Bolivia, una vela a Dios y otra a la Pachamama
En la crisis boliviana, los s¨ªmbolos son muy importantes. Y las creencias no lo son menos.
Resulta inevitable que intentemos explicar actuaciones y situaciones ajenas utilizando nuestra concepci¨®n de la realidad. Pero conviene ser conscientes de ello y saber que, si no somos cuidadosos, corremos el peligro de pasar por alto detalles que, mientras a nosotros nos parecen irrelevantes o anecd¨®ticos, no lo son en absoluto para sus protagonistas. La evoluci¨®n de la crisis boliviana presenta acontecimientos perfectamente identificables por el europeo medio del siglo XXI, como las irregularidades en una elecci¨®n, la protesta en las calles, la dimisi¨®n y salida del pa¨ªs de un presidente, los enfrentamientos y la crisis institucional. Pero adem¨¢s, se producen otros hechos que pueden ser interpretados como meramente anecd¨®ticos, propagand¨ªsticos o de puro folklore que, sin embargo, para sus protagonistas y la audiencia a la que se dirigen est¨¢n llenos de significado.
As¨ª, cuando uno de los l¨ªderes de las protestas, Luis Fernando Camacho, entr¨® a la residencia presidencial ¡ªel Palacio Quemado de La Paz¡ª , despleg¨® sobre el suelo una bandera boliviana tricolor y coloc¨® abierta una Biblia encima, estaba haciendo mucho m¨¢s que buscar (es un decir) la foto en Instagram. Durante su mandato, Evo Morales (2006-2019) hab¨ªa puesto especial ¨¦nfasis en la simbolog¨ªa. Adopt¨® una bandera cooficial ind¨ªgena para Bolivia ¡ªla multicolor wiphala¡ª e instaur¨® lo que podr¨ªa denominarse en ceremonial de Estado paralelo de rito indigenista. De hecho, el d¨ªa antes de jurar su cargo por primera vez fue coronado Apu Mallku o l¨ªder supremo en una ceremonia religiosa ind¨ªgena en las ruinas de Tihuanaco. No ocurr¨ªa desde 1780. Morales y los miembros de su Gobierno repitieron de nuevo el ceremonial cuando el presidente cumpli¨® diez a?os en el cargo.
?Quiere esto decir que la fractura de la sociedad boliviana tiene tambi¨¦n un componente religioso? En absoluto. Y es aqu¨ª donde puede producirse la confusi¨®n si uno se atiene a las acusaciones que se lanzan unos y otros. Bolivia es una gran mezcla donde la divisi¨®n entre l¨ªneas es, a menudo, imposible de discernir por mucho que las clasificaciones simplifiquen. Y uno de esos difuminados afecta a lo sagrado y a lo profano. Hasta el m¨¢s descre¨ªdo challa su casa, es decir, coloca en los cimientos un feto de llama. Unos porque creen firmemente en su poder protector y otros, por si acaso. Y, eso s¨ª, luego todos lo celebran con algo de beber. No es raro que, ante una decisi¨®n importante, se rece en la iglesia y luego se acuda al brujo. Que una segunda opini¨®n siempre es importante. Ni tampoco es extra?o que los m¨¢s laicos de los laicos lleven unas reproducciones en miniatura de billetes para garantizar que no le falten los de verdad durante el a?o. Habr¨¢ a quien todo esto le parezca in¨²til, pero lo importante en medio de acontecimientos tan importantes para la historia de un pa¨ªs es qu¨¦ les parece a sus protagonistas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.