Los punkis que espiaban para la Stasi
La banda Die Firma brill¨® en la disidencia de la RDA. Tras la ca¨ªda del Muro se supo que sus l¨ªderes colaboraron con la polic¨ªa secreta. Hoy reviven en forma de disco
EN UN PA?S como la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA), sin mucho margen para la iron¨ªa, la banda punk-rock de Frank Tr?ger y Tatjana Besson se llamaba Die Firma. Ese era el sobrenombre ¡ªLa Compa?¨ªa, en alem¨¢n¡ª con el que los alemanes del Este conoc¨ªan a la siniestra Stasi, la polic¨ªa secreta del r¨¦gimen de la Alemania Oriental. Es cierto que los puristas del punk los miraban con recelo porque ten¨ªan el Einstufung, la licencia para tocar en p¨²blico en el Estado socialista. Pero tambi¨¦n es verdad que actuaban en conciertos clandestinos en algunas de las iglesias protestantes donde se articularon las marchas de protesta contra la dictadura.
Tras la ca¨ªda del Muro, poco despu¨¦s de que Fran?ois Mitterrand los recibiera en el El¨ªseo con otros artistas como emblemas de la disidencia, se revel¨® que sus l¨ªderes eran confidentes de la polic¨ªa secreta. Tr?ger ten¨ªa un sueldo generoso como colaborador y recibi¨® condecoraciones firmadas por Erich Mielke, el jefe de la Stasi. Besson era confidente desde los 15 a?os. Su madre la hab¨ªa introducido en la tela de ara?a de la Stasi cuando a¨²n iba al colegio. Su caso fue ¨²nico: apenas hab¨ªa mujeres en las bandas underground y la polic¨ªa secreta no reclutaba a mujeres: no se fiaba de ellas.
Key Pankonin fue letrista y guitarrista de Die Firma hasta 1986, cuando lo llamaron a filas. A su vuelta, Tatjana le recrimin¨® que un punki de verdad no hac¨ªa el servicio militar. Hoy, sentado en un caf¨¦ del viejo Berl¨ªn, Key reconoce que no era muy coherente tocar ante un pelot¨®n de punkis los acordes de su canci¨®n Deserteur ¡ª¡°No quiero ser soldado, no quiero ir al ej¨¦rcito¡ soy un desertor¡±¡ª, as¨ª que se desentendi¨® del grupo. ¡°Pero parece contradictorio que fuera Tatjana, que estaba informando a la Stasi, quien me dictara qu¨¦ era lo correcto¡±, recuerda. Ese es su ¨²nico reproche. Mantienen la amistad. Y recuerda a Frank, que muri¨® de diabetes en 2015. Tr?ger hab¨ªa estado en la c¨¢rcel con 22 a?os y, si quer¨ªa dedicarse a la m¨²sica, ten¨ªa que colaborar con la Stasi. Como Tatjana, ignoraba que hab¨ªa otro delator en la banda.
El pasado verano, Key reuni¨® al antiguo bater¨ªa y al hijo de Frank en un concierto en Berl¨ªn. Tambi¨¦n participa con las canciones de Die Firma en el ¨²ltimo OstArt Festival de Berl¨ªn, dedicado a las subculturas de la RDA. Die Firma hab¨ªa desaparecido de los c¨¢nones del sonido underground de Alemania del Este, pero el sello independiente H?rsturz?produktion acaba de publicar una edici¨®n especial en vinilo para recordar su legado, y el disquero ha recibido varias quejas por la biograf¨ªa del grupo. En la fotograf¨ªa en blanco y negro de Frank Tr?ger en la galleta del disco no ven a un m¨²sico alternativo con pendiente y chupa de cuero que agit¨® la escena de Berl¨ªn Este, solo a un sopl¨®n de la Stasi.
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