¡°Viajar con un ni?o es como hacerlo con un arma de socializaci¨®n masiva¡±
El documental ¡®Hola, Mundo¡¯ desmonta las reticencias de viajar en familia y sugiere numerosas ventajas en el desarrollo emocional y psicol¨®gico de los m¨¢s peque?os
Algunos pasan toda una vida sin coger un avi¨®n o visitar otro continente. Koke, sin embargo, ya viv¨ªa en Jap¨®n con tan solo cinco meses, y ha pasado 20 de sus primeros 26 fuera de Espa?a: China, Estados Unidos, Francia, Sud¨¢frica, Italia, Colombia, Brasil, Argentina, Cuba, Islandia, Irlanda, Egipto... En total, 18 pa¨ªses, m¨¢s de 160 camas y 66 vuelos que definen el alegre d¨ªa a d¨ªa de un ni?o viajero que tiene al mundo por escuela, y que presenta una excepcional historia de viajes y apego seguro de la mano de sus padres, Rub¨¦n Se?or y Luc¨ªa S¨¢nchez, de la voz del cantante Alejandro Sanz, narrador del documental Hola, Mundo, y la colaboraci¨®n de expertos como la pediatra Luc¨ªa Gal¨¢n y el psic¨®logo Alberto Soler, entre otros. Presentado recientemente en Madrid, est¨¢ a punto de alzar el tel¨®n el pr¨®ximo d¨ªa 7 en el Espai Jove La Fontana de Barcelona (entrada libre hasta completar el aforo).
Koke, sin embargo, no iba a ser. Rub¨¦n y Luc¨ªa trabajaban en el sector de la publicidad (¨¦l, realizador y director creativo; ella, directora de cuentas; juntos, autores del blog de viajes Algo que recordar) hasta que decidieron dejarlo todo para perseguir su sue?o: dar la vuelta al mundo. Una decisi¨®n en la que no cab¨ªan los ni?os (o eso cre¨ªan) y que no fue f¨¢cil de tomar en plena crisis econ¨®mica, cuando tanta gente se quedaba sin trabajo. Pero pudieron m¨¢s los sue?os que la prudencia. ¡°Sol¨ªamos ir a unas tertulias viajeras que se organizaban en un hostal de Madrid. Nos sent¨¢bamos entre el p¨²blico y escuch¨¢bamos historias de grandes viajes que hab¨ªan hecho otras personas¡±, recuerda Luc¨ªa S¨¢nchez. Un d¨ªa, despu¨¦s de cenar y frente a una botella de vino, vencieron por fin los miedos y en un arrebato compraron aquel primer pasaje a Pek¨ªn. Se enamoraron de otros ni?os viajeros y sus familias, descubrieron que otro tipo de crianza era posible y quisieron tener a Koke para compartir con ¨¦l su nuevo estilo de vida.
¡°Para algunas familias, tener un hijo significa un freno muy grande. Pero para otras, como la nuestra, supone un motor a¨²n m¨¢s grande que les impulsa a seguir trabajando para cumplir sus sue?os, y compartirlos con esa nueva persona que llega. Koke fue un motor y una consecuencia del viaje¡±, explica Luc¨ªa. Y as¨ª, Hola, Mundo surgi¨® con el objetivo de derribar los no pocos miedos y excusas para viajar en familia, adem¨¢s de hablar de los beneficios que el viajar tiene en el desarrollo del ni?o, en los padres ¡°y en el mundo en general, ya que cuanto m¨¢s mundo ves, m¨¢s te preocupas por ¨¦l¡±.
?Beneficios... o carencias?
Lo m¨¢s importante, se?alan, es que los ni?os pasan el mayor tiempo posible con sus padres, en una sociedad que cada vez lo hace m¨¢s imposible. ¡°El ni?o no quiere estar en la guarder¨ªa; la vida que tenemos es la que obliga a ello... Es una necesidad de los padres, no de los ni?os. Ellos no quieren separarse de sus padres de peque?os¡±, asegura Rub¨¦n. Y frente a quienes apuntan a la necesidad de socializaci¨®n como un argumento a favor de las guarder¨ªas, lo desmonta sin dudarlo: ¡°Koke socializa cada d¨ªa con un mont¨®n de gente por todo el mundo, y eso hace que sea m¨¢s independiente¡±. ¡°En Sud¨¢frica, adem¨¢s, tuvo por primera vez una exposici¨®n muy alta a personas con un color de piel muy distinto del nuestro (¡) Tambi¨¦n en China, donde las personas son muy cari?osas y se le echaban encima, lo cog¨ªan, se lo llevaban en brazos a las cocinas... ?Cu¨¢ndo volvimos a Madrid, si ve¨ªa un chino en el metro se quer¨ªa ir con ¨¦l!¡±, a?ade Luc¨ªa.
La falta de una rutina estable es otra de las reticencias m¨¢s comunes a la hora de considerar un estilo de vida como este. Algo que Rub¨¦n y Luc¨ªa no niegan, aunque tampoco lo ven como algo negativo: la rutina de Koke es precisamente que no hay ninguna: ¡°?l nunca sabe lo que va a pasar, y por eso se adapta muy bien al cambio; todo le va bien. Si duerme ahora, duerme ahora; si come m¨¢s tarde, come m¨¢s tarde... Cuando un ni?o tiene unos h¨¢bitos tan marcados en el d¨ªa a d¨ªa (guarder¨ªa, comer, dormir, merendar, dormir) y se repite cinco o seis d¨ªas, cuando le quitas algo le produces un peque?o estr¨¦s, un descontrol, porque hay algo que no funciona¡±, asevera Rub¨¦n.
Pero ?en verdad no hay rutina? ¡°A lo mejor su rutina es que, cada dos meses, los pap¨¢s hagan las maletas y se vayan a otro sitio. A lo mejor, para Koke, la rutina es que sus pap¨¢s le despierten cada d¨ªa con un beso, que vayan al mercado juntos a comprar la comida que van a cocinar despu¨¦s, que se acueste con un cuento de buenas noches, ducharse juntos... Esa es su rutina, y es maravillosa¡±, cuenta la pediatra Luc¨ªa Gal¨¢n. ¡°No es tan importante el lugar donde se habita, como el bagaje emocional, el de los recuerdos que acumulamos en la mochila¡±.
Un impacto positivo y de largo alcance
Puede que, con tan pocos a?os, Koke no sea capaz de recordar todo cuanto vive. Pero ?significa eso que el esfuerzo no merece la pena? De ninguna manera. ¡°Todo lo que vivimos en la infancia nos afecta en la edad adulta. Hacemos unas asociaciones importantes entre las cosas que vivimos, las emociones que sentimos y las personas que nos encontramos¡±, opina el psic¨®logo Alberto Soler. Las experiencias a las que se expone un ni?o viajero probablemente hagan que se desarrolle de una manera m¨¢s aut¨®noma, tolerante y flexible, aunque evidentemente el viaje no es una condici¨®n imprescindible. ¡°Al ni?o le da igual donde est¨¦, mientras sea feliz y est¨¦ con sus padres¡±, a?ade Soler. ¡°Un reciente estudio de 2019 ha visto que la presencia de un mayor n¨²mero de eventos vitales positivos en la infancia est¨¢ asociado a una menor incidencia de trastornos mentales en la edad adulta¡±, a?ade.
Viajar no solo significa que, para ni?os como Koke, el mundo sea su patio de juegos; tambi¨¦n es su escuela, una donde los conocimientos se adquieren de una manera natural y duradera. Una cosa es aprender de un libro de texto o de cuentos y otra muy diferente hacerlo sintiendo, oliendo, viendo y tocando los objetos en la vida real, que es como aprende Koke cada d¨ªa de su largo viaje: ¡°Ha visto jirafas en vivo, sabe lo que es una pir¨¢mide porque ha entrado en una, aprende y entiende el concepto de mundo... Exponerle a una gran cantidad de experiencias ha hecho que veamos muchas diferencias entre ¨¦l y otros ni?os de su edad¡±, asegura Luc¨ªa. ¡°?l habla muy r¨¢pido y con mucho vocabulario; nosotros hac¨ªamos listas de palabras de Koke y a lo mejor ten¨ªa doscientas y pico a los diez meses, lo que no es nada normal. Y eso es porque se ha enfrentado a muchas situaciones en las que ha podido relacionar, por ejemplo, no solo lo que es agua, sino lo que es cascada, lo que es r¨ªo o lo que es catarata¡±. Mientras llega la escolarizaci¨®n obligatoria (a los seis a?os), Rub¨¦n y Luc¨ªa no se plantean otra manera de educarle. Entonces, estudiar¨¢n sus opciones (quiz¨¢ el Worlschooling o el programa a distancia que ofrece el Estado (CIDEAD).
Esa misma variedad de experiencias se ha extendido a la propia comida, de manera que Koke se acostumbr¨® pronto a comer y probar de todo, en todas partes. ¡°Nosotros seguimos el m¨¦todo del baby-led weaning, una forma de introducir s¨®lidos en la alimentaci¨®n del beb¨¦ sin pasar por una fase de pur¨¦s¡±, explica Luc¨ªa. As¨ª, comiendo con las manos, se acostumbran a los sabores y a las texturas a su propio ritmo, trabajando adem¨¢s la psicomotricidad fina. ¡°Koke com¨ªa lo que hab¨ªa en cada pa¨ªs, como hacen los ni?os en todos esos sitios: nosotros vimos peque?os chupando patas de pollo en China, desayunando pescado en Jap¨®n, noodles en Vietnam... En Irlanda, le encantaba el porridge, y mira que yo lo odio¡±. Y, por supuesto, aprovechando cada comida para compartirla en familia, sin que ni?os y adultos coman en momentos diferentes.
La salud, sin riesgo
Viajar con un ni?o peque?o tampoco implica que este corra ning¨²n riesgo. En el caso de Rub¨¦n, Luc¨ªa y Koke, nunca han viajado sin el correspondiente seguro m¨¦dico, y siempre han elegido sus destinos seg¨²n el peque?o iba adquiriendo independencia. ¡°Para ellos, la seguridad siempre ha sido esencial, y lo primero que hac¨ªan era informarse acerca de a donde iban a ir¡±, explica Gal¨¢n. Como ellos, antes de cualquier viaje resulta imprescindible ¡°visitar un centro de vacunaci¨®n internacional, que los hay en todas las ciudades grandes, y ellos te informan de qu¨¦ vacunas puedes necesitar¡±.
Curiosamente, en sus casi tres a?os de vida, la ¨²nica vez que Koke se puso malo fue en... Madrid. Y es que un ni?o no enferma por correr en el campo, pero s¨ª puede hacerlo en la escuela: ¡°Un ni?o que va a la escuela infantil multiplica por tres el riesgo de infecciones, y la escolarizaci¨®n antes de los tres a?os multiplica tambi¨¦n por tres el riesgo de infecciones respiratorias y gastrointestinales. Por ello, ni la Academia Americana de Pediatr¨ªa ni la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa recomiendan la escolarizaci¨®n antes de los dos a?os¡±. Y concluye: ¡°Es importante no tomar frutas ni verduras sin lavar, y no comer comida que no est¨¦ bien cocinada, hervida o asada. Y nada de puestos ambulantes si no se tiene la certeza de que los alimentos no est¨¢n contaminados¡±.
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