Vox y el futuro de nuestra democracia
Detr¨¢s del voto a la extrema derecha est¨¢ el miedo a ver resquebrajada la identidad nacional o la voluntad de defender un nacionalismo espa?ol que estaba acallado
Tras las elecciones andaluzas de diciembre de 2018, en las que Vox irrumpi¨® de golpe en la pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs, escrib¨ª en las p¨¢ginas de este diario que los ciudadanos que hab¨ªan votado por la extrema derecha no lo hab¨ªan hecho ni en defensa de la reducci¨®n de los impuestos, ni de la derogaci¨®n de la ley de violencia de g¨¦nero, ni de los valores cat¨®licos, ni de la familia tradicional. Vox hab¨ªa sido la reacci¨®n a una crisis identitaria desencadenada por el conflicto catal¨¢n y la inmigraci¨®n, de la misma forma que Podemos hab¨ªa surgido en 2014 como reacci¨®n a las injusticias sociales que hab¨ªa provocado la Gran Recesi¨®n. A diferencia de los partidos de extrema derecha de otras democracias avanzadas, Vox no nac¨ªa de la vulnerabilidad social, sino de lo que entonces denomin¨¦ la vulnerabilidad identitaria.
Otros art¨ªculos de la autora
El auge de Vox en las elecciones generales del domingo, en las que ha logrado el apoyo de algo m¨¢s de 3,5 millones de ciudadanos ¡ªcasi un mill¨®n m¨¢s que en abril¡ª, situ¨¢ndose como tercera fuerza pol¨ªtica en votos y esca?os, introduce nuevos interrogantes sobre qu¨¦ est¨¢ pasando en Espa?a, un pa¨ªs en el que la extrema derecha se hab¨ªa aglutinado tradicionalmente, al menos hasta 2015, en torno a una ¨²nica sigla, la misma que recog¨ªa el voto de muchos ciudadanos moderados. M¨¢s all¨¢ de arrojar algo de luz sobre qu¨¦ ha sucedido, es inevitable especular sobre qu¨¦ nos deparar¨¢ el futuro.
Pese a las profundas transformaciones que ha sufrido la sociedad en los ¨²ltimos a?os, la ideolog¨ªa de los espa?oles sigue siendo la misma que en el pasado: ni el centro ha desaparecido, ni Espa?a se ha hecho de golpe de extrema derecha. Son los partidos los que, en funci¨®n de sus estrategias, han ido despertando la simpat¨ªa o el rechazo de ciudadanos con distintas ideolog¨ªas. En sus inicios, Unidas Podemos, por ejemplo, lograba penetrar ¡ªt¨ªmidamente¡ª entre los ciudadanos de centro izquierda, cuando el discurso del partido giraba casi exclusivamente en torno al choque de intereses entre los de arriba y los de abajo. La recuperaci¨®n econ¨®mica y la propia evoluci¨®n del partido mutaron sus apoyos electorales, haci¨¦ndolos n¨ªtidamente de izquierdas. ?Qu¨¦ sucede con Vox? Llama la atenci¨®n que la media ideol¨®gica de sus votantes sea muy parecida a la de los electores del PP, s¨®lo ligeramente m¨¢s a la derecha, seg¨²n el estudio preelectoral de 40dB. para EL PA?S. Del total de votantes potenciales de Vox, la mitad proviene del centro-derecha y derecha, el 30% son personas de bajo perfil ideol¨®gico ¡ªcentro y sin ideolog¨ªa¡ª y ¨²nicamente dos de cada diez se posicionan en la extrema derecha.
Vox se ha convertido en el partido m¨¢s votado entre las personas menos acomodadas que son de derechas
Es en el eje territorial, y no en el ideol¨®gico, en el que se detectan m¨¢s diferencias entre el electorado del PP y el partido de extrema derecha: el 40% de los votantes de Vox se identifican con la defensa m¨¢xima de un Estado centralista para Espa?a ¡ªse colocan en el 10 de una escala territorial de 0 a 10¡ª, mientras que entre los votantes populares, la cifra cae hasta el 23%. Es en este sentido en el que el auge de Vox sigue siendo identitario. El partido de extrema derecha se nutre esencialmente del conflicto catal¨¢n (en algunos territorios tambi¨¦n de las actitudes hacia la inmigraci¨®n). Detr¨¢s de Vox, est¨¢ el miedo a ver resquebrajada la identidad nacional o, dicho de otro modo, se encuentra la voluntad de defender un nacionalismo espa?ol que, hasta el estallido del independentismo catal¨¢n, estaba adormecido o, simplemente, acallado.
M¨¢s all¨¢ de la vulnerabilidad identitaria, ?hay riesgos de que Vox termine pareci¨¦ndose a otros partidos de extrema derecha que penetran entre las bases tradicionales de los partidos de izquierda? Estas elecciones presentan una novedad con respecto a las de abril: Vox logra mayores apoyos entre las clases bajas y los parados. Sin embargo, esta ganancia en los sectores socialmente vulnerables se produce ¨²nicamente dentro del espectro ideol¨®gico de la derecha. Es decir, Vox se ha convertido en el partido m¨¢s votado entre las personas menos acomodadas que son de derechas. Los desempleados y las clases trabajadoras en su conjunto, m¨¢s progresistas que conservadoras, siguen votando mayoritariamente a la izquierda y, en particular, al PSOE. Por supuesto, este escenario podr¨ªa cambiar en el futuro pero, hoy por hoy, el pulso de Vox por el voto de los vulnerables se disputa en el campo de la derecha, en donde el principal competidor es el PP.
?Qu¨¦ deparar¨¢ el futuro? ?Debemos temer el ascenso de Vox? ?Crecer¨¢ a¨²n m¨¢s? La subida de Vox es una muy mala noticia para nuestra democracia. Y el partido de extrema derecha cuenta con al menos dos ventajas: por un lado, que el conflicto catal¨¢n permanecer¨¢, al menos por un tiempo, abierto. Cuanto m¨¢s pese esta crisis en la mente de los ciudadanos, mejores ser¨¢n las perspectivas de Vox. La segunda ventaja es que el electorado de Vox es un electorado digitalmente avanzando y con m¨¢s presencia en redes sociales que el del PP e incluso que el de Ciudadanos. Las ideas en la esfera digital se abren camino con m¨¢s facilidad. Son m¨¢s incontrolables. Y los contagios avanzan m¨¢s deprisa.
Es por el agujero de la cuesti¨®n territorial por donde se seguir¨¢n colando los votantes del PP
?Qu¨¦ pueden hacer los partidos ya asentados? La principal amenaza de Vox la sufre, l¨®gicamente, el PP. Antes de la sentencia del proc¨¦s, los populares crec¨ªan considerablemente en las encuestas, respondiendo adecuadamente a la estrategia centrista de Casado. Si estas elecciones no se hubiesen celebrado al calor del problema catal¨¢n, el PP habr¨ªa logrado bastantes mejores resultados. Nuestros datos muestran que el 30% de los votantes del PP creen que Vox es el partido m¨¢s capacitado para afrontar el conflicto en Catalu?a, mientras que son muy pocos los que piensen que Vox es el mejor para lidiar con la econom¨ªa o la creaci¨®n de empleo. Es por el agujero de la cuesti¨®n territorial por donde se cuelan y se seguir¨¢n colando los votantes populares. Frente a ello, la salida es contribuir a solucionar el problema catal¨¢n, para pasar p¨¢gina, y centrar los esfuerzos en aportar soluciones que mitiguen los efectos de una pr¨®xima recesi¨®n que no pocos ciudadanos ya temen. El PP, adem¨¢s, deber¨ªa hacerse cargo del desplante generacional que vive: en la Espa?a actual, hay muy pocos j¨®venes de derechas, tan pocos como para que resulte una anomal¨ªa, seg¨²n muestra el estudio J¨®venes, Internet y democracia de 40dB. para la Foundation for European Progressive Studies (FEPS) y la Fundaci¨®n Felipe Gonz¨¢lez. Construir un proyecto intergeneracional es otro reto que la derecha tiene por delante.
Por su lado, las izquierdas, llamadas ahora a gobernar, tienen por delante retos que no pueden esperar ni un d¨ªa m¨¢s. Para algunos de ellos, los ciudadanos otorgan m¨¢s capacidad que a ning¨²n partido a Unidas Podemos ¡ªen la lucha contra el cambio clim¨¢tico o en la profundizaci¨®n en la igualdad real entre mujeres y hombres¡ª y, para muchos otros, al PSOE ¡ªen la mejora de los servicios p¨²blicos, las pol¨ªticas sociales o los retos que para nuestra econom¨ªa tiene la digitalizaci¨®n. Y, por supuesto, las fuerzas pol¨ªticas deber¨¢n abordar el conflicto catal¨¢n, que ha abierto unas heridas que dificultan que, como pa¨ªs, afrontemos juntos los grandes retos que hay por delante. Cerrar esa herida no s¨®lo es necesario, sino que se ha convertido en la mejor receta para proteger nuestra democracia.
Bel¨¦n Barreiro es directora de 40dB. y expresidenta del CIS.
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