Dime qu¨¦ edad tienes y te dir¨¦ c¨®mo vives el f¨²tbol
El buen aficionado al f¨²tbol recorre inevitablemente cinco etapas diferentes. Una ruta sentimental que arranca de la mano de un familiar camino del estadio y acaba en la grada de un estadio de Tercera Divisi¨®n
Entre ver un partido de 2? B o uno de Tercera hay una gran diferencia. En el de la categor¨ªa superior est¨¢ prohibido el alcohol. A pesar de esta limitaci¨®n, Ignacio L¨®pez no se pierde ning¨²n encuentro del equipo de su ciudad: el Talavera de la Reina CF, que nunca subi¨® a Segunda. L¨®pez pertenece a la quinta y ¨²ltima fase por la que pasa el aficionado. Con 57 a?os, prefiere disfrutar desde la tribuna del juego aburrido del equipo de su pueblo que del Atl¨¦tico de Madrid desde el sof¨¢ de casa. ¡°Salgo a tomar el aperitivo con mis amigos y empalmamos hasta el partido [la jornada se juega los domingos a las 17 h]¡±, dice.
Hay alivio en ir al campo sin grandes expectativas, m¨¢s all¨¢ de que a tus amigos les haya ido bien la semana. L¨®pez no alude a una mayor pureza de este tipo de f¨²tbol ni a ning¨²n argumento grandilocuente. Encuentra m¨¢s calor en la grada del municipal El Prado que en un estadio con calefacci¨®n. ¡°Somos conscientes de la diferencia entre un f¨²tbol y otro. Se anima mucho a los jugadores¡±. Sus preferencias se reparten entre el que marca los goles y los dos chavales que nacieron en Talavera. ¡°Hasta el final de temporada no me los conozco a todos. No soy un gran fisonomista¡±, bromea.
Los altibajos forman parte de la vida del futbolero. Arranca con fuerza en la primera etapa, cuando de ni?o acude al campo de la mano de un familiar. La previa se realiza dentro del estadio, bien pegado a la valla para ver a los jugadores en el calentamiento. Una manera de calentar distinta a la imperante en la segunda etapa, cuando ya de adolescente arranca la jornada en el parque o en el bar. ¡°Lo m¨¢s importante. Para salir despu¨¦s¡±, asegura Luis G¨®mez, hincha del Almer¨ªa para quien el horario perfecto son las 20 h del s¨¢bado. Estudiante de un m¨¢ster de ingenier¨ªa en Madrid, a los 14 a?os dej¨® de ir con su madre al Juegos del Mediterr¨¢neo para hacerlo con sus amigos.
Lo que m¨¢s disfrutaba era cuando iba a ver los partidos de fuera de casa. Nada m¨¢s conocerse el calendario preparaban las grandes salidas, que nada tienen que ver con la magnitud del rival, sino con el n¨²mero de horas que pasar¨ªan en el autob¨²s. Eibar (11), Oviedo (12), A Coru?a (13). En transici¨®n hacia la tercera etapa, la de la desilusi¨®n, G¨®mez a¨²n pide a sus colegas almerienses que pasen a buscarle por Madrid en una furgoneta que alquilan cuando viajan con el equipo. Otro que se desplaza para animar a su club es el defensa de 17 a?os Taylor Harwood-Bellis, que debut¨® con el primer equipo del Manchester City en la Copa EFL hace dos meses. Cinco d¨ªas despu¨¦s se le vio con sus colegas en la zona reservada a los aficionados visitantes en el estadio del Everton. ¡°Me gusta que los futbolistas se comprometan. Hace que conecten con los aficionados¡±, dijo Guardiola al ver el v¨ªdeo en el que su jugador gritaba ¡°?Ciiiity!¡± en Goodison Park.
La pasi¨®n baja cuando uno ronda los 30 y llegan el desencanto y el cinismo. El aficionado pide la destituci¨®n del mejor entrenador que ha tenido su equipo y se jacta de preferir el Mundial de rugby. No queda con sus amigos para ver el f¨²tbol. Queda con sus amigos aunque haya f¨²tbol. Coquetea con el pensamiento ¡°Odio el futbol moderno¡± pero inmediatamente se da cuenta de que el Atleti le gan¨® la Liga al Madrid de Cristiano y al Bar?a de Messi. Se queja de que los estadios son iguales, pero reconoce que su dise?o ha conseguido que se vea mejor el f¨²tbol desde casa. En ese periodo de entreguerras que pasa desde que lo deja con la novia con la que se iba a casar hasta que conoce a la mujer con la que directamente va a tener un hijo, no hay tiempo para f¨²tbol. Las reparaciones est¨¢n en otro sitio.
Solo un hijo le hace recuperar la ilusi¨®n. Llega la cuarta fase. Como le sucedi¨® al ovetense de 37 a?os Ignacio Franganillo, que desde S?o Paulo manda fotos de su ni?o con la camiseta del Oviedo. Cl¨¢sico futbolero que se tragaba cualquier partido, hac¨ªa tiempo que hab¨ªa dejado de ver al Madrid, al Barcelona y a los grandes. ¡°Ahora me he aficionado al f¨²tbol brasile?o. Sigo al Flamengo¡±, cuenta. Antes de que termine la temporada le va a llevar al estadio, a poder ser al Carlos Tartiere (Oviedo). No le queda tan lejos la quinta etapa.
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