Investi-dura
No se puede decir que la elecci¨®n de Pedro S¨¢nchez como presidente del Gobierno haya sido un camino de rosas, como tampoco lo fue su elecci¨®n como secretario general del PSOE. Durante la investidura hemos asistido al avance de lo que le espera en la legislatura: insultos, descalificaciones y acusaciones grav¨ªsimas; faltas del respeto parlamentario que se debe exigir (y suponer) a sus se?or¨ªas de las filas de la derecha y ultraderecha. Presiones a diputados para que cambiaran el sentido de su voto. Alusiones m¨¢s o menos veladas a la necesidad de una intervenci¨®n del ej¨¦rcito y un largo etc¨¦tera de desprop¨®sitos en quienes son depositarios de nuestros votos. Mucho me temo que lo de los 100 d¨ªas de cortes¨ªa, en el caso de Pedro S¨¢nchez, no va a llegar ni a los 100 minutos. Si dura fue la investidura, no menos lo va a ser la legislatura.
Manuel Monterrubio Gala. Zaragoza
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