Queriendo saberlo todo
Es hora de pasar el esc¨¢ner por cada producto, pero tambi¨¦n por los cimientos de la hipoteca de esta casa y por la educaci¨®n p¨²blica, ahora estoy obligada a actuar
![Escaneo de un gel de ducha en la aplicaci¨®n Yuka.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/34ZVYF6EXNAMLV5JQPFZMPKJTA.jpg?auth=98c15439a8c9a25b2248a5c7b8d5c069dc94af5f63636f7dfef272384f30574a&width=414)
La otra tarde, al despedirme de una amiga en su casa, me ofreci¨® una bolsa llena de cosm¨¦ticos casi sin estrenar. ¡°?Los quieres?¡±, me pregunt¨®. ¡°Yo no voy a usarlos. Les he pasado la app y son muy cancer¨ªgenos. A lo mejor t¨² no has empezado con esto y todav¨ªa te da igual.¡± Ten¨ªa raz¨®n, yo todav¨ªa no hab¨ªa empezado con eso. Pero no quise aceptarlos, aunque estaba segura de que eran productos caros y en un d¨ªa no muy remoto, atr¨¢s en el tiempo, a mi amiga le parecieron muy buenos. Me volv¨ª a casa taciturna. ?Cu¨¢nto m¨¢s quiero saber de este mundo ruin?
Pero, a los dos d¨ªas, caigo. Siempre cabe un poquito m¨¢s de miseria en el coraz¨®n. Saberlo todo es imposible y, adem¨¢s, tras una verdad comercial hay 100 mentiras, pero la tentaci¨®n de acumular sufrimiento a la par que clarividencia es demasiado barata. Cuando la ni?a por fin se duerme, me descargo la aplicaci¨®n. Esta analiza, con una simple pasada del m¨®vil por el c¨®digo de barras, productos de alimentaci¨®n y cosm¨¦tica y, de forma bienintencionada (me informo de ello), ofrece su veredicto: excelente, bueno, mediocre y malo. En otras palabras, descifra cu¨¢nto me falta para terminar de cavar mi propia tumba y por supuesto la de mi descendencia, lo cual es m¨¢s delicado.
Decido empezar por una crema facial que he comprado recientemente y cuya caja a¨²n no he sacado del envoltorio de pl¨¢stico. No sin cierto miedo (la adquir¨ª con ilusi¨®n, por su aroma a manzana y su protector solar), abro la app y paso el c¨®digo por el objetivo. En menos de dos segundos respiro aliviada, porque no hay informaci¨®n sobre mi producto en la base de datos. Esa nada informativa me da una pr¨®rroga: podr¨¦ estrenarla, untarme un poquito de la crema ma?ana por la ma?ana y salir a la calle sintiendo que nadie ver¨¢ lo que yo veo, sintiendo que no est¨¢ pasando lo que es inevitable que pase, olvid¨¢ndome de que soy mortal. Al serme concedido el beneficio de la duda, que en estos casos es pr¨¢cticamente una absoluci¨®n, decido no probar con los c¨®digos de barras del resto potingues que tienen que ver con la belleza, esa tortura.
Pero antes de salir del ba?o, me acerco a la ducha y cojo mi bote de champ¨². Lo venden en todos los supermercados y recuerdo que sal¨ªa mucho en los anuncios de la tele cuando ve¨ªa tele. Es una marca conocida y barata y, mientras escaneo el c¨®digo de barras, pienso que esta vez no voy a salirme con la m¨ªa. Pero me equivoco; el veredicto es bueno. ¡°Bueno¡±: sin silicona nociva, sin sulfato nocivo y con un riesgo limitado de un mont¨®n de otras sustancias que suenan todas mal. Riesgo limitado. Como la vida cuando nos la tomamos en serio, supongo. Por apenas cinco euros, mi cuero cabelludo y mi esp¨ªritu est¨¢n a salvo. Trasteo un poco m¨¢s en la app y as¨ª descubro que las mediciones de alerta dependen de la presencia de disruptores endocrinos (mi amiga coment¨® este t¨¦rmino la otra noche, pero yo no sab¨ªa de qu¨¦ hablaba), al¨¦rgenos y carcin¨®genos. Carcin¨®genos: no hay nada que d¨¦ m¨¢s terror. Quiero salir ya del ba?o, pero al final le echo valor y cojo el champ¨² especial que compr¨¦ para mi hija, en una farmacia, mucho m¨¢s caro y con una tipograf¨ªa que dan ganas de dormir en ella. Mierda. Lo sab¨ªa. ¡°Mediocre¡±. Por culpa del phenoxyethanol, que comporta un ¡°riesgo medio¡±. Un riesgo medio es tomarse la vida menos en serio, supongo. Columpiarse demasiado fuerte, sin agarrarse bien, o soltarse de las manos justo despu¨¦s de coger impulso. Pero es mi hija, no tiene gracia. He comprado un champ¨² caro para ella en una farmacia y uno barato para m¨ª en el s¨²per de la esquina y resulta que estoy haciendo las cosas mal. Me pregunto qu¨¦ opina el Ministerio de Sanidad de todo esto.
Estoy delante del armario de la cocina donde guardo la comida. En realidad, no s¨¦ si quiero hacerlo. En un 60%, esta app se basa en una clasificaci¨®n nutricional reconocida, concretamente la de NutriScore. El resto responde a la existencia de aditivos y a la organicidad del producto. Lata de tomate frito. Esc¨¢ner. ¡°Excelente¡±, me dice. Brick de leche. Esc¨¢ner. ¡°Bueno¡±. Cacao en polvo. Esc¨¢ner. ¡°Malo¡±. Un punto rojo. Ya est¨¢. Suenan todas las sirenas. Devuelvo el bote a su lugar (?por qu¨¦ no lo tiro a la basura?, ?acaso podr¨¦ volcar la cucharadita en el desayuno de los domingos para mi hija despu¨¦s de esto?) y dejo el tel¨¦fono en la encimera. ?Es que no era consciente ya de todo?
Es una cuesti¨®n de control. Recuerdo que, durante un momento pasado de mi vida, pretend¨ª controlarlo casi todo y luego me rend¨ª en la batalla. Intentar abrir los ojos en el bosque enmara?ado. Despu¨¦s de la informaci¨®n viene la acci¨®n. Peque?os soldados descifrando el c¨®digo de la vida y actuando en consecuencia. Pero son tantos los frentes abiertos que agradecer¨ªa un poco de ayuda por parte de las altas esferas. Aunque entiendo que tambi¨¦n ellas deben de estar exhaustas o distra¨ªdas. Acaricio la pantalla del m¨®vil. Es mi oportunidad, se me ha otorgado en este sistema libre: es hora de pasar el esc¨¢ner por cada producto de la despensa, pero tambi¨¦n por cada prenda de nuestra ropa, por los cimientos de la hipoteca de esta casa y por los libros del colegio de la ni?a, por su educaci¨®n p¨²blica y por nuestra tarjeta sanitaria, ahora estoy obligada a actuar, he de acercarme a la ventana y escanear el aire, la ciudad entera, la noche, el porvenir. Pero no soy capaz. Me meto en la cama, porque madrugo y, esta vez sin lugar a duda, creo que voy a desmayarme. Ya ma?ana.
Lara Moreno es escritora. Su ¨²ltima novela es Piel de lobo (Lumen).
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