Muerte de Al Bagdadi
El Estado Isl¨¢mico se encuentra debilitado pero est¨¢ lejos de estar derrotado
La muerte en el norte de Siria del l¨ªder del ISIS, Abubaker al Bagdadi, en una operaci¨®n de comandos estadounidense, supone un nuevo golpe para este grupo terrorista, pero no representa en absoluto la derrota del Estado Isl¨¢mico: su fuerza radica en que m¨¢s que una organizaci¨®n se trata de una ideolog¨ªa que ha demostrado en los ¨²ltimos a?os que ten¨ªa una enorme capacidad de atracci¨®n. La lucha contra el ISIS no puede ser solo militar, sino tambi¨¦n ideol¨®gica. En ese sentido, la retirada de las tropas de EE?UU del norte de Siria decretada por Donald Trump supone un doble refuerzo para los terroristas: su derrota definitiva militar se hace m¨¢s dif¨ªcil, mientras que la salida de los soldados estadounidenses solo puede traer m¨¢s caos a Oriente Pr¨®ximo, el caldo de cultivo que el Estado Isl¨¢mico busca para rearmarse moralmente.
Localizado con la ayuda de las milicias kurdas ¡ªlos aliados que Trump ha abandonado a su suerte¡ª, Al Bagdadi muri¨® el domingo durante una operaci¨®n similar a la que acab¨® con Osama Bin Laden en Pakist¨¢n en 2011. El l¨ªder islamista someti¨® a un r¨¦gimen de terror a 12 millones de iraqu¨ªes y sirios en un siniestro califato e inspir¨® atentados en medio mundo. Su crueldad tuvo pocos l¨ªmites: no solo es responsable de atentados en Par¨ªs, Niza, Berl¨ªn, Estocolmo o Sri Lanka, sino que lanz¨® oleadas de terror contra los chi¨ªes en Irak y someti¨® a la esclavitud a los yazid¨ªes, una minor¨ªa religiosa. Aplic¨® adem¨¢s tecnolog¨ªas del siglo XXI a pr¨¢cticas salvajes dignas de las guerras de religi¨®n europeas.
Sin embargo, que Al Bagdadi fuese un asesino de masas no justifica el tono que el presidente de EE UU emple¨® al anunciar su muerte, cuando alarde¨® de una operaci¨®n que su pol¨ªtica err¨¢tica estuvo a punto de arruinar. Sus insultos ¡ªle llam¨® ¡°perro que muri¨® como un cobarde¡±¡ª solo servir¨¢n como propaganda para este grupo, herido y acorralado, pero no derrotado. Al Bagdadi y el Estado Isl¨¢mico son una consecuencia del caos que se instal¨® en Irak tras la invasi¨®n de 2003, que se mantiene como un factor profundamente desestabilizador: de hecho, en 2006 se puso al frente de la organizaci¨®n, que entonces se llamaba Estado Isl¨¢mico de Irak y el Levante, cuando su anterior l¨ªder fue abatido. Y salt¨® a Siria de nuevo impulsado por el caos que se apoder¨® de este pa¨ªs tras la guerra civil de 2011.
Acabar con el ISIS requiere una constante presi¨®n militar y, a la vez, estrategias para contrarrestar su poderosa m¨¢quina de propaganda en Occidente, as¨ª como aumentar la estabilidad en la regi¨®n para reducir el n¨²mero de adeptos. Hoy por hoy, las tres cosas son una quimera.
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