Una larga traves¨ªa
Ucrania debe fortalecerse como Estado de derecho, capaz de considerar a sus minor¨ªas como riqueza y no como factor a disolver
La clase pol¨ªtica europea no puede pasar p¨¢gina ante la guerra secesionista en el este de Ucrania y la anexi¨®n de Crimea, pero estos conflictos no pueden absorber todas sus fuerzas ni paralizar sus relaciones con Rusia, principal responsable de esos dos focos de desestabilizaci¨®n en el continente. Las conclusiones acordadas por el cuarteto de Normand¨ªa (Alemania, Francia, Rusia y Ucrania) en su cita en Par¨ªs recogen medidas humanitarias que, de cumplirse, mejorar¨ªan la vida de los civiles a ambos lados del frente de 420 kil¨®metros entre los separatistas y el resto de Ucrania. En los puntos pol¨ªticos b¨¢sicos ¡ªcontrol de fronteras con Rusia y organizaci¨®n de elecciones locales¡ª no hubo progreso. Todos deben organizarse para una larga traves¨ªa.
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A tenor de la experiencia, Occidente puede esperar cualquier sorpresa de Rusia, pero, a partir de la realidad actual, debe buscar un equilibrio integrador de tres factores como m¨ªnimo: la defensa de sus intereses (que implican relaciones diplom¨¢ticas, pol¨ªticas y econ¨®micas con Mosc¨²), la responsabilidad por el futuro (que no puede ignorar la evoluci¨®n de relaciones entre Mosc¨², Pek¨ªn y Washington) y la solidaridad con Ucrania, como pilar b¨¢sico de la estabilidad continental. Este equilibrio no es para un piloto autom¨¢tico. Requiere una consecuente labor de filigrana en cada tema y ocasi¨®n e incluye el arte de hablar claro sin perder la compostura, aunque los rusos se crispen, como hizo el presidente ucranio Volod¨ªmir Zelenski en Par¨ªs.
Mientras dura la traves¨ªa, Ucrania debe fortalecerse como Estado de derecho, capaz de considerar a sus minor¨ªas como riqueza y no como factor a disolver. Sus dirigentes, aparte de forjar y representar el propio yo colectivo y moderno del pa¨ªs, deber¨ªan saber ya que la ayuda y la solidaridad de Occidente existen, pero no de forma incondicional o ilimitada, y que les exigen un continuo esfuerzo de persuasi¨®n y superaci¨®n.
En cuanto a los l¨ªderes rusos, cultivan los instrumentos para ejecutar su pol¨ªtica neoimperial. Sin ir m¨¢s lejos, Vladislav Surkov, asesor presidencial sobre el este de Ucrania y miembro de la delegaci¨®n de Vlad¨ªmir Putin en las negociaciones de Par¨ªs, se dirigi¨® el s¨¢bado a puerta cerrada a m¨¢s de 500 delegados de la Uni¨®n de Voluntarios de Donb¨¢s, en Mosc¨². Ante los variopintos uniformados, muchos de ellos a¨²n en el frente, intervino antes Alex¨¢nder Borod¨¢i, el presidente de la organizaci¨®n, quien se mostr¨® ¡°convencido¡± de que la guerra en Donb¨¢s ¡°volver¨¢ a su fase activa¡± e inst¨® a los combatientes a estar a punto para defender Rusia y el mundo ruso ¡°en los m¨¢s diversos confines¡±. Y sucede que Rusia ve el mundo entero, desde Ucrania y Siria hasta ?frica, como escenario de sus intereses.
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