La mejor voluntad, pero pocos avances
Tras 25 cumbres contra el cambio clim¨¢tico, las metas pendientes impiden el triunfalismo e instan a redoblar esfuerzos
No hubo que esperar mucho para conocer la primera conclusi¨®n de la ¨²ltima conferencia de seguimiento del cambio clim¨¢tico (COP, en sus siglas en ingl¨¦s), la edici¨®n 25?: no llegamos a nada. Mucha voluntad, muchos puntos por tratar, Objetivos de Desarrollo Sostenible por aqu¨ª, 1,5 ?C de temperatura m¨¢xima por all¨¢, descarbonizaci¨®n acull¨¢. Pero, en resumen, que mucha prisa habr¨ªa que darse para salir exitosos de este brete clim¨¢tico, y que esta COP25 no iba a tener nada que ver con la celebrada en Par¨ªs o en Kioto, donde s¨ª se adquirieron compromisos de peso.
Promet¨ªa ser una cumbre de transici¨®n, pero la segunda semana, la frustraci¨®n de los l¨ªderes por la falta de acuerdos era evidente. Las demandas de los cient¨ªficos y la sociedad civil estaba a a?os luz de los compromisos y pactos. Ya se mencionaba Glasgow (la COP26) en casi todos los discursos y los cuchillos volaban en los plenarios. "Esto es decepcionante", repet¨ªan unos y otros a micr¨®fono abierto. Las revueltas de Chile, el compromiso ambiental de algunos patrocinadores, los movimientos juveniles, el grupo de pol¨ªticos y empresarios de EE UU que marca distancias con Donald Trump (por all¨ª desfilaron Al Gore, Harrison Ford, Michael Bloomberg o John Kerry). Liderados por la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi apareci¨® el primer d¨ªa para dejarlo claro: "Estados Unidos sigue implicada. Somos muchos los que estamos comprometidos", dijo. No fue as¨ª; el mi¨¦rcoles ya se supo que China, India y EE UU no iban a comprometerse con la reducci¨®n de emisiones contaminantes. Ese mismo d¨ªa, Bruselas presentaba la hoja de ruta del Pacto Verde.
Fue directo el representante del Gobierno negacionista de Brasil. El ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, ya el primer d¨ªa mantuvo un discurso tenso a favor del "enfoque capitalista" de la transici¨®n ecol¨®gica en una mesa sobre la descarbonizaci¨®n en la que tambi¨¦n estaba la presidenta del Banco Santander, Ana Patricia Bot¨ªn. Por cierto, esta ha sido la primera cumbre que ha sentado a ministros de Finanzas y de Industria de todo el mundo.
La ciencia hab¨ªa venido en forma de reportes sobre salud y contaminaci¨®n, oc¨¦anos, masas de hielo, descarbonizaci¨®n y energ¨ªa, entre otros, con resultados nada alentadores que urg¨ªan a la acci¨®n. Los expertos se encargaron de abrir la cumbre, por cierto, junto a los representantes gubernamentales de Chile y Espa?a, que hicieron menci¨®n a los informes del IPCC publicados antes y que hac¨ªan referencia al oc¨¦ano, a la tierra, a los sistemas de alimentaci¨®n, entre otras cosas. En Madrid tambi¨¦n se presentaron otros sobre salud y calentamiento global. Ya no hace falta ser un pa¨ªs pobre para sufrir los efectos. Alemania es el tercer pa¨ªs m¨¢s afectado por este fen¨®meno.
Seg¨²n la ciencia, el clima va a seguir exacerbando la pobreza y eso deber¨ªa servir para despertarnos; lo que estamos haciendo para frenar lo que est¨¢ pasando no es suficiente. Os vamos a ayudar, pero, por favor, decidnos qu¨¦ necesit¨¢is, hay que adoptar cambios sin precedentes", rog¨® Hoesung Lee, presidente del consejo de administraci¨®n del grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio clim¨¢tico. Fruto de la preocupaci¨®n de los cient¨ªficos por la actividad humana en el planeta, se organiza la famosa convenci¨®n. Ocurre en R¨ªo de Janeiro, en 1992. Seg¨²n cuenta Luis Robles Olmos, director de Liken, consultor¨ªa estrat¨¦gica en cambio clim¨¢tico, "la medida estrella fue reducir los gases de efecto invernadero; desde entonces, 194 pa¨ªses han suscrito y ratificado este convenio, adem¨¢s de dos Estados observadores (Palestina y la Ciudad del Vaticano). Hay una parte adicional que la UE, como organismo supranacional, tambi¨¦n ha suscrito.
La primera edici¨®n tiene lugar en Berl¨ªn, y all¨ª se acuerda una reuni¨®n anual que controle el calentamiento global y reduzca las emisiones de gases contaminantes. "El camino recorrido desde la COP1 de Berl¨ªn en 1995 es amplio y profundo, pero a ?pesar de los fracasos en alcanzar acuerdos en las cumbres que siguieron, todas han aportado elementos para encontrarnos a finales de 2019 en los umbrales de la entrada en funcionamiento del Acuerdo de Par¨ªs", explica Robles.
El Acuerdo al que da nombre la capital francesa, por cierto, ha sido de los mantras m¨¢s repetidos durante el evento en Madrid. Y aunque cada d¨ªa se dedicaba a un asunto, la energ¨ªa ha sido uno de los ejes estrat¨¦gicos de esta edici¨®n. Ni una sola voz discordante al respecto: la energ¨ªa limpia debe ser una realidad en un horizonte que no supere el a?o 2030. En materia de movilidad, de eficiencia energ¨¦tica, de salud y emisiones. En todos los ¨¢mbitos. Otra cosa son los acuerdos; es dif¨ªcil que puedan resultar del agrado de todos. "Seremos recordados como la generaci¨®n que no hizo nada", espet¨® desde el escenario de apertura de la COP25 el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres que iba a?adiendo dramatismo a su discruso seg¨²n avanzaban los d¨ªas y los desacuerdos.
Robles es optimista respecto a este tipo de cumbres clim¨¢ticas, aunque hace menci¨®n a un cl¨¢sico: "Algunos pa¨ªses y sus clases dirigentes tienen intenciones contrapuestas al inter¨¦s general". Un ejemplo cercano es el de la ciudad que acoge el evento. La pol¨ªtica de movilidad del alcalde de Madrid, Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez-Almeida, es pol¨¦mica, pero parece que la cumbre le inspir¨® cierto compromiso. "Debemos educar a la gente para que se deje el coche en casa y dar ejemplo", sentenci¨® el regidor.
Fue la COP3, la de Kioto, la que, bajo el protocolo del mismo nombre, pidi¨® compromisos sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en los pa¨ªses industrializados y sienta las bases del mercado de carbono. "Tras el ¨¦xito de Kioto, otro hito fundamental se alcanz¨® en la COP7 de Marrakech (2001), con las reglas de funcionamiento de los mecanismos de proyectos del Protocolo de Kioto, el Mecanismo de Desarrollo Limpio y el de Aplicaci¨®n Conjunta".
La de Bali, la decimotercera, estableci¨® un calendario de negociaciones para un nuevo acuerdo internacional que incluya a todos los pa¨ªses, "no solo a los desarrollados", matiza Robles. Este punto es importante; y posiblemente a algunos no les ha importado hasta ahora, cuando se ha confirmado que da igual si el pa¨ªs es pobre o rico para sufrir los efectos del cambio clim¨¢tico. Germanwatch ha presentado en esta edici¨®n los resultados de un informe en el que sit¨²a a Jap¨®n, Filipinas y Alemania como los pa¨ªses con mayor ¨ªndice de riesgo clim¨¢tico de 2020. "Es inaceptable. Hay que ver esto como un fallo de todos los Gobiernos que han estado emitiendo en exceso sin pensar en los dem¨¢s. Este ¨ªndice es un recordatorio de que la acci¨®n en Madrid debe ser clave para reducir r¨¢pidamente las emisiones", cuenta Renato Redentor B. Constantino, director del Instituto por el Clima y las Ciudades Sostenibles (ICSC).
En la cumbre de Copenhague, la COP15, se remarc¨® "la necesidad de ampliar el Protocolo de Kioto, tanto en pa¨ªses como en periodo de validez. Y emplaz¨® a la comunidad internacional a cerrar un acuerdo", explica Robles. La meta era mantener el calentamiento global por debajo de los 2 ?C y a financiar a los pa¨ªses en desarrollo. Pero la cumbre fue "un fracaso", cuenta Robles. "La falta de voluntad de acuerdo y las obstrucciones a la negociaci¨®n en el seno de la COP por parte de Estados Unidos deriv¨® en el mayor fracaso en la historia de las cumbres de cambio clim¨¢tico". Por eso choca que en la COP25 se haya hablado con tanta insistencia de la cifra de 1,5 ?C. Parece imposible andar rozando esos n¨²meros cuando los term¨®metros est¨¢n ahora mismo m¨¢s cerca de los 3 ?C.
M¨¦xico, anfitriona de la COP16 en Canc¨²n, fue un elemento clave para remontar la situaci¨®n. "All¨ª se redactan los acuerdos de Canc¨²n que formalizan lo expuesto en Copenhague y se crea el Fondo Verde para el Clima, focalizado en acciones clim¨¢ticas para los pa¨ªses en desarrollo. Al a?o siguiente, en Durban, la COP17 acuerda reducir emisiones, incluyendo a EE UU, China, la India, Brasil y Sud¨¢frica", explica el experto en Cambio Clim¨¢tico. Es la primera vez que se pone un horizonte 2020.
Despu¨¦s vino Doha, con la COP18, conde se acuerda prorrogar Kioto hasta 2020, "pero EE UU, China, Canad¨¢ y Rusia no respaldan la pr¨®rroga", recuerda Robles. La COP20 de Lima es la primera vez en que los pa¨ªses acuerdan elaborar y compartir su compromiso de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La siguiente fue la COP21, la de Par¨ªs, en el a?o 2015. la que fija el famoso l¨ªmite de 2 ?C. "El de Par¨ªs es mucho m¨¢s amplio en su contenido y desarrollo que Kioto, ya que establece que los esfuerzos de reducci¨®n o limitaci¨®n de emisiones son de todos los pa¨ªses, bajo el principio de responsabilidades compartidas pero diferenciadas", expone Robles.
Adem¨¢s, "contiene disposiciones espec¨ªficas sobre adaptaci¨®n al cambio clim¨¢tico, financiaci¨®n internacional y metas a largo plazo, sin que se establezca una fecha final de validez del Acuerdo, cuyo formato fue consensuado para que permita la ratificaci¨®n de los pa¨ªses, considerando las peculiaridades jur¨ªdicas de muchos de ellos (EE UU, China, etc¨¦tera), de forma que su adopci¨®n sea voluntaria y su cumplimiento obligatorio".
A Par¨ªs la sigue la COP22, de Marrakech. A los pocos d¨ªas de empezar la cumbre, se ratifica Par¨ªs y se dan a luz tres documentos en l¨ªnea con los compromisos de Par¨ªs. Se viera venir o no, justo en esos d¨ªas EE UU empieza a mostrarse reacia a todos los cambios. Esas reticencias se han materializado definitivamente con la salida de la potencia americana del Acuerdo de Par¨ªs. El negacionista Trump cumpli¨® lo que hab¨ªa anunciado en campa?a y deton¨® la bomba del clima. Una de sus primeras medidas, por cierto, fue el nombramiento de Rex Tillerson, quien fuera consejero delegado de Exxon Mobil, como secretario de Estado. Toda una declaraci¨®n de intenciones.
Bonn fue la n¨²mero COP23, y all¨ª se avanza c¨®mo funcionar¨¢ en la pr¨¢ctica el Acuerdo de Par¨ªs (el llamado Paris Rulebook) y se acuerda compartir buenos usos en los llamados Di¨¢logos de Talanoa. Asimismo, se lanza una plataforma para promover la participaci¨®n y di¨¢logo entre comunidades locales y pueblos ind¨ªgenas, y entran en la agenda las pol¨ªticas de g¨¦nero y la relaci¨®n de la mujer con el cambio clim¨¢tico. Dos temas que han estado muy presentes en los eventos paralelos de la zona azul (la restringida a pol¨ªticos, diplom¨¢ticos y delegaciones), pero que siguen dejando un sabor amargo entre las comunidades ind¨ªgenas, que insisten en que su conocimiento sobre la tierra aporta una visi¨®n estrat¨¦gica para combatir el cambio clim¨¢tico y la desigualdad.
La COP24, en Katowice, se celebr¨® el a?o pasado. Robles recuerda que "dos meses antes de la celebraci¨®n el IPCC publica su informe devastador sobre el calentamiento global". El relevo se coge justamente ah¨ª y por eso el art¨ªculo 6 es un tema tan presente en la COP25. Seg¨²n ese acuerdo, los pa¨ªses podr¨ªan cumplir en parte los objetivos nacionales de mitigaci¨®n "a trav¨¦s de mecanismos de mercado como los mercados internacionales de carbono y los proyectos de reducci¨®n de emisiones de gases de efecto invernadero; por ejemplo, energ¨ªas renovables, sustituci¨®n de combustibles, eficiencia energ¨¦tica o veh¨ªculos el¨¦ctricos que generan los llamados bonos de carbono".
Al cierre de la edici¨®n, faltaban las ¨²ltimas conclusiones de la Cumbre de Madrid. Aunque se esperaba que cerrara sus puertas el viernes, ese d¨ªa a¨²n no hab¨ªa acuerdo sobre temas capitales como la igualdad de g¨¦nero, el mercado de carbono y de emisiones contaminantes, entre otros.
La maldici¨®n del art¨ªculo 6
El mercado del carbono ha sido otro de los puntos ?calientes de la cumbre. El famoso art¨ªculo 6, por el que se intenta regular, qued¨® inconcluso en anteriores citas. "Para regular todo lo que hay que regular sobre el art¨ªculo 6 hace falta mucho m¨¢s tiempo", manifest¨® Alex Hanafi, director de Multilateral Climate Strategy y asesor principal en el programa clim¨¢tico global del Fondo de Defensa Ambiental (FED). Nadie quiso dejar fuera uno de los puntos m¨¢s pol¨¦micos de la descarbonizaci¨®n, el transporte. Hay que recordar que solo un 35% de los pa¨ªses firmantes de los acuerdos de Par¨ªs incluye el transporte p¨²blico en sus estrategias de lucha contra el cambio clim¨¢tico. A todo esto, tampoco se incluye en los presupuestos de la pol¨ªticas de salud a¨²n.
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