Jueves 21 de noviembre (Avenida 26, Bogot¨¢)
El Gobierno seudouribista y a medias de Iv¨¢n Duque ha incumplido una y otra vez su promesa de lograr la paz pol¨ªtica
Yo no creo que se caiga este Gobierno: mejor que no. Pero tampoco me parece que tenga de d¨®nde caerse. Por supuesto, en el Estado colombiano de hoy hay miles de funcionarios bienintencionados dedicados al honroso lugar com¨²n de servirle al pa¨ªs. Y claro: en todas las presidencias de todas las rep¨²blicas, incluso en las presidencias malas e impopulares, se trabaja de madrugada a madrugada como perdi¨¦ndose en un laberinto hasta que el ¨²ltimo de los asesores insomnes vocifera que ¡°si la gente supiera todo lo que se est¨¢ haciendo¡¡± andar¨ªa por ah¨ª arrinconada pero agradecida. Y, sin embargo, en estos quince meses, a fuerza de refugiar y consentir diplom¨¢ticos agrestes, asesores de paz que aconsejan la guerra, civiles que azuzan a los militares, estigmatizadores de la oposici¨®n, negacionistas del conflicto, trumpistas made in Colombia y persecutores de la prensa, entre otros falsos dem¨®cratas, el Gobierno seudouribista y a medias de Duque ha incumplido una y otra vez su promesa de lograr la paz pol¨ªtica.
Y aqu¨ª estamos. Dentro de ocho d¨ªas, el jueves 21 de noviembre de 2019, se llevar¨¢ a cabo un paro nacional como no se ve¨ªa desde hac¨ªa varios a?os: campesinos, ind¨ªgenas, negros, profesores, estudiantes, pensionados, trabajadores, sindicalistas, grupos de mujeres, miembros de la comunidad LGTBIQ, opositores desenga?ados y ciudadanos hartos de que les nieguen la incertidumbre empezar¨¢n a marchar por la Avenida 26 de Bogot¨¢ para pedirle a la administraci¨®n de Duque que ¨Cpor ejemplo¨C se gane la autoridad para pasar su reforma tributaria, cumpla cabalmente los acuerdos que ha hecho con tantos estamentos de la sociedad y respete el derecho a la protesta social que se ha querido deslegitimar con vandalismos y estigmas. ?Y cu¨¢l ha sido la respuesta, en su propia lengua, de ciertos padrinos, ciertos escuderos, ciertos altos funcionarios del Gobierno? Se?alar y se?alar.
E insistir en ponerle una cara amable y cansina, la de Duque, a la estrategia fallida de solo dirigirse al pa¨ªs de privilegiados que desconf¨ªa de las marchas, de los di¨¢logos de paz, de las luchas por la igualdad: el expresidente Uribe, jefe del partido de Gobierno, declar¨® que ¡°el derecho democr¨¢tico de la protesta social no puede estar al servicio de anarquistas internacionales ni de grupos violentos¡± para ir azuzando la paranoia e ir estigmatizando una marcha que es contra la estigmatizaci¨®n.
S¨¦ que he estado repiti¨¦ndolo cada vez que puedo. S¨¦ que pronto me pondr¨¢n los ojos en blanco que se les ponen a esos percudidos tratadistas de cafeter¨ªa que arruinan las tardes de todos cuando lanzan sus sermones: ¡°Este pa¨ªs¡¡±. Pero, mientras los trols gobiernistas deshonran las protestas de antemano, creo que vale la pena recordar que ¨Cde acuerdo con el estudio anual que la firma inglesa Ipsos Mori ha titulado ¡°Peligros de la percepci¨®n¡±¨C Colombia suele ser el sexto pa¨ªs del mundo m¨¢s ignorante sobre s¨ª mismo: no parece sabio confiar del todo en las ideas que se hacen los colombianos sobre su propia tierra, no, porque esto no es el para¨ªso aterrorizado de los unos, ni es el infierno subyugado de los otros, y aqu¨ª el desconocimiento de lo propio ha sido una cultura dentro de la cultura.
Digo esto porque el uribismo, que supo leer a este pa¨ªs durante tanto tiempo, no solo est¨¢ sufriendo en carne propia la sociedad desmoralizada e iracunda que mont¨® cuando fue la oposici¨®n brutal que fue, sino que, pleno de ignorancia atrevida, parece empe?ado en empujar al Gobierno a que no pacte con una Colombia que no sea su Colombia.
Podr¨ªa hablarse de ¡°una dosis de su propia medicina¡± o se?alar que ¡°le sali¨® el tiro por la culata¡±, con risa justiciera, pero lo ¨²nico que urge ahora es el fin de su soberbia.
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