Negacionista

"No es no¡±, decimos las detractoras de la cultura de la violaci¨®n y, frente a la negativa rotunda, la afirmaci¨®n en bucle de Gertrude Stein ¡°Una rosa es una rosa es una rosa es¡±: el referente se aleja porque repetimos un nombre muchas veces y el nombre pierde su significado, deja de o¨ªrse como el contaminante zumbido del aire acondicionado. Nos empapa lentamente. Da igual que lo que se dice sea mentira o verdad. Que se formule dentro de una frase negativa o afirmativa. Lo importante es repetir: ¡°Amo a los trabajadores de Estados Unidos¡±, ¡°no me lo creo¡±, dice Donald Trump sobre un cambio clim¨¢tico que no es cambio sino tragedia, seg¨²n The Guardian.Qu¨¦ importante es el precio y la depreciaci¨®n de las palabras que ¡°vienen a por su paga, ya sabes¡±, como dice Humpty Dumpty. ¡°Dios existe¡±. ¡°La realidad no existe¡±. ¡°El hombre no proviene del mono y la mujer no proviene de la mona¡±. En la magia de cada Navidad ¡°pienso que esta chica es un elfo, s¨ª lo es¡±. Cosas que no parecen lo que son. Y, sin embargo, son¡­

Sigo viendo los anuncios: ¡°Un retrato que no es un retrato¡±, ¡°un banco que no es un banco¡±. Un retrato no es un retrato quiz¨¢ porque ¡°esto no es una pipa¡± ¡ªes la pipa y el valor a?adido de su representaci¨®n¡ª y porque ese retrato puede no ser una muestra convencional del arte can¨®nico; en esa rebeli¨®n, detectamos una actitud epatante o intr¨¦pida. Pero hay que tener muchas narices para afirmar que ¡°un banco no es un banco¡±: con ese eslogan asumimos la historia negra reciente ¡ªcanon perverso de la banca universal¡ª y blanqueamos a un banco, separ¨¢ndolo de usuras que subyacen a la destrucci¨®n de empleos y la debacle de las hipotecas. C¨ªnicamente un banco, que s¨ª es un banco, finge no serlo. Es un banco buenito y filantr¨®pico. Tan buenito y filantr¨®pico como las marcas de refresco que esquilman los acu¨ªferos de ciertos pa¨ªses y luego realizan amorosos spots. Tan buenito y filantr¨®pico como las marcas de cosm¨¦ticos que utilizan la transexualidad para vender champ¨²s pretextando ¡°normalizar¡± la transexualidad cuando, realmente, lo que hacen es utilizarla para vender champ¨². Esto no es una pipa y una rosa es una rosa es. La publicidad solidaria y la solidaridad publicitaria son hip¨®critas. Es m¨¢s honesta la propaganda. Encubierta por los negacionistas de la tragedia clim¨¢tica y por los que se apuntan al carro del compromiso para santificarse ¡ªsus marcas, sus nombres¡ª con gestos de buena voluntad epid¨¦rmica, existe una realidad: JP Morgan compra las plantas fotovoltaicas de Fortress y Perwyn en nuestro pa¨ªs; las mujeres sufrimos m¨¢s enfermedades glandulares, relacionadas con la contaminaci¨®n, que los hombres; las cataratas Victoria est¨¢n secas; algunas personas mueren pegadas al braserito; ni?os y ni?as cosen balones, no reciclan, sue?an con una vivienda insostenible; existe un mercado paralelo, caro y elitista, de productos ecol¨®gicos¡­ ¡°El acuerdo (de Par¨ªs) implica una redistribuci¨®n masiva de la riqueza de Estados Unidos hacia otros pa¨ªses¡±, asevera Trump. Eso me lo creo. Bajo la c¨¢scara publicitaria, esto no es una pipa y todo forma parte de la misma pudrici¨®n.