Joven y precario
Los nuevos profesionales pagan los costes del p¨¦simo sistema laboral
La Encuesta Financiera de las Familias sit¨²a de nuevo en primera l¨ªnea del inter¨¦s pol¨ªtico y econ¨®mico la delicada situaci¨®n de las generaciones m¨¢s j¨®venes de asalariados y profesionales espa?oles. La encuesta, elaborada por el Banco de Espa?a, en colaboraci¨®n con el INE y la Agencia Tributaria, demuestra con estad¨ªsticas precisas que la renta de las familias m¨¢s j¨®venes ha descendido el 18% entre 2010 y 2016; y que la riqueza de los hogares j¨®venes se ha hundido durante el periodo de crisis y recesi¨®n. Si en 2011 pod¨ªan atesorar una riqueza financiera de 71.000 euros despu¨¦s de contabilizar las deudas, en 2017 esa diferencia era de 5.700 euros. La encuesta tambi¨¦n confirma que durante la crisis las rentas y la riqueza de los pensionistas se ha defendido mejor, lo cual es explicable por dos factores b¨¢sicos: las pensiones son rentas p¨²blicas y los pensionistas han podido organizarse como un grupo de presi¨®n en las calles.
Pero la interpretaci¨®n m¨¢s llamativa y contundente de la encuesta es que las peores consecuencias del ajuste radical de la econom¨ªa espa?ola entre 2012 y 2015, fundamentado en el recorte de derechos sociales, depresi¨®n de las rentas salariales y precariedad laboral, han reca¨ªdo sobre todo en las posibilidades de empleo y promoci¨®n social de los m¨¢s j¨®venes. La pol¨ªtica econ¨®mica de Rajoy, claramente proc¨ªclica y atenta tan solo a sostener mediante despidos y recortes salariales a las empresas insostenibles, ha erosionado la capacidad de integraci¨®n econ¨®mica de los profesionales reci¨¦n incorporados al mercado de trabajo. Esta percepci¨®n deber¨ªa explicarse con claridad cada vez que el Partido Popular se apresura a ponerse la medalla de ¡°superar la crisis¡± de 2008.
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El da?o causado por los ajustes de rentas y derechos laborales es tan profundo que buena parte de los estratos de asalariados y profesionales de menos edad no han podido incorporarse a la recuperaci¨®n macroecon¨®mica certificada por las estad¨ªsticas globales. Las dificultades de socializaci¨®n, emancipaci¨®n y ascenso se recrudecen por la p¨¦sima coordinaci¨®n del Estado, las autonom¨ªas y los municipios en la regulaci¨®n del mercado de la vivienda. Con salarios bajos y contratos precarios, los profesionales j¨®venes no pueden acceder a la compra de la vivienda y tropiezan con un mercado de alquiler cuyos precios crecen sin cesar favorecidos por pol¨ªticas neoliberales en los Ayuntamientos gobernados por el centroderecha. Por razones conocidas, el Gobierno de S¨¢nchez no ha podido articular una pol¨ªtica de aumento de las viviendas sociales para alquiler y aplicar f¨®rmulas de indiciaci¨®n para moderar los precios; pero tambi¨¦n resultan dif¨ªciles de entender sus vacilaciones y falta de iniciativa sobre vivienda p¨²blica.
La sociedad espa?ola ha invertido dinero y esfuerzo en la formaci¨®n de los j¨®venes. Esa inversi¨®n debe traducirse en un aumento de la productividad social y para ello es obligado que ocupen los empleos desde los que puedan demostrar su capacidad. Las pol¨ªticas laborales que favorecen los salarios ¨ªnfimos, y permiten la ocupaci¨®n de puestos fijos con contratos temporales tienen que ser corregidas, con prudencia pero sin pausa. El peor de los escenarios es aquel en el que la capacidad profesional de los m¨¢s j¨®venes y capacitados sea anulada por normas laborales precarias, sobre cuya supresi¨®n o rectificaci¨®n existe adem¨¢s un amplio consenso social.
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