Consenso salarial

El PSOE y Unidas Podemos han llegado a un acuerdo para subir el salario m¨ªnimo interprofesional (SMI) desde los 900 euros mensuales hasta los 1.200 euros a finales de la legislatura. La decisi¨®n transmite de forma clara y rotunda la intenci¨®n del pr¨®ximo Gobierno, en el que caso de estar constituido por estas dos formaciones, de corregir parte de la devaluaci¨®n salarial arraigada durante la crisis. La subida, que incluye un aumento para 2020 del SMI hasta los 1.000 euros, va a chocar sin duda con las reticencias iniciales de algunas patronales y de aquellas instituciones econ¨®micas empe?adas en demostrar sus perniciosos efectos sobre el empleo. Una vez m¨¢s, hay que recordar que los estudios no muestran tales consecuencias negativas; y que, en todo caso, la carga del da?o deber¨ªa imputarse a aquellas empresas cuya debilidad solo les permite sostenerse pagando salarios muy alejados no solo de la media espa?ola, sino de los que recomienda la Carta Social Europea.

Ahora bien, que la subida sea necesaria como parte de la adecuaci¨®n de las rentas a la proclamada recuperaci¨®n de la econom¨ªa, no significa que no deba ser acometida con prudencia y seg¨²n los protocolos de consenso pol¨ªtico recomendables en cualquier decisi¨®n de car¨¢cter social. Por ejemplo, no deber¨ªa repetirse el error de decidir la subida del SMI como un acto de Gobierno, aplicado tras un acuerdo con Unidas Podemos, como se hizo en el ¨²ltimo aumento, el que llev¨® el salario desde los 735,9 euros mensuales hasta los actuales 900. Elevar el salario m¨ªnimo debe ser el resultado de una negociaci¨®n entre las fuerzas sociales, instada y respaldada sin duda por el Gobierno, pero en ning¨²n caso impuesta por ¨¦l.

De ah¨ª que situar la retribuci¨®n m¨ªnima en 1.200 euros en 2024 requiera inexcusablemente una negociaci¨®n con sindicatos y patronal, para que ni unos ni otros se sientan atropellados. La pr¨¢ctica de muchos a?os ha demostrado que el consenso es la mejor forma de aplicar y extender las mejoras salariales; porque son las empresas y las organizaciones sindicales quienes deben instrumentar los cambios en las normas legales.

Lo que vale para el SMI sirve para cualquier modalidad de acuerdo laboral. Har¨ªa bien el pr¨®ximo Gobierno en apoyarse durante la legislatura en mesas de negociaci¨®n social para llevar a buen puerto las rectificaciones obligadas en las leyes laborales y contractuales vigentes. Por dos razones principales, incluso b¨¢sicas: la primera, porque es una mala praxis ganarse la hostilidad de quienes tienen que negociar las reglas de juego en las empresas; la segunda, porque el Ejecutivo no andar¨¢ sobrado de apoyos pol¨ªticos.