A la espera
Es un avance que fuerzas pol¨ªticas lleguen a acuerdos, pero faltan explicaciones
El Partido Socialista y Unidas Podemos suscribieron este martes, de forma sorpresiva, el acuerdo que no fueron capaces de alcanzar tras las elecciones de abril. El primer interrogante que suscita el pacto es precisamente ese: si firmarlo era posible en apenas unas horas, ?por qu¨¦ se emplearon entonces seis infructuosos meses y se convoc¨® nuevamente a las urnas? Los dos dirigentes est¨¢n obligados a dar una explicaci¨®n m¨¢s consistente que la que ofrecieron. En cualquier caso, que dos fuerzas pol¨ªticas anuncien su voluntad de gobernar juntas es un avance importante respecto a bloqueos anteriores, aunque a¨²n queden por conocer muchos extremos de ese acuerdo y, sobre todo, la estrategia parlamentaria que vayan a seguir sus firmantes para alcanzar los apoyos que les faltan.
De momento, el documento firmado por Pedro S¨¢nchez y Pablo Iglesias es una declaraci¨®n de intenciones, como admiten sus autores. Hasta que no se conozca m¨¢s concretamente ese contenido y los votos que concita no solo para la eventual investidura del presidente del Gobierno, sino tambi¨¦n para una necesaria gobernabilidad, la escenificaci¨®n realizada por ambos l¨ªderes puede tener un cierto efecto positivo, al aumentar precisamente las posibilidades de alcanzar una mayor¨ªa de gobierno. Pero tambi¨¦n puede cerrar algunas alternativas y ofrecer excusas gratuitas para reeditar la est¨¦ril pol¨ªtica de bloques.
Editoriales anteriores
El documento suscrito y presentado en el Congreso no es un programa, porque est¨¢ redactado en t¨¦rminos tan voluntariosos como para contemplar cualquier medida en su eventual desarrollo. Lo m¨¢s interesante es que evita esa indefinici¨®n general en el punto principal en el que no hubiera sido aceptable: la crisis territorial en Catalu?a. Ambos partidos se comprometen en el texto a buscar soluciones dentro de la Constituci¨®n, de donde podr¨ªa deducirse que Unidas Podemos ha renunciado al reconocimiento del derecho de autodeterminaci¨®n y a la exigencia de un refer¨¦ndum como f¨®rmula para resolver el contencioso catal¨¢n. Es un avance importante. Ahora se trata de que esas cautelas no queden comprometidas si, como parece, la v¨ªa elegida por S¨¢nchez e Iglesias para alcanzar su mutua investidura necesitara contar con la participaci¨®n, activa o por abstenci¨®n, de los partidos independentistas.
Las f¨®rmulas para salir de la par¨¢lisis en la que se encuentra el pa¨ªs no pueden ser solo el resultado de combinaciones aritm¨¦ticas, sino que tienen que tomar en consideraci¨®n factores pol¨ªticos insoslayables. Ninguna soluci¨®n para Catalu?a es posible dejando al margen al Partido Popular, y menos en unas circunstancias como las actuales en que la presi¨®n de la ultraderecha puede colocar al principal partido de la oposici¨®n ante la tesitura de radicalizar su discurso para no perder apoyos.
Integrar a Iglesias como vicepresidente del Gobierno, despu¨¦s de haberlo vetado en la anterior legislatura, exige que el l¨ªder socialista se explique ante los ciudadanos. Seguramente, tambi¨¦n le supondr¨¢ aclarar su posici¨®n en Bruselas, donde hab¨ªa sido bien recibido el anuncio de que la titular de Econom¨ªa, Nadia Calvi?o, tendr¨ªa ese mismo rango. Las dos eventuales vicepresidencias (?o tres?) tienen, evidentemente, rasgos muy distintos. Estos y otros interrogantes quedan a la espera de respuesta. No es la mejor manera de empezar celebrar una conferencia de prensa sin preguntas, como hicieron este martes el presidente del Gobierno en funciones y el l¨ªder de UP.
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