Hidrogenesse: c¨®mo ser brillantes sin esforzarse por serlo
Les sal¨ªa sin querer: ser graciosos, ser sofisticado, llevar la contraria¡ Pero ahora que lo hacen queriendo es a¨²n mejor. Escuche ¡®joter¨ªas bobas¡¯ y nos cuenta
El disco m¨¢s latino de la historia de Hidrogenesse ¨Cel d¨²o de Carlos Ballesteros y Gen¨ªs Segarra¨C se mueve en el mismo sentido que las masas indie, pero en direcci¨®n contraria. En lugar del reguet¨®n, en Joter¨ªas bobas (Austroh¨²ngaro, 2019) se han armado con unas maracas y abrazan el mambo o el danz¨®n, ritmos que han escuchado habitualmente en estos ¨²ltimos a?os y han integrado de manera natural en sus nuevas canciones. ¡°Somos conscientes de que lo que hemos hecho es muy reaccionario. Es como si te dicen: ¡®Oye, que ahora tienes que hacer m¨²sica latina y bailar¡¯. Pues nos ponemos a bailar, pero un cha-cha-ch¨¢. Y despu¨¦s te dicen: ¡®Que no, que no era eso¡¯ y t¨²: ¡®Ah, pues vaya¡¡±, r¨ªe Gen¨ªs. ¡°Que nosotros nos apuntamos encantados a la corriente mundial, pero es que hay muchos ritmos, oye¡±, matiza Ballesteros.
Sus canciones nos invitan a acompa?arles en sus viajes ¨CXochimilco es un ecosistema acu¨¢tico natural a las afueras de Ciudad de M¨¦xico, en peligro por la contaminaci¨®n y la superpoblaci¨®n¨C y nos presentan a personajes como Jorge Pedro Uribe, el cronista mexicano que les inspir¨® las canciones Nombre de flor, La flor otra vez y Todav¨ªa la flor. ¡°Es una persona fascinante¡±, asegura Ballesteros. ¡°Como es joven, igual te habla de las Carmelitas que de la se?ora de la cantina o de qui¨¦n est¨¢ comprando los bares de ambiente: le interesa lo visible y lo subterr¨¢neo¡±.
"Hacemos un esfuerzo para que las canciones no sean pesimistas ni c¨ªnicas. Sin ser Disney, intentamos recordar que la realidad tiene cosas buenas¡±
Este impulso por mostrar su realidad sin hablar de ellos mismos es una constante en sus reci¨¦n cumplidos 20 a?os de trayectoria. ¡°Son m¨¢s interesantes las cosas que nos pasan y la gente que nos rodea o lo que hablan en el bar de al lado. En lugar de decir ¡®pues yo, yo, yo¡¯, preferimos contar esto y lo otro¡±, reflexiona Ballesteros. Tambi¨¦n usan la m¨²sica para expiar culpas por no haber hecho siempre las cosas bien del todo con instrumentos musicales o amistades. ¡°Se malogr¨® o Teclas que no suenan van un poco de eso, y tambi¨¦n hay un mensaje de agradecimiento a lo que fuimos, a lo que tuvimos¡±, cuenta Gen¨ªs. ¡°Es una invitaci¨®n a convivir con lo malogrado. Bueno, se ha roto, pero no pasa nada¡±. La combinaci¨®n de m¨²sica melanc¨®lica con mensajes positivos es una constante en el disco, y no es casual. ¡°Hacemos sobre todo un esfuerzo para que las canciones no sean pesimistas ni c¨ªnicas. Sin que llegue a ser un disco Disney, intentamos recordar que la realidad tiene cosas buenas¡±, reflexiona Ballesteros.
Parte del esp¨ªritu de Joter¨ªas bobas est¨¢ en el lugar donde se grab¨®, el estudio del m¨²sico J¨¦r¨¦mie Orsel. ¡°Nos dieron la oportunidad de ir a grabar a Par¨ªs, algo que fue maravilloso, porque si no podr¨ªa haber pasado tranquilamente otro a?o¡±, apunta Segarra, para quien ¡°encontrar el momento de arrancar siempre es un poco traum¨¢tico¡±. Los instrumentos ser¨ªan los que Orsel tuviera, y cada d¨ªa hab¨ªa que grabar una canci¨®n: alejar el proceso creativo del hogar hizo que la mitad de las decisiones se tomaran solas. ¡°Eso te quita mucha responsabilidad, y a la vez tambi¨¦n es liberador¡±, confiesa Segarra. ¡°Eleg¨ªas un sonido de bajo y se lo pon¨ªas a todas. Antes cada canci¨®n empezaba desde cero, se constru¨ªa en dos o tres a?os y cada una acababa a su manera¡±, reflexiona Ballesteros. ¡°Y de all¨ª salimos con la sensaci¨®n de ¡®pues ya est¨¢¡¯. Luego viene cuando empiezas a tocarlas, y algunas cogen su propia forma y te das cuenta de que era as¨ª como deber¨ªas haberlas grabado. Pero eso nos pasa siempre¡±.
En directo, uno de sus platos fuertes, ofrecen un formato similar al cabaret. Un show en el que se canta, se declama, se disfruta y se r¨ªe mucho. ¡°Antes, la idea de ser divertidos nos ofend¨ªa. Cuando me dec¨ªan: ¡®Es que sois la monda¡¯, me preguntaba qu¨¦ hab¨ªan visto, porque nuestra m¨²sica no era eso¡±, recuerda Segarra. ¡°Ahora pienso que no hay nada m¨¢s maravilloso. ?C¨®mo pod¨ªa molestarme ser la monda? ?Si es lo mejor!¡±.
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