Burgues¨ªa activa

En la desoladora anomia catalana, asoma una novedad esperanzadora. Es la activa reacci¨®n empresarial contra la resignaci¨®n ante el deterioro institucional, el desorden p¨²blico y el ¡ªtodav¨ªa reversible¡ª declive econ¨®mico de la comunidad, que se suma as¨ª a otros movimientos de la sociedad civil no subvencionada. Un hito individual paradigm¨¢tico es la advertencia del presidente de la automovil¨ªstica Seat, Luca de Meo, alertando de que ¡°si esto sigue as¨ª, el grupo tiene otras opciones¡±, pues ¡°dispone de plantas en casi toda Europa¡±, un claro aviso de que las grandes empresas ya no solo consideran traslados de sus sedes sociales, sino tambi¨¦n de sus instalaciones fabriles.

El caso de Seat, hist¨®rico puntal multinacional vertebrador de la industria catalana, con su tupida red de proveedores, fabricantes de componentes y compa?¨ªas subsidiarias que mantienen centenares de miles de empleos, deber¨ªa hacer reflexionar a quienes, ampar¨¢ndose en un presunto patriotismo de campanario, procuran la desertizaci¨®n econ¨®mica de su territorio.

La otra se?al de vitalidad es muy significativa, pues procede de un organismo corporativo, Foment, la a?eja gran patronal catalana que con la nueva presidencia de Josep S¨¢nchez Llibre (exdirigente de la democristiana Uni¨®, pero de ascendencia empresarial) ha multiplicado su actividad de contrapeso a las disrupciones provocadas por el poder secesionista y radical. Un signo de que la burgues¨ªa catalana, que muchos daban por evaporada, vuelve a labrar de forma constructiva en favor de la unidad de mercado, el autogobierno responsable y el di¨¢logo dentro de los cauces legales, am¨¦n de desplegar una actitud inicial de acogida al pacto de izquierdas para la investidura socialista, a expensas de su programa definitivo.

Al comp¨¢s de la declaraci¨®n de Quim Torra ante la justicia confes¨¢ndose incurso en desobediencia a la autoridad electoral (por colgar s¨ªmbolos partidistas en dependencias de la Generalitat), Foment ha sido taxativo. Le ha calificado de ¡°irresponsable¡±, un gesto in¨¦dito en una gran corporaci¨®n de Catalu?a, donde hoy muchos confunden el respeto a las instituciones con el servilismo ante su ocupaci¨®n totalitaria. Y ha definido como ¡°barbarie¡± los altercados que decoran el paisaje catal¨¢n desde mediados de octubre.

Foment no desborda el imperativo que inspira a toda organizaci¨®n empresarial: la defensa de las condiciones de seguridad jur¨ªdica en que los emprendedores aspiran a moverse. Y lo hace apoyado en la credibilidad que le otorga haber aunado en torno a s¨ª a otras patronales antes enfrentadas, como Cecot o Pimec; haber pleiteado contra la Assemblea Nacional Catalana (ocupante de la C¨¢mara de Comercio, hoy al servicio de la ruptura institucional) por atentar contra la competencia al boicotear a empresas que no le son afectas, y haber patrocinado un primer y fracasado di¨¢logo entre los presidentes del Gobierno y de la Generalitat, fiasco provocado por la ¡°irresponsabilidad¡± de este.

La actitud de Torra, por el contrario, contribuye a que Catalu?a est¨¦ a punto de ceder el liderazgo auton¨®mico en PIB a Madrid; no ha logrado el retorno de las empresas que huyeron de la asfixia secesionista y deja al tejido econ¨®mico con el ¨²nico recurso de su talento, hu¨¦rfano de todo apoyo institucional.