Noticias del otro lado del mundo
Si en la COP25 no se da una respuesta fuerte a la destrucci¨®n de la Amazonia, ser¨ªa mejor que ni hubieran salido de casa
Resistir es un verbo relacionado con la potencia. Pero no siempre la realidad es esa. He comprendido en la ¨²ltima d¨¦cada que hay que aprender a hacer lo ¡ªmucho¡ª m¨¢s dif¨ªcil: luchar incluso sabiendo que vamos a perder. Es duro ¡ªy poco popular¡ª decir esto al inicio de la COP25, cuando la esperanza de conseguir avanzar hacia un acuerdo global se renueva y las calles las ocupan quienes quieren un mundo mejor. Sin embargo, le tengo poco apego a la esperanza. O se manipula como una mercanc¨ªa, como hacen igual la derecha y la izquierda, o se confunde con esperar. Si no puede ser ahora, ser¨¢ despu¨¦s. Ya no se puede esperar. No es un juicio moral, sino una constataci¨®n a partir de hechos. Les tengo mucho apego a los hechos. Y a la verdad. Por eso, quiero decir, muy claramente, que en mi lado del mundo estamos perdiendo. A una velocidad asombrosa.
Suelo decir que, en un planeta en estado de emergencia clim¨¢tica, la Amazonia es el centro del mundo. En Brasil, acabamos de iniciar un movimiento global con este concepto. No es ret¨®rica, es un hecho comprobado. Tambi¨¦n est¨¢ comprobado que el principal objetivo del Gobierno de extrema derecha de Brasil, un pa¨ªs que alberga el 60% de la mayor selva tropical del planeta, es explotar las ¨¢reas protegidas de la Amazonia. Eso ya sucede. Y r¨¢pido.
?C¨®mo? Por un lado, el Gobierno intenta aprobar cambios en la Constituci¨®n. Pero eso tarda demasiado ¡ªtodav¨ªa queda algo de democracia en Brasil, aunque cada vez menos¡ª. Lo que funciona es algo m¨¢s f¨¢cil y de efecto inmediato. Como el Estado es quien protege las ¨¢reas protegidas, el Gobierno simplemente las desprotege, dejando de hacer su trabajo. Jair Bolsonaro y sus c¨®mplices atacan a los inspectores de los ¨®rganos de protecci¨®n en sus discursos p¨²blicos y dejan claro que los avances sobre la selva no se castigar¨¢n. Por eso, la Amazonia ardi¨® y la deforestaci¨®n se dispar¨®. Est¨¢ casi todo dominado. ?Qui¨¦nes son ¡°casi¡±? Son los pueblos de la selva que todav¨ªa resisten, protegi¨¦ndola literalmente con sus cuerpos. Son las ONG que fortalecen a estos pueblos. Hace unos d¨ªas, el Estado avanz¨® m¨¢s hacia el autoritarismo, arrestando a ambientalistas e invadiendo una de las ONG m¨¢s respetadas de la Amazonia. Algunos l¨ªderes empiezan a capitular. Solos y desprotegidos, tienen que escoger entre dejar que la selva muera o morir ellos mismos. Algunos escogen su propia supervivencia. ?C¨®mo culparlos?
Quiero decir que, si en la COP25 no se da una respuesta fuerte a la destrucci¨®n de la Amazonia, con sanciones efectivas al Gobierno brasile?o y medidas inmediatas para fortalecer a los defensores de la selva, ser¨ªa mejor que ni hubieran salido de casa.
Traducci¨®n de Meritxell Almarza
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