La edad de merecer
El prejuicio contra las mujeres de edad subsiste: los hombres tienen que ser cuidados, no cuidar
Una mujer y un hombre se enamoran. Ella tiene treinta y largos, ¨¦l va a cumplir los veintisiete. Es Espa?a, siglo XXI. Nada importa, porque libre es el amor y sin edad. Pero aqu¨ª en Occidente, para todas, est¨¢ prohibido envejecer. Hay algo de v¨¦rtigo en este encuentro: no en la intimidad, sino por la calle. Ella recibe comentarios afables y jocosos de su entorno: ¡°As¨ª que te gustan jovencitos¡±. La miran con picard¨ªa y sorpresa, como si hubiera cazado un leopardo con los dientes, de un salto. Cuando el hombre le presenta a la mujer a su madre, esta suspira aliviada: ¡°No se le nota la edad. Y adem¨¢s es guapa¡±. Ha pasado el primer examen, no parece mucho mayor que ¨¦l. Quiz¨¢ en el futuro sean tambi¨¦n importantes su inteligencia o su osad¨ªa. Su capacidad para los cuidados se da por supuesta.
Otros art¨ªculos de la autora
En la Alta Edad Media, hasta el siglo XII, el matrimonio era una instituci¨®n inspirada en el derecho germ¨¢nico y se divid¨ªa en dos fases: los esponsales y la entrega de la novia. Los primeros consist¨ªan en un firme acuerdo entre el padre de la mujer y el marido, sin necesidad del consentimiento de ella, que pod¨ªa ser menor de edad. El novio pagaba las arras, por las cuales se le entregar¨ªa la virginidad de la mujer, y a esta misma. La patria potestad de su cuerpo y de su voluntad pasar¨ªan de un hombre a otro. Sobre el 613 despu¨¦s de Cristo, en La?Meca, naci¨® Aisha, la mujer m¨¢s querida de Mahoma. Se dice que la comprometieron con seis a?os, pero el matrimonio no lleg¨® hasta los nueve, despu¨¦s de la primera menstruaci¨®n, la edad legal para yacer. Mahoma ten¨ªa m¨¢s de cincuenta a?os. Hoy d¨ªa, en Nepal, muchas familias hind¨²es tienen la creencia de que ser¨¢n bendecidas si casan a sus ni?as antes de su primera regla. Y as¨ª lo hacen. La edad de los maridos es indiferente; sin l¨ªmite hacia arriba.
La mujer y el hombre del siglo XXI tienen algunos problemas. En el c¨ªrculo de ella, los hay condescendientes: ¡°Es demasiado joven, por eso se equivoca¡±. En el c¨ªrculo de ¨¦l, los hay descre¨ªdos: ¡°No tienes edad de asumir ciertas responsabilidades¡±. Entre otras cosas, a ella le agobia agotar sus a?os f¨¦rtiles, casi va a cumplir cuarenta. ?l le dice: ¡°No es mi problema que est¨¦s angustiada por querer ser madre. Puedes congelar ¨®vulos; yo no tengo prisa¡±. En Guatemala hay tantos embarazos de ni?as que la ley obliga a practicar ces¨¢rea a las menores de 14 a?os, porque sus caderas no son lo suficientemente anchas para parir. En 2014 se registraron 71.000 embarazos en ni?as y j¨®venes de entre 10 y 19 a?os. De estos, m¨¢s de 5.000 fueron de ni?as menores de 14. El Congreso aument¨® la edad legal para contraer matrimonio, pero de nada sirve en las zonas rurales m¨¢s desfavorecidas. La mujer y el hombre del siglo XXI, muy europeos, finalmente, no tuvieron descendencia, ni nada m¨¢s hubo entre ellos.
En el 2014, se registraron 71.000 embarazos en ni?as y j¨®venes de entre diez y diecinueve a?os. De estos, m¨¢s de 5.000 fueron de ni?as menores de catorce
Stephanie Sinclair, la fotoperiodista fundadora del proyecto Too Young To Wed, fotografi¨® en una azotea blanca a Nujood Ali, alzando un pa?uelo al aire, con una sonrisa. La ni?a yemen¨ª consigui¨® el divorcio a los 10 a?os, en 2008, ayudada por la abogada feminista Shada Nasser. Hab¨ªa sido entregada en matrimonio por su padre a un hombre que le triplicaba la edad. Est¨¢ permitido casar a las ni?as, pero no acostarse con ellas si no tienen la edad suficiente. No se sabe cu¨¢l es la edad suficiente. ?La primera menstruaci¨®n, la segunda, la tercera? Nujood Ali escap¨® de la casa de su marido a los dos meses de su boda. Su familia pol¨ªtica la golpeaba por el d¨ªa, su marido la violaba por la noche.
Cada d¨ªa se casan al menos 39.000 ni?as en el mundo. Tambi¨¦n casan a ni?os; a estos, con ni?as de edad aproximada. En EE UU no existe la edad m¨ªnima para casarse. Etiop¨ªa tiene una de las tasas m¨¢s altas de matrimonio infantil. En Kenia, adem¨¢s, a ellas les practican la mutilaci¨®n genital.
Esto es Espa?a, siglo XXI. Aqu¨ª hay otra mujer y otro hombre que se encuentran y empiezan a quererse. Ella pasa los 40 y ¨¦l tiene 29. La mujer, adem¨¢s, es madre de una ni?a. El hombre se siente orgulloso de ella, incluso de su osad¨ªa y de su inteligencia, y les regala a ambas su propia capacidad para los cuidados. Alguna vez, con ojos tristes, se lamenta: ¡°Qu¨¦ rabia, por qu¨¦ no te conoc¨ª antes¡±. Lo cual quiere decir: ¡°Qu¨¦ rabia, por qu¨¦ no eres m¨¢s joven¡±. Lo dice desde el amor: habr¨ªa sido perfecto poder exprimirlo todo.
En cualquier caso, muchos meses despu¨¦s, a¨²n no se atreve a present¨¢rsela a su madre y a su padre. La oculta, a pesar de la felicidad que siente. No es capaz de decirles que est¨¢ con una mujer mayor. Mucho menos con una que tiene una hija de otro. Porque ellos no van a entender nada. Porque van a escandalizarse, a preocuparse, a desconfiar. Ese hijo var¨®n, perenne diamante en bruto, desaprovechando su potencial. Porque los hombres est¨¢n destinados a ser cuidados, no a cuidar: ni a viejas, a punto ya de la menopausia, ni a material gen¨¦tico ajeno.
Lara Moreno es escritora. Su ¨²ltima novela es Piel de lobo (Lumen).
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