Las protestas ahondan la brecha entre Duque y los j¨®venes
El movimiento estudiantil es uno de los bloques que lidera las marchas contra el Gobierno, sumido en una crisis de popularidad
Iv¨¢n Duque es el presidente elegido por voto popular m¨¢s joven en la historia de Colombia. Se posesion¨® con 42 a?os reci¨¦n cumplidos. En campa?a, era evidente que el menor de todos los candidatos era tambi¨¦n el m¨¢s conservador, pero eso no le impidi¨® conquistar m¨¢s de diez millones de votos, una cifra in¨¦dita, y prometer un mandato de renovaci¨®n. Sin embargo, esa paradoja ha regresado con inusitada fuerza como parte del coctel de descontento que cerca al Gobierno del Centro Democr¨¢tico. En medio de la oleada de protestas que ya cumplen m¨¢s de dos semanas, el mandatario ha perdido decididamente el favor de los j¨®venes, protagonistas de las movilizaciones.
La imagen de Duque ha sufrido un pronunciado deterioro. En el m¨¢s reciente estudio de la firma Invamer, con corte al 30 de noviembre, el 70 por ciento de los encuestados desaprueba su gesti¨®n, el punto m¨¢s bajo en el a?o y medio que lleva en el poder. Ese declive va paralelo al de su mentor pol¨ªtico, el expresidente ?lvaro Uribe, quien despu¨¦s de mantener durante largos a?os niveles imbatibles de popularidad ahora tiene una imagen desfavorable del 66 por ciento. El desgaste es todav¨ªa m¨¢s pronunciado entre las franjas m¨¢s j¨®venes de la poblaci¨®n. Y en el marco de las movilizaciones, convocadas en un primer momento por las centrales obreras, las posturas frente a la protesta social tambi¨¦n han evidenciado una brecha generacional.
El 70 por ciento de las personas entre 18 y 25 a?os tiene una imagen positiva del paro nacional, un apoyo que desciende gradualmente al 60 por ciento entre las personas de 26 a 40, y al 53 por ciento en la franja de 41 a 55 a?os, de acuerdo con un detallado estudio del Centro Nacional de Consultor¨ªa (CNC), conocido esta semana. Varios de los resultados son llamativos. Casi el 80 por ciento de los menores de 40 a?os est¨¢ de acuerdo con que el paro significa esperanza, porque obliga al Gobierno a atender reclamos justos de la sociedad. Y el 65 por ciento de los adultos menores de 25 a?os afirman que han salido a manifestarse o han querido hacerlo. ¡°El partido de Gobierno est¨¢ en las ant¨ªpodas de la calle, y los j¨®venes se est¨¢n expresando en la calle¡±, dijo a EL PA?S Carlos Lemoine, fundador del CNC.
El principal reclamo de los estudiantes, que han marchado en varios momentos durante el Gobierno Duque, es aumentar los fondos de la educaci¨®n p¨²blica. ¡°A las denuncias de incumplimiento al movimiento universitario, se suman las condiciones hostiles para ser joven en Colombia¡±, escribi¨® Alejandro Palacio, uno de los principales l¨ªderes estudiantiles, que se sientan junto a los sindicalistas en el comit¨¦ nacional del paro, en una columna en el peri¨®dico El Colombiano. ¡°La violencia, el desempleo y la falta de oportunidades nos agobian cada noche y cada d¨ªa. Ante esto, el Gobierno ha sido ciego y sordo. Los j¨®venes en el marco de las protestas actuales no estamos pidiendo la renuncia de Iv¨¢n Duque, le estamos pidiendo al presidente que escuche a todo el pa¨ªs, no solo a su partido¡±, le reclamaba en ese texto.
El Ejecutivo intent¨® en un primer momento poner el foco en los disturbios aislados, dar a las movilizaciones desatadas a partir de la huelga del 21 de noviembre un tratamiento de orden p¨²blico. Despu¨¦s, aunque acept¨® abrir una gran ¡°conversaci¨®n nacional¡±, tambi¨¦n ha culpado a sectores de oposici¨®n. Sin embargo, desde una perspectiva hist¨®rica, ha sido una de las movilizaciones m¨¢s grandes y pac¨ªficas que ha vivido Colombia.
¡°Ha sido una manifestaci¨®n de los j¨®venes. De una nueva generaci¨®n que no va a caer en la trampa en la que cayeron los movimientos anteriores, que fue usar una violencia que justifique una respuesta violenta mayor de parte del Estado¡±, le dijo el reputado historiador Jorge Orlando Melo al peri¨®dico El Tiempo. ¡°Son j¨®venes que adem¨¢s, con seguridad, no son militantes de ning¨²n movimiento pol¨ªtico. Y que no est¨¢n organizados, lo que lleva a que no haya un proyecto ¨²nico en las marchas. Los une la queja por muchas cosas: la calidad de la educaci¨®n, la reforma de las pensiones, las causas ambientalistas, la corrupci¨®n. Es un proyecto muy difuso¡±, opina el autor de Historia m¨ªnima de Colombia. Los une el desencanto, el rechazo a la clase pol¨ªtica y un profundo malestar frente al Gobierno, los resultados econ¨®micos y sus perspectivas de vida.
En las movilizaciones, los estudiantes de las universidades p¨²blicas y privadas se encontraron por fin, algo inusual en el pa¨ªs andino, apunta la columnista y escritora Yolanda Reyes, experta en educaci¨®n y pedagog¨ªa. Es una nueva generaci¨®n de ciudadanos, muchos de ellos son los primeros en sus familias que acceden a la educaci¨®n superior, a veces con grandes sacrificios. Por eso perciben a Duque, hijo de un exministro, en la otra orilla, como un representante de una generaci¨®n de privilegios. ¡°El mundo joven va por un lado que no es institucional, no es institucionalizado, no tiene corbata¡±, agrega Reyes. El Gobierno puede retratarlos como ¡°los nuevos b¨¢rbaros¡±, una horda sin voz ni ideas, o considerarlos como los ciudadanos que son, incluso los menores de edad, tal como lo contempla la Constituci¨®n, advierte. ¡°No tienen nada que perder, no est¨¢n dispuestos a esperar, y se encuentran con un se?or que recita esl¨®ganes. Si miramos un poco m¨¢s all¨¢, este Gobierno no ha tenido una narrativa que cohesione con un proyecto de pa¨ªs, m¨¢s bien ha desmontado la narrativa de la paz¡±.
¡°Yo quiero estudiar/para cambiar la sociedad¡±, reza uno de los c¨¢nticos m¨¢s repetidos en las marchas por estos d¨ªas. Pero ni todos los j¨®venes son universitarios, ni el movimiento estudiantil agota las explicaciones. El analista Fernando Posada, polit¨®logo de 27 a?os, apunta a otros dos factores que desconectan al presidente de las nuevas generaciones. En primer lugar, la llamada consulta anticorrupci¨®n, que con Duque reci¨¦n posesionado obtuvo casi 12 millones de votos aunque no alcanz¨® el umbral necesario para hacerla vinculante. ¡°Tuvo una oportunidad maravillosa de instalar una agenda de lucha contra la corrupci¨®n en su programa de Gobierno, pero ignor¨® ese llamado popular en el que claramente los j¨®venes ten¨ªan una participaci¨®n muy grande¡±, se?ala. Otra explicaci¨®n est¨¢ en la f¨¦rrea oposici¨®n del uribismo a los acuerdos firmados con la extinta guerrilla de las FARC. ¡°En la calle, en las urnas, desde el activismo y las redes sociales, la juventud colombiana apoy¨® de manera decidida el proceso de paz. Aunque el Gobierno argumenta que ha venido cumpliendo el acuerdo, claramente no es una prioridad, ni una bandera, luego eso tambi¨¦n es una inmensa frustraci¨®n para los electores j¨®venes¡±.
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