El miedo en la sociedad colombiana
El Gobierno de Iv¨¢n Duque est¨¢ haciendo poco para lograr tramitar la actual situaci¨®n social y pol¨ªtica del pa¨ªs
Colombia ha entrado en una fase in¨¦dita de protestas sociales sostenidas, donde centenares de miles de personas han salido a la calle, pero estas manifestaciones han tra¨ªdo otras cosas nuevas. Por un lado, es la poblaci¨®n no organizada la que est¨¢ liderando las marchas, es decir, las que se han volcado a las calles son la clase media baja y la clase media. Tradicionalmente marchaban sindicatos, algunas organizaciones estudiantiles y organizaciones sociales de base. Por otro lado, el Gobierno Nacional, a pesar de la campa?a del miedo, no ha logrado detener las manifestaciones. Ha utilizado todo tipo de estrategias, desde las de manifestar que las marchas son producto de una gran conspiraci¨®n internacional denominada Foro de Sao Paulo, hasta decir que la guerrilla del ELN esta detr¨¢s de los marchantes. En ning¨²n caso ha tenido ¨¦xito.
Pero a medida que pasan los d¨ªas parece que la sociedad comienza a dividirse en dos partes. Por un lado, una gran mayor¨ªa que ve un Gobierno que no cede en algunas cosas y que por el contrario va adelante con varias de sus reformas. Tal vez, la ley de financiamiento que actualmente cursa en el Congreso de la Rep¨²blica sea el mejor ejemplo. Incluso, varios miembros del Gobierno han dicho que ellos conversan con los manifestantes, pero no negocian, pues creen que lo est¨¢n haciendo bien. Esto quiere decir que las manifestaciones continuar¨¢n durante todo el a?o 2020. Luego hay un sector de la sociedad, una clase alta y cierta clase media alta, que han tenido un crecimiento econ¨®mico durante los ¨²ltimos a?os y que miran con asombro no solo las manifestaciones, sino la debilidad del Gobierno. Su petici¨®n es clara: mucha mano dura.
Esta divisi¨®n entre sectores sociales tal vez es el reflejo de la forma como el pa¨ªs ha estructurado su modelo econ¨®mico en las ¨²ltimas d¨¦cadas. Por un lado, un peque?o sector social que cada vez es m¨¢s rico y que se ha beneficiado de aquella teor¨ªa del rebosamiento, es decir, creer que reduciendo impuestos a los ricos se mejorar¨¢ la equidad social y la distribuci¨®n econ¨®mica, ya que entre m¨¢s ricos los ricos habr¨¢ mayor inversi¨®n, por ende, mayor empleo. Vale la pena aclarar que esta teor¨ªa dif¨ªcilmente se ha comprobado en alguna parte del mundo. De hecho, durante el 2019 estuvo vigente la Ley de financiamiento aprobada en 2018 y luego declarada inexequible por la Corte Constitucional. Dicha ley tra¨ªa amplias reducciones de impuestos a los m¨¢s ricos y aun as¨ª el desempleo aument¨® en Colombia.
Igualmente, producto del boom de los commodities, hubo una reducci¨®n de la pobreza, al igual que ocurri¨® en gran parte de la regi¨®n en los ¨²ltimos a?os. Pero dicho crecimiento no fue sostenible y, sobre todo, no hay una curva ascendente generacional. Es decir, hay una frustraci¨®n de expectativas, donde los hijos de este sector que sali¨® de la pobreza no ven como su vida sea mejor que la de sus padres. Un estudio de la OCDE, basado en una estimaci¨®n, indica que se necesitan muchas generaciones para que una persona nacida en una familia de bajos ingresos alcance la clase media. Colombia es uno de los pa¨ªses m¨¢s inequitativos del mundo.
Solucionar dicha inequidad requiere ajustes profundos al modelo econ¨®mico colombiano. As¨ª las cosas, la posibilidad de que no existan cambios luego de las manifestaciones, o el miedo a los cambios de un sector social que se ha visto beneficiado del modelo econ¨®mico, puede desembocar en alternativas pol¨ªticas extremas. Lo complicado del asunto es que el Gobierno est¨¢ haciendo poco para lograr tramitar la actual situaci¨®n social y pol¨ªtica del pa¨ªs. Todo indica que vendr¨¢n varios a?os de movilizaciones, descontentos y protestas. Qu¨¦ salga de todo esto, es la gran pregunta.
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