Saque su cron¨®metro y empiece a leer
Sin el quehacer period¨ªstico, no hay veedur¨ªa del poder y se impondr¨¢n los 'likes' y las cadenas de mentiras
Si usted est¨¢ dispuesto a leer por 150 segundos, le pido que contin¨²e con esta columna. Dos minutos y algo m¨¢s que, seg¨²n los estudios m¨¢s recientes, es lo que dura en promedio la gente inform¨¢ndose diariamente. Incre¨ªble, a m¨¢s informaci¨®n menos consumo de noticias pero, a¨²n m¨¢s grave, de lo que las audiencias leen o ven, no creen en pr¨¢cticamente nada.
Dos minutos al d¨ªa mientras puede durar 150 horas viendo sus series favoritas seg¨²n Pablo Bockowsli basado en una investigaci¨®n de Oxford. As¨ª que hice el esfuerzo de escribir un texto que pueda ser le¨ªdo incluso en menos tiempo. Voy a tratar de captar su atenci¨®n si est¨¢ leyendo un peri¨®dico como este, en su m¨®vil, porque adem¨¢s otra de las conclusiones es que solo un 3% de las personas y solo si son mayores de 60 a?os y ricos, leen la prensa en papel. Van 47 segundos si lee lento. 30 si lee r¨¢pido y en diagonal. Pensar¨¦ que es as¨ª y entonces me queda minuto y medio
Siga por favor porque si no sigue no va a poder saber que el mundo en que vive ocurren cosas ciertas, mueren ni?os si no son vacunados, se eligen aut¨®cratas que acaban con sus derechos, cambia el orden mundial y sus hijos pueden terminar v¨ªctimas de una red de trata de blancas. No todo lo que est¨¢ en esas redes, en las que hay millones y millones de personas, m¨¢s de 2.400 millones de cuentas activas en Facebook y 1.000 millones en Instagram, es falso. Pero gran parte s¨ª lo es, y entonces mi invitaci¨®n es a privilegiar los medios con rigor.
Hay noticias que son maravillas y nos reconcilian con la vida: como la del beb¨¦ al que le arreglan la columna en el vientre de su madre. Van otros 33 segundos. Querido lector, hay periodistas que duran un a?o investigando para revelar las tramas de corrupci¨®n con las que se roban la alimentaci¨®n escolar mientras usted trabaja y con eso logran cambiar el sistema de contrataci¨®n estatal y meter a la c¨¢rcel a los corruptos. Periodistas que duran una jornada completa esquivando gases lacrim¨®genos de un lado y papas bomba del otro para contarle c¨®mo transcurri¨® en Colombia uno de los paros nacionales m¨¢s grandes y pac¨ªficos de los ¨²ltimos tiempos. Y entender que el vandalismo fue el accionar de una minor¨ªa inusitada, de nuevo, por las mentiras de las redes.
Siga leyendo por favor, porque la gente como usted est¨¢ protestando en el mundo porque a¨²n cree en la necesidad de defender sus derechos, y la informaci¨®n es uno de esos derechos de los que se alimenta la democracia.
Si no se informa no sabr¨¢ cosas tan importantes como que su salario, su ingreso m¨ªnimo es negociado dependiendo de si el crecimiento econ¨®mico de su pa¨ªs es del 3 o del 1 por ciento. Solo leyendo podr¨¢ saber si lo que est¨¢ comprando y lo que se pone o come puede haber sido hecho por esclavos en China o cultivado en tierras llenas de herbicidas. Van otros 30 segundos y se me acaba el tiempo.
Un ciudadano solo es si se informa, por el medio que quiera, como quiera. Pero inf¨®rmese, y tome sus decisiones sin despreciar p¨¢ginas y p¨¢ginas que escriben la historia que nos ha tra¨ªdo hasta aqu¨ª para salir a protestar por las conquistas de la que no sabr¨ªa ni gozar¨ªa si no hubiera le¨ªdo, escuchado la radio, seguido la televisi¨®n, h¨¢galo como quiera pero no deje de creer. Ya se cumplieron los 150 segundos.
El periodismo est¨¢ m¨¢s vivo que nunca y los influencers de hoy solo se inventan desde nosotros para llamar su atenci¨®n. Sin el quehacer period¨ªstico, no hay veedur¨ªa del poder y se impondr¨¢n los likes y las cadenas de mentiras. Cambiar¨¢n las formas pero los contenidos triunfar¨¢n y las ideolog¨ªas seguir¨¢n alimentado a unos y a otros, y se acabar¨¢n unos medios y se fundar¨¢n otros y seguiremos y habr¨¢ despidos y tendr¨¢n que contratar a otros que la inteligencia artificial no podr¨¢ reemplazar en la capacidad de pensar de manera cr¨ªtica.
Estamos hechos para resistirnos a las tendencias sin dejar de reconocer los nuevos h¨¢bitos pero sobre todo la necesidad de ir al fondo ahora m¨¢s que nunca, cuando las democracias deben fortalecerse frente a sus propias amenazas internas. No fue posible. Le¨ªda por mi misma, esta columna tiene cuatro? minutos y dos segundos.
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