Seis meses sin bocata de chorizo en Seat: menos riesgo cardiovascular entre sus trabajadores
Unos 600 trabajadores participan en un estudio sobre el impacto en la salud del cambio de h¨¢bitos de vida
Hace m¨¢s de medio a?o que no hay bocadillos de chorizo en Seat. No, al menos, para los trabajadores que se han prestado a participar, como conejillos de indias, en el proyecto MedCars, para estudiar el impacto en la salud de una intervenci¨®n en los h¨¢bitos de vida. La empresa automovil¨ªstica sustituy¨®, en un grupo de empleados, la mortadela y el chorizo por bocadillos de pan integral con hummus, sardina o aguacate. En seis meses, el riesgo cardiovascular se redujo.?
La an¨¦cdota del bocadillo de chorizo era el punto de partida: cambiar el tentempi¨¦ que reparte Seat a sus trabajadores en cada turno por un piscolabis m¨¢s saludable. As¨ª arranc¨® en abril de 2018 el estudio, en el que participaron el hospital Cl¨ªnic de Barcelona y el Instituto de Investigaci¨®n sobre el Sida IrsiCaixa. Pero la intervenci¨®n iba m¨¢s all¨¢: tambi¨¦n se incorporaban pautas de ejercicio f¨ªsico y un acompa?amiento emocional intensivo.?
Para empezar, los investigadores reclutaron a unos 300 trabajadores de la f¨¢brica de la Zona Franca de Barcelona y a otros 300 de la factor¨ªa de El Prat. A todos se les someti¨® a exhaustivos ex¨¢menes m¨¦dicos al inicio y al final del estudio. Sobre el grupo de Barcelona se hizo la intervenci¨®n de salud, intentando reeducar sus h¨¢bitos para hacerlos m¨¢s saludables. Sobre los de El Prat no se hizo nada m¨¢s que dar los consejos de salud habituales por parte del equipo de salud laboral.?
As¨ª, con los empleados de la Zona Franca, los investigadores pusieron en marcha seis estrategias simult¨¢neas. Para incrementar la adherencia a la dieta mediterr¨¢nea, los expertos prepararon men¨²s de temporada y listas de la compra saludables, repartieron cinco litros mensuales de aceite de oliva virgen a cada participante y 30 gramos diarios de frutos secos y vales de descuento para productos saludables en una cadena de supermercados. La compa?¨ªa tambi¨¦n incorpor¨® m¨¢quinas de venta con productos m¨¢s sanos y acompa?¨® toda la intervenci¨®n alimentaria con consejos de conducta y emocionales a los trabajadores y sus familias. Adem¨¢s, los investigadores agregaron recomendaciones de ejercicio f¨ªsico a los empleados.?
En seis meses de intervenci¨®n, los cambios de h¨¢bitos ya dieron sus frutos en t¨¦rminos de salud. ¡°En el grupo de intervenci¨®n se redujeron m¨¢s de dos de los principales par¨¢metros asociados al riesgo cardiovascular: el peso y el per¨ªmetro de la cintura¡±, ha apuntado el doctor Ramon Estruch, consultor de medicina interna del Hospital Cl¨ªnic. Tambi¨¦n se redujeron los triglic¨¦ridos en el grupo intervenido y la presencia de una prote¨ªna vinculada a la inflamaci¨®n de las arterias. ¡°La salud mental y la calidad del sue?o tambi¨¦n mejoraba en el grupo intervenido¡±, ha agregado Estruch. Seg¨²n los expertos, los resultados en salud se han mantenido una vez finalizado el estudio.
El siguiente paso, ahora, es estudiar la microbiota ¡ªlos millones de microbios que pueblan el intestino¡ª de los trabajadores que participaron en la investigaci¨®n. ¡°Este estudio ha conseguido un impacto a nivel metab¨®lico a trav¨¦s de la dieta mediterr¨¢nea, pero ahora queremos ver si, en el microbioma, hay un impacto de la dieta mediterr¨¢nea y sobre qu¨¦ bacterias impacta¡±, ha explicado el director de IrsiCaixa, Bonaventura Clotet.?
El estudio de intervenci¨®n con los trabajadores de Seat en Barcelona ha concluido y con ¨¦l los tentempi¨¦s saludables. El bocadillo de chorizo ha vuelto, aunque ahora los empleados disponen de alternativas saludables en las m¨¢quinas expendedoras. Con todo, los responsables de Seat han asegurado que estudiar¨¢n con los trabajadores la posibilidad de implantar los bocatas saludables a todos los trabajadores y desterrar ¡ªo apartar¡ª el bocata de chorizo de la compa?¨ªa.
"El bocata de chorizo tiene los d¨ªas contados"
Saray Narbona fue una de las que se qued¨® sin bocadillo de chorizo. La trabajadora, de 40 a?os y media vida en la factor¨ªa de Seat, ya cuidaba bastante su alimentaci¨®n y hac¨ªa deporte, pero decidi¨® participar en el estudio para "mejorar las pautas de nutrici¨®n". Cost¨®, al principio, el cambio de rutinas. "El ambiente en la plantilla es de gente joven y m¨¢s mayor. Los j¨®venes estamos un poco m¨¢s concienciados, pero para los mayores fue un gran cambio pasar del bocata de chorizo o panceta al pan integral con queso fresco", reconoce la empleada. Aunque al final, la plantilla fue "muy receptiva". "Creo que el bocata de chorizo tiene los d¨ªas contados. Cuando termin¨® el estudio, incluso fue duro volver al bocata y hay gente que no particip¨® que ahora se arrepiente", apunta.
Aunque a Saray no le sobraban muchos kilos y sus h¨¢bitos de vida no eran tan malos, ha perdido dos kilos tras el experimento. "Mi colesterol ha bajado y tengo m¨¢s ¨ªndice de prote¨ªnas. Notas el cambio", garantiza.
El bocata de chorizo, como tal, ya ha vuelto, pero algunos cambios de h¨¢bitos ya se han instalado entre los compa?eros. "Poco a poco, nos han introducido detalles sanos. Por ejemplo, en el turno de noche, en lugar de darnos un refuerzo de boller¨ªa, nos dan frutos secos o un yogur", concluye.
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