Sant Cosme: una reconstrucci¨®n a dos ritmos

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El barrio barcelon¨¦s de Sant Cosme es identificado como un modelo paradigm¨¢tico de los pol¨ªgonos construidos en los a?os sesenta en la periferia de grandes ciudades espa?olas para albergar a la poblaci¨®n migrante del campo, demandada por la industria como mano de obra.

Para poner este caso en contexto, fue en 1964 cuando el r¨¦gimen franquista empez¨® a construir este barrio como una soluci¨®n para erradicar el barraquismo, en unos terrenos agr¨ªcolas y aislados en el sureste del casco urbano de El Prat de Llobregat, en las adyacencias de Barcelona. All¨ª se albergaron principalmente las familias damnificadas por las inundaciones que ocurrieron en los a?os 1962 y 1967, y las afectadas por los desprendimientos de tierras de la monta?a de Montju?c.

Los bloques de viviendas (denominados albergues provisionales aunque despu¨¦s pasaron a ser viviendas transitorias definitivas) se construyeron con materiales de muy mala calidad, hecho que condicion¨® su r¨¢pido deterioro; adem¨¢s, no se previeron servicios b¨¢sicos en la zona como escuelas o centros de salud (prestaciones que s¨ª ten¨ªan las barriadas) lo que gener¨® a¨²n m¨¢s divisi¨®n y exclusi¨®n. Cabe mencionar que uno de los fuertes agravantes fue la relaci¨®n de los habitantes con los aut¨®ctonos del Prat, quienes miraban con recelo a los reci¨¦n llegados, construyendo ciertos prejuicios y una imagen negativa hacia el sector. Adem¨¢s, una de las particularidades del barrio era que all¨ª solo hab¨ªa gente humilde, mayoritariamente familias migrantes del sur de Espa?a, sin la mezcla que se propiciaba en otros pol¨ªgonos barceloneses (como funcionarios colocados por el r¨¦gimen o gente m¨¢s pr¨®xima a una futura clase media...).

As¨ª fue como en 1970, un grupo de vecinos de Sant Cosme inici¨® un movimiento de lucha vecinal para reclamar mejoras en las condiciones de sus viviendas y del barrio, reivindicar todas las prestaciones b¨¢sicas y servicios, as¨ª como una mejor calidad del espacio urbano. La presi¨®n social, canalizada a trav¨¦s de la Asociaci¨®n de Vecinos de Sant Cosme, hizo que en 1978 ¡ªentrada la democracia¡ª se iniciase la primera de las siete fases para la reforma de las viviendas del barrio, con la aprobaci¨®n de un Plan Especial de Reforma Interior (PERI). Este plan propon¨ªa la remodelaci¨®n de un primer sector de 1.500 viviendas.

Un reciente estudio realizado por el personal investigador de la Universitat Internacional de Catalunya (UIC Barcelona) analiza este proceso de reconstrucci¨®n urbana en Sant Cosme y plantea que un mismo proceso de reconstrucci¨®n f¨ªsica puede tener resultados muy diversos en lo social dependiendo del grado de implicaci¨®n ciudadana que se produzca. Seg¨²n recoge el mencionado estudio, las familias que se incorporaron al distrito en una segunda oleada, a principios de los a?os 70, quedaron al margen de este primer proceso de reconstrucci¨®n. De hecho, no fue hasta el a?o 1993 cuando el Ayuntamiento de El Prat decidi¨® acometer la reforma de sus viviendas y de los espacios p¨²blicos aprovando un nuevo PERI para dar continuidad al plan anterior con el fin de quedar completada la remodelaci¨®n total del barrio. Seg¨²n menciona la invesigadora principal, Raquel Colacios, ¡°se acentuaron las tensiones entre residentes porque, espacialmente, acabaron divididos en dos grupos¡±.

La totalidad del Plan de reconstrucci¨®n de las viviendas en Sant Cosme fue un proceso singular que culmin¨® en 2005, siendo un caso ¨²nico en Espa?a por su dimensi¨®n, ya que el plan supuso el derrumbe y reconstrucci¨®n, bloque por bloque, de todo el barrio.

Como se expone en la investigaci¨®n, en Sant Cosme, las fases durante las cuales la participaci¨®n de la comunidad fue m¨¢s pronunciada produjeron un fuerte sentimiento de identidad comunitaria que en la actualidad a¨²n permanece. Fue un proceso que se alarg¨® durante muchos a?os y en ¨¦l participaron, de manera activa, los propios vecinos al formular propuestas de dise?o espec¨ªficas para sus hogares en asambleas abiertas y reuniones. Por el contrario, la construcci¨®n del sector m¨¢s socialmente vulnerable y el dise?o de los espacios p¨²blicos en los que la participaci¨®n de la comunidad fue d¨¦bil o inexistente, no gener¨® sentimientos positivos entre los vecinos, y solo exacerb¨® la segregaci¨®n socio-espacial y una mayor dependencia de la administraci¨®n p¨²blica. Seg¨²n las conclusiones, la gesti¨®n de la reconstrucci¨®n fracas¨® en el intento de integrar al vecindario debido a los diferentes niveles de participaci¨®n de sus residentes, lo que result¨® en una mayor dependencia, intensific¨® los estereotipos y, en ¨²ltima instancia, deriv¨® en una comunidad cada vez m¨¢s dividida.

No solo las intervenciones urban¨ªsticas son necesarias, sino que tambi¨¦n son imprescindibles muchos otros trabajos, proyectos e iniciativas ciudadanas para potenciar la inclusi¨®n social. Llegado el nuevo siglo, Sant Cosme fue incluido entre los proyectos adjudicados en la Llei de Barris de la Generalitat de Catalunya con el fin de hacer un intenso trabajo social e incorporar un seguido de equipamientos de centralidad en el barrio como bomberos, juzgados, polic¨ªa, la L¨ªnea 9 del metro¡­ Pero no se debe olvidar que la participaci¨®n de los vecinos en la reconstrucci¨®n de sus barrios es clave para combatir la segregaci¨®n social que afecta, especialmente, a sectores m¨¢s vulnerables.