¡°No ve¨ªa el lado agotador de Hollywood. Par¨¦ y me di cuenta de que ten¨ªa que cuidarme¡±
Pas¨® seis a?os alejada de los focos. Ahora, a los 50, esta oscarizada actriz opta al Globo de Oro por su papel de Judy Garland en la pel¨ªcula sobre sus ¨²ltimos a?os de vida que se estrena en Espa?a a principios del nuevo a?o. ?Ser¨¢ capaz de abandonar la larga sombra de Bridget Jones?
EN ALG?N MOMENTO?empezaremos la entrevista¡±, le insist¨ª a Ren¨¦e Zellweger.
¡°No, no¡±, respondi¨® ella.
Era mediados de agosto, y yo hab¨ªa ido al hotel Beverly Wilshire de Los ?ngeles (California, EE UU) para preguntar a Zell?weger por su nueva pel¨ªcula, Judy. En el filme, que se estrena en enero en Espa?a, ella interpreta el papel de la cantante y actriz Judy Garland en el ¨²ltimo a?o de su vida, cuando se encontraba en la m¨¢s absoluta miseria. Se trata de un papel de transformaci¨®n interpretado con tanta entrega que ser¨¢ dif¨ªcil que Zellweger ¡ªque ahora tiene 50 a?os¡ª resulte derrotada en la competici¨®n por el Oscar a la mejor actriz de este a?o. Teniendo en cuenta que acaba de pasar seis a?os alejada de la pantalla, lograrlo ser¨ªa toda una haza?a.
Para llegar hasta aqu¨ª, primero hubo que convencer a la actriz de que por lo menos dejase que le hiciese la entrevista. Mientras un relaciones p¨²blicas no dejaba de mandarme correos electr¨®nicos retrasando la llegada de Zellweger, nuestra cita para comer se acercaba cada vez m¨¢s a la hora de la merienda. Despu¨¦s de dos horas apareci¨® Zellweger, peque?a y discreta con su ropa deportiva y el cabello rubio recogido bajo una gorra gastada de los Texas Longhorns. ¡°Gracias por esperar¡±, dijo con timidez. ¡°Tengo un l¨ªo tremendo¡±.
Me cont¨® que ten¨ªa que recuperar la costumbre de la agenda del estrellato con sus sesiones fotogr¨¢ficas, sus inacabables pruebas de vestuario, sus apariciones en festivales de cine y nuestra entrevista. Si Judy conquista el final de la temporada de galardones, la actriz va a tener que hablar mucho de s¨ª misma. Lo cual est¨¢ bien, supone. ?Pero no ser¨ªa m¨¢s divertido hablar de otras cosas?
Cuando por fin se rindi¨® a la entrevista, empez¨® a disfrutar de ella. Con Judy le pas¨® algo muy parecido. El director, Rupert Goold, la fue animando cautelosamente para que aceptara el proyecto a base de persuasi¨®n, consciente de que una oferta precipitada podr¨ªa resultar abrumadora. Le mandaron el guion en 2017. ¡°Al principio no entend¨ªa por qu¨¦ pensaron en m¨ª para el papel¡±, recuerda. En la pel¨ªcula hab¨ªa muchas canciones en directo, porque la historia sigue los pasos de una Garland casi en la indigencia despu¨¦s de aceptar un contrato de cinco semanas para cantar en un local nocturno de Londres. A pesar de haber sido candidata al Oscar por el musical Chicago, Zellweger no se considera a s¨ª misma una gran vocalista.
Pero Goold pensaba que la vulnerabilidad que la actriz hab¨ªa mostrado en Jerry Maguire y el descaro que le granje¨® un premio de la Academia de Hollywood por Cold Mountain la convert¨ªan en la opci¨®n perfecta para el papel.
¡°Garland ten¨ªa una inmediatez emocional incre¨ªble¡±, me explic¨® el director por tel¨¦fono. ¡°Uno tiene la sensaci¨®n de encontrarse ante un esp¨ªritu que pose¨ªa una inocencia y un optimismo innatos, y yo quer¨ªa a alguien que tuviese esa clase de fragilidad¡±. Tambi¨¦n me explic¨® que la experiencia de Zellweger en Hollywood, que hab¨ªa atra¨ªdo la curiosidad por sus relaciones sentimentales y la especulaci¨®n de la prensa sensacionalista sobre hipot¨¦ticas operaciones de cirug¨ªa est¨¦tica, podr¨ªa servirle para construir una protagonista que se ve obligada a luchar constantemente contra los rumores da?inos.
As¨ª que Zellweger se puso a investigar. Como Goold insisti¨® en que no quer¨ªa playback, la int¨¦rprete reserv¨® varias horas en un estudio y contrat¨® a un profesor de canto para comprobar si el estilo vocal caracter¨ªstico de Garland estaba a su alcance. Trabaj¨® con un core¨®grafo y un dise?ador de vestuario a fin de reproducir la postura encorvada e indolente de Garland. Y ley¨® hasta la ¨²ltima de las biograf¨ªas, vio todos los v¨ªdeos antiguos y escudri?¨® los foros de los admiradores de la estrella en busca de cualquier detalle que fuese de utilidad.
Pero cada vez que la actriz se sorprend¨ªa a s¨ª misma extendi¨¦ndose demasiado en sus explicaciones, afloraba la timidez. ¡°Menudo trabajo. ?De lo m¨¢s divertido!¡±, repet¨ªa una y otra vez.
Las secuencias m¨¢s tr¨¢gicas de Judy son las que muestran c¨®mo la int¨¦rprete es obligada a cantar a pesar de que su voz est¨¢ devastada por el tiempo y las adicciones. Goold se apoy¨® en ese suspense: ¡°Le dije a Ren¨¦e que iba a estructurar el guion de manera que no se desarrollase solo en torno a la pregunta de si Judy Garland pod¨ªa ofrecer lo que se le ped¨ªa en ese momento, sino si Ren¨¦e Zellweger pod¨ªa hacerlo¡±. La actriz interpret¨® las canciones en directo delante de una audiencia, y ahora recuerda las escenas con la emoci¨®n de alguien que ha practicado la ca¨ªda libre y ha sobrevivido. ¡°Estaba euf¨®rica. Me parec¨ªa estar flotando. Me refiero a hacer cosas que nunca hab¨ªa hecho. No me permit¨ª pensar demasiado en ello. Por suerte, fue como un torbellino y no tuve tiempo de pararme a pensar que preferir¨ªa no tener que hacerlo¡±.
Con todo, Zellweger ha aprendido a recelar de los proyectos que le exigen demasiada responsabilidad sin darle tiempo para digerirlo todo como corresponder¨ªa. Garland fue v¨ªctima de la explotaci¨®n de la m¨¢quina de Hollywood, que rara vez le conced¨ªa tiempo para descansar, y Zellweger afirma que sabe lo que es llegar ¡°a un punto en el que ya no sabes si vas a poder aguantar y tener que hacerlo de todas maneras¡±.
En 2010, despu¨¦s de haber trabajado casi sin interrupci¨®n durante toda su carrera, Zellweger se apart¨® de Hollywood durante un par¨¦ntesis que dur¨® seis a?os, hasta que reapareci¨® en la secuela El beb¨¦ de Bridget Jones. ¡°Me ment¨ªa a m¨ª misma, y no s¨¦ por qu¨¦¡±, confiesa. ¡°No ve¨ªa el lado agotador de aquello, y lleg¨® un momento en el que par¨¦ y me di cuenta de que ten¨ªa que cuidarme¡±.
No se arrepiente de haber aceptado varios grandes proyectos al a?o, pero el tiempo que pas¨® retirada la ayud¨® a establecer un orden de prioridades.
¡°En lugar de pensar que ojal¨¢ pudiese preparar una fiesta como las que se preparan para alguien especial, tuve que decirme a m¨ª misma que era yo la que iba a ir a la fiesta. Y no me sent¨ª como si el derecho a tomar esa decisi¨®n fuese un privilegio de esta profesi¨®n¡±, explica Zellweger.
Liberada de esa obligaci¨®n, la actriz empez¨® una terapia, viaj¨®, asisti¨® a clases en la Universidad de California en Los ?ngeles e incluso escribi¨® un proyecto piloto para Lifetime (al final, el canal no lo aprob¨®): ¡°Me hab¨ªa retirado por un tiempo, as¨ª que no me dediqu¨¦ a rumiar las viejas experiencias emocionales de siempre para contar historias. Estaba viviendo experiencias nuevas, y en ellas todo es instructivo¡±.
¡°En Hollywood, s¨¦ lo que es llegar a un punto en el que no sabes si vas a poder aguantar y tener que hacerlo de todas maneras¡±
Sin esta perspectiva no habr¨ªa podido interpretar a Judy Garland. ¡°El papel me permiti¨® valorar la poca experiencia que pueda tener de c¨®mo sortear un personaje p¨²blico que era un lastre para mi vida¡±, remata.
Al cabo de unas semanas tras aquel encuentro, asist¨ª a la fiesta que sigui¨® a la presentaci¨®n de Judy en el Festival Internacional de Cine de Toronto. La pel¨ªcula, que se hab¨ªa proyectado por primera vez esa misma noche, hab¨ªa puesto al p¨²blico en pie e inspirado apasionados tuits. Cuando Zellweger sali¨® al escenario, rompi¨® a llorar.
En la fiesta, que se celebr¨® en un lugar cercano a la sala de proyecci¨®n, todo el mundo estaba deseando felicitar a la actriz, pero una hora m¨¢s tarde la abarrotada reuni¨®n segu¨ªa esperando a su estrella. ¡°?D¨®nde est¨¢ Ren¨¦e?¡±, o¨ª que preguntaba un relaciones p¨²blicas. ¡°?Alguien la ha visto?¡±. Por fin, alguien confirm¨® que Zellweger estaba a punto de entrar en el edificio. La vi subiendo pausadamente las escaleras con un vestido azul cielo y unos zapatos blancos con unos tacones vertiginosos. Acompa?ada por dos representantes, iba absorta en su concentraci¨®n, como preparada para entrar en la primera de las muchas fiestas de esta temporada en las que ser¨ªa el centro de atenci¨®n.
Despu¨¦s de todo lo que hab¨ªa trabajado en su papel y solo le dedicaron una ovaci¨®n de tres minutos con el p¨²blico en pie. ?C¨®mo se sinti¨®?
¡°No s¨¦ c¨®mo tom¨¢rmelo¡±, dijo por fin.
?C¨®mo tomarse qu¨¦? ?Esa adoraci¨®n?
¡°Pues s¨ª¡±, respondi¨® arrugando el gesto. ¡°?Qu¨¦ se puede decir a eso? Felicidades por ser afortunada¡±.?
Traducci¨®n de News Clips / ? The New York Times.
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