Bienvenidos a 1453
El mundo ha cambiado mucho y muy deprisa. Hasta hemos vuelto al siglo XV
El siglo XV fue probablemente uno de los m¨¢s interesantes y decisivos en la historia de la humanidad, es decir, de nuestra historia. Puede parecer que queda lejos, pero lo tenemos tan cerca, tan cerca, que estamos a punto de entrar en ¨¦l. Naturalmente con algunas variantes. Ya se sabe: la historia no se repite pero rima. Y en este caso parece que la rima va a ser a lo grande.
Los a?os del Quattrocento supusieron un punto de inflexi¨®n en el curso de la historia desde varios puntos de vista: la pol¨ªtica, la geograf¨ªa, el arte y la misma concepci¨®n del mundo, por citar solo algunos. A quienes viv¨ªan entonces probablemente no les parec¨ªa todo tan dram¨¢tico ¡ªaunque a veces s¨ª¡ª y bastante ten¨ªan con llevar su d¨ªa a d¨ªa. ¡°Lo cotidiano en s¨ª mismo ya es maravilloso¡±, que dec¨ªa Kafka.
Pero en lo que se sal¨ªa de lo cotidiano el siglo XV tambi¨¦n fue maravilloso. Gutenberg invent¨® la imprenta y cambi¨® la manera de transmitir las ideas. Los portugueses llegaron a la India y cambiaron la historia del comercio. Los espa?oles llegaron a Am¨¦rica y cambiaron la forma de entender el mundo. Rafael, Miguel Angel, Leonardo o Bramante cambiaron la forma de ver la belleza. Francia e Inglaterra terminaron con la guerra de los Cien A?os e Inglaterra sali¨® del Continente. M¨¢s cerca, Isabel de Castilla y Fernando de Arag¨®n unieron sus destinos y el de la pen¨ªnsula ib¨¦rica. Constantinopla cay¨® en poder de los turcos con el consiguiente exilio de intelectuales ¡ªy documentos¡ª griegos que enriquecieron el Renacimiento. La lista es amplia.
Como si se tratara del reflejo en un espejo donde todo est¨¢ al rev¨¦s, vivimos tiempos donde Internet ha cambiado la manera de transmitir las ideas. La banca y gigantes como Amazon, Alibaba o Google han cambiado la manera de entender el comercio. La globalizaci¨®n y el cambio clim¨¢tico han cambiado la forma de entender el mundo. Ya no se trata de conquistarlo, sino de no acabar con el planeta. La forma de ver la belleza es tan variada como habitantes hay sobre la Tierra. Belleza y fealdad son t¨¦rminos no solo intercambiables sino hasta, en ocasiones, pol¨ªticamente incorrectos. Los brit¨¢nicos vuelven a abandonar el Continente pero esta vez con sensaci¨®n de victoria. M¨¢s cerca, la uni¨®n de Isabel y Fernando es puesta en cuesti¨®n. Y el nuevo sult¨¢n turco rememora a su antecesor, enarbola la ¨¦poca de la toma de Constantinopla y poco a poco avanza sobre los que fueran dominios de sus ancestros. El ¨²ltimo movimiento, en Libia. Europa ya no es el centro y ve c¨®mo se agranda la brecha tecnol¨®gica entre ella y otros actores mundiales. Como en un Tratado de Tordesillas moderno, China, EE?UU y Rusia se han repartido el mundo.
Mientras, los dem¨¢s tratan ¡ªtratamos¡ª de lidiar con lo cotidiano, que en la mayor¨ªa de las ocasiones no es tan maravilloso como sosten¨ªa Kafka. ?El a?o que empieza? Feliz 1453.
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