C¨®mo funciona el progreso
La consecuencia de la humildad intelectual es la demanda de esfuerzo cr¨ªtico hacia uno mismo y el propio entorno
Sabes c¨®mo funciona un grifo? No me refiero a para qu¨¦ sirve, o a qu¨¦ pasa cuando lo abres o lo cierras. No. Quiero decir a si sabes de qu¨¦ manera te llega agua potable hasta casa, c¨®mo esta interact¨²a con el aire para determinar su presi¨®n, o con la energ¨ªa para regular la temperatura. Y de qu¨¦ manera cada tipo de llave deja pasar tal o cual cantidad de l¨ªquido.
En 2002, los psic¨®logos Leonid Rozenblit y Frank Keil le pidieron a un grupo de personas que autoevaluasen su grado de comprensi¨®n del funcionamiento de una serie de instrumentos cotidianos. Despu¨¦s les solicitaron una explicaci¨®n detallada de cada uno. Y al terminar repitieron la primera pregunta: descubrieron, como esperaban, que la gente tiende a creer que entiende m¨¢s de lo que realmente entiende.
Esta ilusi¨®n de la profundidad explicativa se nos agudiza en el mar de informaci¨®n barata, accesible y politizada en el que vivimos. Igual que queremos agua saliendo de nuestro grifo, podemos desear una sociedad con menos desigualdad, o aspirar a un mundo m¨¢s libre. Pero, ?estamos seguros de que entendemos cu¨¢l es la mejor forma de lograrlo? Si, por ejemplo, cogemos el programa del reci¨¦n nacido Gobierno, ?podemos justificar o descartar de manera detallada que todas las medidas listadas producir¨¢n los objetivos esperados?
Otro grupo de investigadores comprob¨® en 2013 que las posiciones extremistas son m¨¢s comunes entre aquellas personas que sobreeval¨²an sus propios conocimientos sobre determinadas pol¨ªticas p¨²blicas. Esto ayuda a sacralizar la herramienta sobre los fines. Pensamos que las entendemos, que comprendemos cu¨¢les son sus efectos y qu¨¦ relaci¨®n tienen con la meta a alcanzar (libertad, igualdad). Pero la mayor¨ªa de las veces solo tenemos una intuici¨®n heredada de su funcionamiento que ni siquiera nos hemos molestado en cuestionar.
Porque esto no es una invitaci¨®n a la confianza ciega en los expertos, sino todo lo contrario: la consecuencia de la humildad intelectual es la demanda de esfuerzo cr¨ªtico hacia uno mismo y el propio entorno. Entre las posturas progresistas, que aspiran a cambiar la sociedad para mejor, la exigencia deber¨ªa convertirse en una m¨¢xima inevitable de honestidad anal¨ªtica e ideol¨®gica: que nada es sagrado porque lo ¨²nico sagrado es el progreso. Ojal¨¢ este Gobierno, y aquellos que han peleado por conformarlo, lo tenga en cuenta desde el primer instante.@jorgegalindo
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