Paseos por la mejor arquitectura moderna de Lisboa
La restauraci¨®n de palacios y edificios p¨²blicos semiderruidos es uno de los nuevos atractivos de la ciudad
El primer contacto con Lisboa pasa por apreciar la arquitectura cl¨¢sica, desde la variante portuguesa del barroco, el manuelino de Los Jer¨®nimos o La Torre de Bel¨¦m al art d¨¦co del Ed¨¦n Teatro, ahora, por fin, en recuperaci¨®n. Los siguientes contactos con la capital portuguesa deben incluir un paseo por su reinvenci¨®n arquitect¨®nica de finales del siglo XX hasta hoy, donde brilla como en pocos lugares la rehabilitaci¨®n de palacios, viviendas y locales comerciales con un respeto por lo viejo y con un gusto simpar.
Para apreciar la arquitectura de rehabilitaci¨®n se deber¨ªa exponer el antes y el despu¨¦s, como en las operaciones de est¨¦tica. En 2007, el arquitecto Gonzalo Byrne recibi¨® el encargo de transformar la iglesia de San Juli¨¢n en el Museo del Dinero. El chiste est¨¢ f¨¢cil, pero hay que aclarar que, entre medio, esa iglesia hab¨ªa sido comprada por el lindante Banco de Portugal. La revoluci¨®n del 25 de abril de 1974 paraliz¨® el derribo de la iglesia, ya aprobado por el Ayuntamiento. El resultado supera a la funci¨®n a la que est¨¢ destinado: mostrar la historia del dinero ¡ªinteresante¡ª y las viejas murallas del rey Dom Dinis, de siete siglos atr¨¢s.
En plena fiebre de rehabilitaci¨®n de la ciudad, hoteles y locales comerciales (casi siempre bares y restaurantes) se llevan la palma de la mejor est¨¦tica arquitect¨®nica. Es el caso del palacio Verride (siglo XVIII), junto al mirador de Santa Catarina, transformado en hotel, al igual que la esquina de la calle intendente, ahora hotel 1908, distinguido en ese a?o con el premio Valmor al mejor edificio de la ciudad. La obra de Ad?es Bermudes, que languidec¨ªa a comienzos de este siglo, se restaur¨® brillantemente en 2016. En la plaza de Camoes, el viejo consulado brasile?o es desde hace dos a?os Le Consulat, un lugar fundamental para noct¨¢mbulos, al igual que Pensi¨®n Amor, unos metros m¨¢s abajo, en Cais de Sodr¨¦, ejemplar modelo del estilo de restauraci¨®n d¨¦j¨¦moslo-como-estaba.
La llegada de inversores ¡ªo de acontecimientos como la Expo de 1998 o la Eurocopa de 2004¡ª ha renovado la arquitectura de la ciudad. El ¨²ltimo hito es el museo MAAT (2016), la almeja gigante junto al r¨ªo, obra de Amanda Levete, y pagada por la compa?¨ªa el¨¦ctrica EDP, cuya sede principal, obra de Aires Mateus (2015) tampoco deja indiferente. A estos mismos arquitectos se debe la Rector¨ªa de la Universidad Nova (2002).
En esa l¨ªnea de arquitectura del siglo XXI, o casi, se deber¨ªa encuadrar al pulcro Siza Vieira, autor del gigantesco toldo de cemento del pabell¨®n portugu¨¦s en la Exposici¨®n Universal de 1998 en el parque de las Naciones. La sencillez de l¨ªneas que caracteriza la obra de este premio Pritzker choca con otro encargo para la misma Expo del 98, la estaci¨®n de Oriente, del espa?ol Santiago Calatrava, de aire indudablemente m¨¢s fallero.
En la otra punta de la ciudad se levanta la Fundaci¨®n cient¨ªfica Champalimaud (2008), del gaon¨¦s Charles Correa, con su aire espacial junto al r¨ªo y la torre de Bel¨¦m, levantada seis siglos antes. Y enfrente el Centro Cultural de Bel¨¦m, el CCB (1992), del italiano Vittorio Gregotti y el portugu¨¦s Manuel Salgado, p¨¦treo por fuera, pero abierto, luminoso y ligero por dentro, con agradables terrazas sobre el Tajo.
La ribera del Tajo es la joya de la corona del Ayuntamiento y del Gobierno para atraer a los grandes inversores inmobiliarios y tur¨ªsticos. Muchos de sus edificios de primera l¨ªnea de r¨ªo son de propiedad p¨²blica, bien de la Marina, del Ayuntamiento o de diversos ministerios que incluso desconocen su patrimonio inmobiliario. Poco a poco se van vendiendo esos edificios abandonados, el antiguo Ministerio de Interior en la plaza del Comercio es desde 2015 una posada nacional y en un vecino banco se levanta un hotel CR7 (2016).
En esa ribera ya le ha llegado el turno al edificio del Archivo del Puerto, desde hace dos a?os sede de la firma de abogados Abreu, que ha invertido 13 millones en la restauraci¨®n de sus 7.500 metros cuadrados. A pocos metros, el antiguo Palacio Coculim, del siglo XVI, es un hotel-museo, pues en los trabajos de restauraci¨®n se hallaron tantos vestigios arqueol¨®gicos de fenicios, romanos y ¨¢rabes, entre otras civilizaciones, que el ahora hotel de lujo ha creado su propio museo interior, abierto al p¨²blico los domingos por la tarde.
Con el turismo, el dinero llega a raudales a los cofres del ayuntamiento, lo que le permite encarar, a?o tras a?o, la restauraci¨®n de instalaciones que se ca¨ªan, como la terminal fluvial del Sur que recupera el estilo de 1929, junto la tambi¨¦n renovada plaza de Campo de las Cebollas. La recuperaci¨®n de espacios para el p¨²blico sigue con el hasta ahora vedado muelle de la Marina, que ya linda con la nueva terminal de cruceros (2017), de la firma de arquitectos Carrilho da Gra?a.
El ritmo es imparable y sorprendente, incluso para los aut¨®ctonos, que aprovechan los fines de semana para apreciar las ¨²ltimas novedades de la nueva arquitectura de su ciudad.
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