Catalu?a, Espa?a, Europa: Mejor unidos
Ning¨²n dem¨®crata puede entender que los l¨ªderes del separatismo emprendieran la v¨ªa unilateral
Europa es ante todo libertad, paz y progreso. Debemos caminar con esos valores y hacer de Europa el modelo m¨¢s avanzado de integraci¨®n y justicia social, que proteja a nuestros ciudadanos. La Europa a la que aspiramos, la Europa que necesitamos, la Europa que construimos, se basa en la estabilidad democr¨¢tica de nuestros Estados y no puede aceptar la quiebra unilateral de su integridad. La Europa que admiramos se ha forjado frente a los nacionalismos excluyentes y los extremismos que superponen identidades al principio de igualdad de todos los ciudadanos. Por eso, hoy el desaf¨ªo del separatismo en Catalu?a, construido contra nuestro marco constitucional y silenciando a la mayor¨ªa de catalanes contrarios a la independencia, es tambi¨¦n un desaf¨ªo a Europa y a los europeos. Preservar esos valores en Catalu?a hoy es proteger la Europa abierta y democr¨¢tica que defendemos.
En 1978 Espa?a se dio a s¨ª misma una Constituci¨®n plenamente democr¨¢tica. Lo hizo con el apoyo de casi el 88% de los votos emitidos en una jornada hist¨®rica. En Catalu?a el respaldo fue ejemplar e incluso mayor, tanto en t¨¦rminos de voto afirmativo, con un 90,5%, como en t¨¦rminos de participaci¨®n. Espa?a superaba as¨ª la larga sombra de una terrible dictadura y se entreg¨® a la tarea de consolidar los cimientos de un Estado social y democr¨¢tico de derecho hoy equiparable a los m¨¢s avanzados de Europa Occidental. No solo se recuperaban las libertades por las que hab¨ªan luchado espa?oles de diferentes ideolog¨ªas, muchos de ellos catalanes. Tambi¨¦n se daba una respuesta innovadora y avanzada a la diversidad territorial de Espa?a como un aut¨¦ntico valor digno de ser reconocido.
Cuarenta a?os despu¨¦s, el ?ndice de la democracia, publicado por The Economist, consideraba a Espa?a una de las 20 democracias plenas en el mundo. Espa?a es hoy el segundo pa¨ªs m¨¢s descentralizado de Europa, y Catalu?a una de las regiones con mayor nivel de autogobierno del continente, con amplias potestades y ejecutivas sobre materias tan sensibles como los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, sanidad, educaci¨®n o instituciones penitenciarias.
El desaf¨ªo separatista en Catalu?a es tambi¨¦n un desaf¨ªo a Europa y los europeos
Quiero hoy recordar este camino recorrido y todos los logros alcanzados siempre que hemos avanzado unidos en la misma direcci¨®n.
En estos momentos, sin embargo, la imagen de Catalu?a no se asocia solo al esp¨ªritu de iniciativa y creatividad que tantas veces han causado la admiraci¨®n internacional, sino tambi¨¦n a un contexto de crisis profunda, causada por la ruptura unilateral del orden constitucional que los pol¨ªticos separatistas llevaron a cabo en oto?o de 2017. Incumplieron todos los requerimientos y resoluciones del Tribunal Constitucional, aprobaron leyes de desconexi¨®n del Estado espa?ol declaradas inconstitucionales, convocaron ilegalmente un refer¨¦ndum sin ninguna garant¨ªa democr¨¢tica y proclamaron una supuesta rep¨²blica catalana.
Ning¨²n Estado contempla la v¨ªa unilateral de la secesi¨®n de uno de sus territorios en su ordenamiento constitucional. Y ning¨²n dem¨®crata puede entender que los l¨ªderes del separatismo emprendieran ese camino y menos a¨²n contando con un apoyo inferior al 48% de los votos emitidos en las elecciones auton¨®micas. Se exacerbaron los sentimientos, se hicieron circular noticias falsas y se alent¨® un esp¨ªritu de confrontaci¨®n con el resto de Espa?a profundamente injusto. ?D¨®nde quedaba la voz y el voto de los otros catalanes contrarios a la separaci¨®n que eran y son mayoritarios? ?D¨®nde la de los otros espa?oles que asist¨ªan perplejos a una quiebra directa de sus garant¨ªas constitucionales?
Mi Gobierno se ha distinguido por llevar a la primera l¨ªnea de sus prioridades la ampliaci¨®n de las libertades y derechos. Buena prueba de ello son los altos est¨¢ndares reconocidos por las instancias internacionales en cuestiones como la igualdad de g¨¦nero. No consentir¨ªa, por tanto, que se limitara ni un ¨¢pice la libertad de expresi¨®n. El presidente de la Generalitat es un separatista radical, pero ello no le impide ni expresarse libremente ni defender p¨²blicamente sus postulados, por mucho da?o que causen a la convivencia en Catalu?a. Lo mismo ocurre en los Ayuntamientos separatistas y en aquellas asociaciones que han hecho del separatismo su eslogan de movilizaci¨®n. Todos pueden opinar como quieran, siempre que, como ocurre en todos los pa¨ªses democr¨¢ticos, no promuevan acciones que constituyan delitos. Todos los espa?oles somos iguales ante la ley, y la Constituci¨®n y la democracia son realidades inseparables.
El secesionismo se alimenta de mentiras y tiene conexiones con la ultraderecha
En nuestro Estado democr¨¢tico de derecho, el Gobierno acata todas las sentencias judiciales. Tambi¨¦n la que ha emitido el Tribunal Supremo sobre los procesados por los actos realizados en oto?o de 2017. El tribunal ha actuado con la mayor transparencia y todo el juicio ha sido transmitido en directo por televisi¨®n. Nuestro sistema judicial permite que las decisiones de los tribunales puedan ser revisadas ante instancias nacionales e internacionales. Por ello, no se puede cuestionar el funcionamiento de un Poder Judicial independiente en Espa?a, cuyo ordenamiento jur¨ªdico descansa en el principio de separaci¨®n de poderes.
En estos d¨ªas que han seguido a la publicaci¨®n de la sentencia, las reacciones a su contenido han sido muy diversas: desde quienes la consideran insuficiente en las penas hasta quienes desde el separatismo han convocado jornadas y acciones de protesta, en algunos casos pac¨ªficas, en otros extremadamente violentas.
Los derechos de manifestaci¨®n y de huelga son pilares fundamentales del Estado de derecho, y los ciudadanos que en Catalu?a los han ejercido pac¨ªficamente merecen todo mi respeto. Otra cosa muy distinta son los actos violentos que ¡ªde forma organizada e intencional¡ª se han producido en Catalu?a en estos d¨ªas. Actos que en modo alguno representan a una tierra admirable, plural y acogedora como Catalu?a.
L¨ªderes relevantes del independentismo han normalizado la violencia como recurso pol¨ªtico
El secesionismo en Catalu?a ha trazado una hoja de ruta que nos es familiar en la Europa de nuestro tiempo. Se alimenta de una red de mentiras, en la que el uso de fake news y herramientas de viralizaci¨®n en el universo digital sirven a una causa no exenta de conexiones con grupos de ultraderecha y enemigos del ideal europeo. Es la misma senda ya transitada por quienes han alentado la polarizaci¨®n y el enfrentamiento para dividir a sociedades desde una ret¨®rica profundamente reaccionaria.
Recientemente, l¨ªderes relevantes de este movimiento, como la propia presidenta de la principal asociaci¨®n proseparatista, han manifestado p¨²blicamente que la violencia puede ser necesaria para que su causa adquiera una mayor visibilidad. Se trata, en definitiva, de la normalizaci¨®n de la violencia como recurso pol¨ªtico.
Si algo hemos aprendido con dolorosas lecciones en la historia de Europa es que ninguna pretensi¨®n pol¨ªtica jam¨¢s puede legitimar el uso de violencia.
Mi Gobierno ha respondido a este desaf¨ªo con proporcionalidad y control. Creo que la templanza es nuestra fortaleza. Actuamos con rapidez para devolver la tranquilidad a los ciudadanos de Catalu?a, que sufren esta situaci¨®n y que la rechazan muy mayoritariamente, pero actuamos con prudencia para mantener los incidentes en los niveles de tensi¨®n m¨¢s bajos posibles. No olvidemos que en esta ocasi¨®n es la polic¨ªa catalana la que interviene de forma ejemplar, con el apoyo de la Polic¨ªa Nacional.
Qu¨¦ absurda paradoja la de ver a un presidente de la Generalitat que quita importancia a la violencia y que al mismo tiempo censura a su propia polic¨ªa, que cumple con su obligaci¨®n y est¨¢ a sus ¨®rdenes. Qu¨¦ absurda paradoja y qu¨¦ tremendo error. Por ello le pido que condene la violencia sin paliativos y que hable con los otros catalanes, con los partidos no separatistas. Que ejerza, en definitiva, como el presidente de todos los catalanes.
No estoy dispuesto a que un rebrote de nacionalismo extremo en Catalu?a cuestione, desde una falsa narrativa repleta de mentiras, los logros de la democracia espa?ola, alcanzados con el esfuerzo de nuestros ciudadanos y nuestras instituciones.
El futuro de Catalu?a no se juega hoy en el debate sobre la independencia, sino en la recuperaci¨®n de la convivencia entre los catalanes. Este es el principal reto que tenemos: que se comprenda que la v¨ªa unilateral hacia la independencia es imposible y constituye una afrenta directa a los principios democr¨¢ticos m¨¢s elementales.
En este momento es preciso actuar desde la templanza. Con firmeza para defender la convivencia, pero con inteligencia para entender que estamos ante la oportunidad de abrir una nueva etapa. Nunca me he negado al di¨¢logo si se articula en el marco de la Constituci¨®n y la ley. No quiero ser el presidente de unos contra otros, sino el presidente de todos los espa?oles.
Existen ¨¢mbitos de di¨¢logo a explorar si los l¨ªderes separatistas abandonan definitivamente la v¨ªa unilateral. Podemos hablar y escucharnos, sin amenazas y sin descalificaciones. S¨¦ que hay heridas abiertas, que hay dolor, que hay frustraci¨®n. A pesar de ello, hay una oportunidad para la esperanza y para el di¨¢logo, reconociendo lo que hemos hecho juntos y pensando en todo lo que juntos podemos hacer para mejorar el bienestar de todos los ciudadanos...
Pero, para eso, el separatismo catal¨¢n debe volver a la Constituci¨®n y respetar la ley.
Mi Gobierno ha situado a Espa?a a la vanguardia en el proyecto de la construcci¨®n europea; de la lucha contra los grandes desaf¨ªos globales; del avance en derechos y libertades y de la lucha contra la desigualdad. Son objetivos que trascienden una visi¨®n nacionalista, que van m¨¢s all¨¢. Necesitamos a Catalu?a y a la sociedad catalana en este empe?o.
Pedro S¨¢nchez P¨¦rez-Castej¨®n es el presidente del Gobierno en funciones.? Project Syndicate, 2019www.project-syndicate.org
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Opini¨®n
- Pedro S¨¢nchez
- Elecciones Generales 10-N 2019
- Declaraci¨®n Unilateral Independencia
- Presidencia Gobierno
- Elecciones Generales 2019
- Gobierno de Espa?a
- Elecciones Generales
- Catalu?a
- Generalitat Catalu?a
- Gobierno
- Elecciones
- Conflictos pol¨ªticos
- Administraci¨®n Estado
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Espa?a
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Proc¨¦s Independentista Catal¨¢n
- Independentismo