Medell¨ªn y Cali, la segunda y tercera ciudad del pa¨ªs. Todas estas victorias muestran una ciudadan¨ªa nueva, progresista y diversa, que se preocupa por el ambientalismo, el animalismo, la lucha por los derechos de minor¨ªas sexuales, que entraron de forma fuerte en la pol¨ªtica.

Los otros ganadores, son las viejas ¨¦lites pol¨ªticas de varias regiones del pa¨ªs. Los Char lograron controlar el departamento del Atl¨¢ntico y la ciudad de Barranquilla; Dilian Francisca Toro coloc¨® sucesora en el Valle del Cauca. Los Gnecco mantuvieron el control del Cesar; los Aguilar conquistaron de nuevo el departamento de Santander. Todas estas ¨¦lites pol¨ªticas se recuperaron de la derrota en 2018, se aliaron y ganaron en varias zonas del pa¨ªs. Ahora apostar¨¢n para las presidenciales del 2022.

Una tercera conclusi¨®n, adem¨¢s de los perdedores y los ganadores, se refiere al impacto del proceso de paz sobre el ejercicio electoral. Hace 20 a?os, centenares de puestos de votaci¨®n deb¨ªan ser trasladados. En muchas zonas rurales se quemaba el material electoral y miles de ciudadanos se quedaban sin votar. Las guerrillas saboteaban el ejercicio electoral. Esta vez fue diferente. Solo se present¨® un hecho de violencia en el departamento del Meta y un puesto de votaci¨®n debi¨® ser trasladado a la cabecera urbana del municipio de La Macarena. La paz rindi¨® sus frutos y fueron las elecciones m¨¢s tranquilas de los ¨²ltimos a?os.

La cuarta conclusi¨®n se refiere al voto en blanco. En varios departamentos del pa¨ªs, all¨ª donde ganaron las viejas ¨¦lites pol¨ªticas, el voto en blanco fue segundo o tercero en las votaciones. La poblaci¨®n no ten¨ªa por qui¨¦n votar, pues en muchos de estos departamentos estas ¨¦lites pon¨ªan candidatos bisagras, es decir, de las mismas estructuras. O, en otros casos, promov¨ªan indirectamente candidaturas inviables. Tambi¨¦n cabe la posibilidad de que estos niveles de voto en blanco en muchas zonas sean una expresi¨®n de rebeld¨ªa e inconformidad y muestran una poblaci¨®n asqueada con la corrupci¨®n.

En definitiva, el mapa electoral de las locales arroja un panorama de nuevas ciudadan¨ªas, una derecha que debe pensarse m¨¢s all¨¢ de ?lvaro Uribe, viejos clanes renovados y autoritarismos regionales.?