El a?o en que nos hicimos mayores
A L¨®pez Obrador se le pueden criticar muchas cosas, pero la de querer llevar lo pol¨ªtico a todos los aspectos y espacios de la vida p¨²blica es algo que le debemos agradecer
Acostumbrados a vivir en un pa¨ªs en el que lo pol¨ªtico solo era tema antes, durante y despu¨¦s de que se celebraran unas elecciones, reconforta, entusiasma e infunde esperanzas voltear hacia atr¨¢s y descubrir que lo pol¨ªtico se volvi¨® el tema del que m¨¢s hablamos a lo largo de este 2019.
Por supuesto, habr¨¢ quienes digan y pregonen que esto, una sociedad que finalmente parecer¨ªa estarse politizando, no puede ser bueno ¡ªse descubrir¨¢n as¨ª, involuntariamente, aquellos que lo ¨²nico que desean es preservar, a fuerza de gritos y amenazas, el statu quo del que tanto beneficio han sacado; cada alarido y cada ultim¨¢tum busca cubrir con un manto de silencio los temas que podr¨ªan poner en entredicho los privilegios y las corrupciones de anta?o¡ª.
Tambi¨¦n estar¨¢n aquellos que, sin alzar la voz, hablando de o¨ªdo en o¨ªdo, repetir¨¢n, sin importarles las desigualdades del pa¨ªs en donde viven, que una sociedad como la mexicana merece otros temas de conversaci¨®n, mejores que aquellos que apunten a lo pol¨ªtico: el futbol, la muerte de Jos¨¦ Jos¨¦, la ¨²ltima serie de Netflix, el gatito de los memes. Sin devaluar estos temas ¡ªcreo que son importantes, pero no que deban ser centrales¡ª, debemos aprender a devaluar a aquellos que busquen imponerlos como ¨²nicos, pues son nuestros insubstancializadores; satanizar lo central y centralizar lo perif¨¦rico es desear una sociedad menor de edad eternamente, que no discuta las prebendas de sus "mayores"¡ª.
Por ¨²ltimo, hay que se?alar que gracias a la din¨¢mica a la que finalmente hemos arribado, se multiplicar¨¢n, adem¨¢s, quienes insistan, una y otra vez, como merolicos de feria o mercaderes de bocina en estaquita, desde las pantallas de televisi¨®n, las emisoras de radio o las diversas plataformas digitales, que lo pol¨ªtico no hace m¨¢s que dividirnos, que, por culpa de la discusi¨®n en la que finalmente nos hemos metido y gracias a la cual estamos repensando nuestro presente y reimaginando nuestro futuro, estamos, tambi¨¦n, m¨¢s divididos que nunca. A todos ellos ¡ªquienes, de forma igualmente involuntaria, se seguir¨¢n descubriendo como los defensores de las prebendas, las corrupciones y los privilegios de anta?o, adem¨¢s de descubrirse como los grandes beneficiarios de la desigualdad¡ª hay que recordarles que nuestro pa¨ªs ha estado dividido desde siempre.
Recordarles, adem¨¢s, que esa divisi¨®n que de repente los asusta y que de pronto han convertido en el discurso con el que buscan limitar nuestro imaginario, es la realidad y la cotidianidad de aquellos a quienes no les importa que ahora sea un discurso "peligroso"; que ahora, adem¨¢s de supurar, la herida apeste: no olvidemos de qu¨¦ hablamos, un pa¨ªs donde el 1% concentra el 90% de la riqueza. Y recordarles, tambi¨¦n, que la divisi¨®n que por fin se han atrevido a nombrar ¡ªaunque sea para meterla bajo su manto de silencio¡ª es la misma que condena a millones, mientras que apenas incomoda a unos cuantos; la misma divisi¨®n que nos convierte ¡ªpor m¨¢s que se quiera descentralizar, para poner en su lugar al Checo P¨¦rez y repetir una y otra vez que el Gran Premio de M¨¦xico ha vuelto a ganar el premio al mejor premio del mundo¡ª en un pa¨ªs en el que una mujer, cuyo embarazo se complica, puede viajar a Houston y hacerse la ces¨¢rea perfecta, mientras otra muere en la sierra, sin enterarse de que su embarazo se hubiera complicado.
La mejor noticia que este a?o nos deja, sin duda alguna, es que la tan mentada divisi¨®n de nuestra sociedad por fin haya dejado de ser mera experiencia de las mayor¨ªas y se haya convertido, a su pesar, en un asunto del que hablan quienes no quer¨ªan, quienes no quieren nombrarla, porque nombrarla pone en entredicho la altura a la que se alzan las torres del castillo. As¨ª como el hecho de que la discusi¨®n p¨²blica finalmente se haya politizado, de manera, por ejemplo, que los privilegios, las prebendas y las corrupciones del pasado ya no se viven como algo inevitable sino como algo a lo que se le puede y se le debe poner coto. Los ejemplos sobre esto ¨²ltimo son claros y van desde la forma en que la ciudadan¨ªa particip¨® del tema del huachicoleo, hasta la forma en que lo hizo de la detenci¨®n de Garc¨ªa Luna, pasando por casos como la ca¨ªda de Rosario Robles, el equilibrismo de Emilio Lozoya, la negociaci¨®n con el hijo del Chapo y la desconcertante protecci¨®n a Bartlett, adem¨¢s de la esperp¨¦ntica "renuncia" de Medina Mora.
Y ya que menciono al hijo del Chapo, a Garc¨ªa Luna y a Medina Mora ¡ªsi alguna pieza faltaba para empezar a armar el rompecabezas de su salida, que se parece m¨¢s a una huida, a una fuga de prisi¨®n (desgraciadamente, consentida por el celador) que a una renuncia, era la detenci¨®n de Garc¨ªa Luna¡ª quisiera mencionar aqu¨ª y de manera muy especial a Felipe Calder¨®n Hinojosa, quien en las postrimer¨ªas de este 2019 ¡ªmientras la ciudadan¨ªa, otra vez, gracias a la politizaci¨®n acelerada de este ¨²ltimo a?o, habla de ¨¦l, ya no como de un expresidente, sino como de un futuro presidiario, es decir, como del criminal que sumi¨® a nuestro pa¨ªs en una guerra que nos ha costado 250.000 muertos, mientras se llenaba los bolsillos con dinero del Cartel de Sinaloa¡ª personific¨® la noticia que es algo as¨ª como la cereza del pastel.
Y digo que fue ¨¦l, Calder¨®n Hinojosa, quien personific¨® la noticia de la detenci¨®n de Garc¨ªa Luna, porque M¨¦xico se ha politizado: hace unos a?os, seguramente, no hubiera estado tan claro que la ca¨ªda del brazo derecho del expresidente, al igual que la "renuncia" del que fuera su brazo izquierdo, es decir, las ca¨ªdas de su polic¨ªa y su juez, o, dicho de otro modo, sus hombres fuertes, eran los s¨ªntomas de la ca¨ªda del expresidente, a quien buena parte de la ciudadan¨ªa considera el mayor criminal del siglo XXI mexicano. A unas cuantas cuadras de mi casa, una barda en la que las pintas sol¨ªan ser rom¨¢nticas o absurdas, amaneci¨® con la siguiente leyenda: "Se?or Calder¨®n, vaya doblando sus manos sucias".
Los motivos por los cuales este a?o ha sido tan distinto de los anteriores, van mucho m¨¢s all¨¢ del cambio en la presidencia ¡ªson, de hecho, los s¨ªntomas que empujaron y que permitieron este cambio, antes que sus manifestaciones¡ª, aunque este ha significado un acicate fundamental, sobre todo gracias a las conferencias ma?aneras del presidente, a quien se le pueden criticar muchas cosas, pero no la de querer llevar lo pol¨ªtico a todos los aspectos y espacios de la vida p¨²blica de nuestro pa¨ªs.
Y esto, m¨¢s all¨¢ de que estemos o no de acuerdo con L¨®pez Obrador, m¨¢s all¨¢ de que nos gusten o no las decisiones que toman ¨¦l y sus compa?eros en el Gobierno o de que compartamos los horizontes hacia los que apunta, muchos de los cuales no est¨¢n a la izquierda, se lo deberemos agradecer siempre.
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