La Consti
Es evidente que nuestra Carta Magna nos defiende pero nosotros tenemos tambi¨¦n que defenderla a ella de la ofensiva que padece
Para los donostiarras, la Consti es la plaza de la Constituci¨®n, el coraz¨®n de la Parte Vieja, donde anta?o se corrieron toros (a¨²n est¨¢n en los balcones los n¨²meros de aquellas localidades), donde cada a?o se inician y acaban las fiestas patronales, donde se exhibe el fenomenal cochino que se rifa en Santo Tom¨¢s y donde estuvo muchos a?os la librer¨ªa Lagun para orgullo democr¨¢tico de unos y objetivo terrorista de otros. All¨ª en la Consti, en el Astelena, iniciaba la ronda de vinos mi cuadrilla cuando el mundo era joven y yo para qu¨¦ contarles. Ahora sigo considerando a la Consti mi casa pero ya no me refiero a la plaza sino a la ley vertebral. Gracias a la Consti soy ciudadano entre compatriotas, no ind¨ªgena de una tribu esencialista inventada por chamanes locales con devotos propensos a la antropofagia. Pero lo mejor de la Consti es que defiende tambi¨¦n a los partidarios de danzas tribales, aunque a veces confieso que por eso me pone de los nervios, y nunca permitir¨¢ que unos seamos ciudadanos pero por encima tengamos a otros que son nacionales de pura cepa. La pura cepa, para los ceporros.
Es evidente que la Consti nos defiende pero nosotros tenemos tambi¨¦n que defenderla a ella de la ofensiva que padece. Los palmeros del equ¨ªvoco S¨¢nchez minimizan el peligro como cosas de la derecha, y los nacionalistas la reprochan su inflexibilidad (un papanatas hasta habl¨® de ¡°democracia iliberal¡±). Invocan la ¡°plurinacionalidad¡±, que nadie sabe lo que es, para disimular que lo que pide el separatismo es la pluriestatalidad o sea Estados privados dentro de un espectro de Estado general. Y eso no hay Constituci¨®n que pueda tolerarlo porque ser¨ªa abandonar los ciudadanos al arbitrio de las mafias pol¨ªticas locales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.