La soledad de Jos¨¦ Mourinho
El entrenador, admirado aunque no siempre tan querido, se enfrenta despu¨¦s de un a?o fuera de la competici¨®n futbol¨ªstica, al escrutinio de los tabloides por sus avatares amorosos
¡°Ya que entonces no puedo convertirme en amante, para entretener estos amables d¨ªas, elijo convertirme en un villano y odiar los perezosos placeres de este tiempo¡±, se conjura el malvado Gloucester al comienzo del Ricardo III de Shakespeare. En su particular invierno del descontento, Jos¨¦ Mourinho (Set¨²bal, Portugal, 56 a?os), se ve obligado a lidiar m¨¢s con presuntas ¡°amantes¡± y ¡°perezosos placeres¡± que con disputas o retos profesionales. ¡°Mi reino por un club¡±, podr¨ªa parafrasear estos d¨ªas el portugu¨¦s al personaje dram¨¢tico.
En dique seco durante casi un a?o, despu¨¦s de salir de malas maneras del Manchester United, Mourinho ha estado estos d¨ªas en los medios m¨¢s por su vida sentimental que por sus logros como entrenador. Muchos fueron los que se percataron el pasado fin de semana, cuando coment¨® para Sky Sports el enfrentamiento entre el Liverpool y el Manchester City, de que el entrenador no llevaba su anillo de casado. Tampoco su reloj Hublot, por cierto, marca de la que es embajador mundial. Y volvieron a surgir los rumores sobre el fin de tres d¨¦cadas de matrimonio ejemplar con Matilde Faria (54 a?os), con dos hijos, Matilde y Jos¨¦. ¡°No hay ning¨²n problema, todo est¨¢ bien. Jos¨¦ se despert¨® muy pronto el domingo para salir hacia Liverpool y se olvid¨® el reloj y el anillo. Fue un descuido sin importancia¡±, explic¨® a los medios brit¨¢nicos un representante de Mourinho.
No es la primera vez que los tabloides del Reino Unido husmean en su vida privada. El pasado diciembre, The Sun revel¨® que manten¨ªa desde hac¨ªa mucho tiempo una relaci¨®n ¨ªntima con una joven inglesa 14 a?os menor que ¨¦l, Prue Carter Robinson. Se hab¨ªan conocido durante la ¨¦poca en la que estuvo al frente del Real Madrid, y el diario rastre¨® en las redes sociales hasta dar con las fotos que, seg¨²n ellos, confirmar¨ªan el adulterio. No contentos con su hallazgo, husmearon en la hemeroteca hasta dar?con declaraciones de Mourinho de lealtad y devoci¨®n a su esposa, a la que conoci¨® en Portugal cuando ¨¦l ten¨ªa 17 a?os y ella 15. ¡°El secreto de todo est¨¢ en el amor. Si tienes ¨¦xito en tu trabajo, se debe en gran parte a que est¨¢s enamorado de lo que haces. Y si tienes una familia perfecta es porque os am¨¢is el uno al otro. El amor es la base de todo¡±, hab¨ªa dicho en cierta ocasi¨®n el entrenador. Como si esas declaraciones fueran las pistola humeante que probaba un pretendido delito.
La prensa brit¨¢nica cree oler debilidad en un Mourinho que, a pesar del dinero, reconocimiento, prestigio y ¨¦xito (Sky Sports no pone a cualquiera a comentar en su pantalla) se siente como un animal enjaulado. Casi enternec¨ªa ver c¨®mo se le saltaban las l¨¢grimas el pasado agosto, durante una entrevista con la italiana Gazzetta dello Sport. ¡°Cuando entr¨¦ en el mundo del f¨²tbol profesional fue cuando por fin son¨® aquel 'click'. A partir de entonces ya todo fue en serio y no par¨¦ nunca. Ahora que he parado y deber¨ªa estar disfrutando, no puedo. Lo echo mucho de menos¡±, dec¨ªa mientras se restregaba los ojos llorosos.
Su familia decidi¨® quedarse en Londres, y ¨¦l vivi¨® solitario en un hotel durante su tiempo al frente del Manchester United. Se rumorearon otros amores secretos, pero la prensa no se ceb¨® especialmente con un entrenador al que los aficionados ingleses adoraban. Es ahora, cuando huelen a debilidad, que parece haberse abierto la veda. Aunque nadie se atrever¨ªa a dar por concluida la trayectoria de un entrenador que ha descubierto en el Reino Unido su entorno natural, y que, a pesar de los d¨ªas turbulentos de su salida del Manchester (Un Community Shield, una copa de Premiere League y otra de la UEFA), sigue contando con una admiraci¨®n a¨²n mayor ¡ªotra cosa es el cari?o¡ª que la que dej¨® tras su paso por Mil¨¢n, al frente del Inter.
El joven portugu¨¦s que, en 2004,?logr¨® despertar la curiosidad y el inter¨¦s de prensa y aficionados brit¨¢nicos con aquel ¡°I seek I am the special one¡± (Busco ser el m¨¢s especial) de gram¨¢tica incorrecta pero de sonoridad rotunda, se convirti¨®, al cabo del tiempo ¡ªcomo le hab¨ªa ocurrido en ocasiones anteriores¡ª en el entrenador hura?o, insolente y a la defensiva que no acababa de entender c¨®mo todo se la hab¨ªa vuelto a ir de las manos.
Los rumores sobre su pr¨®ximo destino no cesan, y vienen acompa?ados de la consiguiente pol¨¦mica. The Times ha asegurado que el Arsenal F. C. ha puesto los ojos en el portugu¨¦s, y querr¨ªa que fuera el reemplazo del vasco Unai Emery. Se ha vuelto a hablar del Real Madrid, y de otros clubes. Sus defensores creen que el tiempo en barbecho le ha ayudado a reflexionar, a recomponer sus objetivos y pensamiento. El f¨²tbol ingl¨¦s ya no admite sin m¨¢s a los entrenadores para los que el ¨²nico objetivo es ganar y que levantan en sus equipos una estrategia defensiva firme. Los aficionados se han acostumbrado a un juego en el que se buscan constantemente los espacios de ataque.
Hubo un tiempo en que el dedo de Mourinho tambi¨¦n fue protagonista, pero por su insolencia ¡ªcomo cuando se lo meti¨® en el ojo al tristemente fallecido Tito Vilanova¡ª o por la autoridad con las que transmit¨ªa sus ¨®rdenes. Nunca imagin¨® que ser¨ªa objeto de atenci¨®n por no llevar el anillo de casado, y que por primera vez en muchos a?os buscara la reclusi¨®n y prefiriera que los medios no hablaran de ¨¦l, aunque fuera bien.
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