La importancia de acabar con el estigma de la salud mental en ni?os y adolescentes
Una gu¨ªa sencilla y pr¨¢ctica para padres y elaborada por expertos del Hospital Infantil Ni?o Jes¨²s incide en la prevenci¨®n de las alteraciones y trastornos del comportamiento a estas edades
Muchas veces cuando nuestro hijo se mea en la cama, lo ocultamos. Muchas veces cuando nuestro hijo est¨¢ sufriendo, no nos damos cuenta. Muchas veces cuando nuestro hijo no come, reaccionamos mal. ?Por qu¨¦ es m¨¢s f¨¢cil decir a nuestros amigos, a nuestro entorno, que nuestro hijo tiene neumon¨ªa, que decirles que padece enuresis, depresi¨®n o anorexia? La gu¨ªa Trastornos del comportamiento de ni?os y adolescentes. Gu¨ªa Pr¨¢ctica para padres , segundo glosario que se elabora en el Hospital Infantil Ni?o Jes¨²s, el primero fue para explicar a los progenitores c¨®mo actuar en los primeros auxilios, y la primera que trata estas patolog¨ªas y que difunde la Comunidad de Madrid, pretende acabar con la estigmatizaci¨®n que existe en la sociedad de estas patolog¨ªas, ofreciendo a los padres y familia herramientas para poder detectarlas; actuar sobre ellas, y pedir ayuda a su m¨¦dico de familia o pediatra si as¨ª se requiere.
Juan Casado Flores, pediatra y l¨ªder de dicha gu¨ªa, explica que para realizarla se hicieron la siguiente pregunta: ?Qu¨¦ problemas tienen los padres en relaci¨®n con los trastornos del comportamiento que les generan m¨¢s miedo y angustia? ¡°Y, sobre todo, ?c¨®mo les podemos ayudar?¡±, incide Casado. El documento incluye 21 situaciones frecuentes que van desde que el ni?o es muy peque?o hasta el adolescente. ¡°Encontramos las rabietas o los celos que se dan en ni?os muy peque?os. Por ejemplo, en cuanto a los celos hacia un hermano, el ni?o puede expresarse de distinta manera, desde sentir ir¨¢ hasta simular dolor cabeza. Y que los padres detecten los s¨ªntomas es una manera de prevenci¨®n, para que el problema no empeore. Y esto es lo que pretende esta gu¨ªa, simple, con mucha ilustraci¨®n, y un lenguaje muy muy sencillo: PREVENIR¡±, incide el pediatra, cuya experiencia la avala haber tratado a m¨¢s de 100.000 ni?os.
Ante un trastorno del comportamiento, los padres no lo divulgan, lo ocultan a su entorno. ¡°Y estas patolog¨ªas necesitan conocerse, necesitan prevenirse para parar el sufrimiento del ni?o y de la familia. Los m¨¦dicos, prosigue, no solo estamos para curar, bueno lo que podemos. Tambi¨¦n es importante que evitemos tener que curar y para esto hay que ense?ar a los m¨¦dicos m¨¢s j¨®venes y enfermeras y a los padres, a prevenir. La prevenci¨®n consigue que los padres no tengan miedo, que no se angustien¡±, termina Casado.
Efectivamente, la gu¨ªa que ha elaborado el pediatra junto a la tambi¨¦n pediatra Raquel Jim¨¦nez Garc¨ªa, y la psiquiatra Mar Faya Barrios incluye todas ¡°esas dudas, o las dudas m¨¢s frecuentes, que nos han planteado los padres en consulta. Normalmente, no se habla de los trastornos del comportamiento con naturalidad. Yo creo que la diferencia fundamental es que cuando nuestro peque?o padece una enfermedad m¨¦dica la culpa es de otros, pero cuando hablamos de un problema de conducta o emocional, tendemos a echarnos la culpa a nosotros. Y eso no es as¨ª¡±, explica Raquel Jim¨¦nez Garc¨ªa, pediatra de Hospital Infantil Ni?o Jes¨²s.
¡°Hay muchas veces que los padres de primeras reaccionan muy mal ante estos tipos de situaciones¡±, prosigue la pediatra. Uno de los ejemplos que cita la experta es, por ejemplo, cuando los padres perciben que su hijo no come, ¡°y esto a pesar de que se encuentre en su peso y talla normal. Algunas veces tendemos a reaccionar oblig¨¢ndoles a comer, o les hacemos men¨²s a la carta o les ponemos la tablet para que lo hagan, y todo esto est¨¢ mal, a lo mejor, lo que hay que hacer justamente todo lo contrario¡±.
Otro ejemplo que cita Jim¨¦nez es el caso de que un adolescente se autolesione: ¡°Normalmente, la primera reacci¨®n de los progenitores es el enfado, cuando deber¨ªan investigar por qu¨¦ est¨¢ sucediendo esto, o preguntar si tienen dudas. Esto es lo que se pretende con esta gu¨ªa, dar pautas sencillas para que el entorno sepa lo que puede hacer para solucionar un problema, desde una t¨ªpica rabieta hasta afrontar la separaci¨®n o divorcio complicado¡±. En este ¨²ltimo caso, seg¨²n explica la pediatra, ¡°los padres est¨¢n tan inmersos en su situaci¨®n conflictiva que son incapaces de ver que su hijo est¨¢ sufriendo. Y es algo que hemos querido resaltar en este glosario. Todo lo que afecta al menor puede tener una repercusi¨®n en su salud f¨ªsica y mental¡±.
¡°Visibilizar los trastornos del comportamiento en los ni?os y adolescentes hace que el estigma que existe sobre ellos a nivel social vaya desapareciendo¡±, argumenta Mar Faya Barrios, psiquiatra del hospital. La experta incide en la importancia que tienen los padres en el transcurso del tratamiento de su hijo; enfatiza que ¡°se debe entender primero la diferencia entre una alteraci¨®n del comportamiento de un trastorno¡±. En el primer caso, son alteraciones que se suelen ser normales en el desarrollo evolutivo de los peque?os, como pueden ser los casos de las rabietas o la enuresis, ¡°pero cuando los s¨ªntomas se mantienen en el tiempo, se vuelven m¨¢s intensos, y afectan a la vida del peque?o a nivel f¨ªsico, psicol¨®gico y social, estar¨ªamos hablando de un trastorno¡±.
Faya explica que una vez los padres acuden a su consulta ya han pasado por Atenci¨®n Primaria y su centro de salud, ¡°recibimos los casos m¨¢s graves y complejos y los progenitores suelen llegar desorientados, angustiados y culpabiliz¨¢ndose, cuando no es la culpa de nadie, cuando se da una patolog¨ªa de estas caracter¨ªsticas es por un c¨²mulo de circunstancias ajenas a ellos como pueden ser la gen¨¦tica, o el ambiente¡±.
La experta se?ala que, efectivamente, ha habido un cambio patente en los padres en cuanto a que est¨¢n m¨¢s informados y que detectan mejor los problemas de sus hijos, ¡°pero queda mucho por hacer, queremos avanzar m¨¢s por el bienestar de toda la poblaci¨®n. Tenemos que recordar que la mitad de los trastornos mentales se inician en la infancia y la adolescencia. La prevalencia de estos trastornos es de un 10%-20%, de ellos, un 4%-6% son trastornos mentales graves. Detectarlos a tiempo es fundamental, es important¨ªsimo, y esta gu¨ªa puede ayudar a los padres a hacerlo y que todos mejoren su calidad de vida, disminuyendo el sufrimiento¡±, concluye Faya.
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